Lejanos los tiempos en que el entonces secretario de Seguridad Alfonso Durazo y el presidente Andrés Manuel López Obrador hacían la promesa una y otra vez: Vamos a pacificar al país sin uso de la fuerza, sin represión. Al final tenemos más violencia, en México y Sonora.
Texcaltitlán, un olvidado pueblo del Estado de México donde pobladores levantaron la voz y sus machetes para acabar con delincuentes que los extorsionaban, marca un rumbo peligroso para el actual régimen y su plan de permanencia con un gobierno transexenal.
Acapulco y Texcaltitlán huelen a derrota electoral.
Y el olor se extiende a todo el país.
Es un olor con color rojo, de sangre.
La violencia juega un rol fundamental en una sequía de inversiones extranjeras que empiezan a llamar la atención en el norte de México.
Durazo no le sabe al nearshoring
El 12 de diciembre, en su conferencia semanal, el gobernador Alfonso Durazo, destacó que Sonora lidera en generación de empleos en México, según Forbes, con 32,800 nuevos empleos este año, un aumento del 2.9% comparado con 2022 y del 37.4% a nivel nacional.
Sin embargo, Forbes hizo otra nota basándose en el “Monitor de Inversiones” de la consultora Deloitte, donde reportan que han anunciado más de un centenar de proyectos, los cuales ascienden a una inversión total estimada de 33 mil millones de dólares. Y oh sorpresa, los únicos estados del norte que no figuran en el mapa son Tamaulipas y Sonora.
Mientras, Coahuila y Nuevo León los más beneficiados.
Durazo intentó atraer inversión extranjera, con viajes a Estados Unidos, Europa y recientemente Asia. Aún así al parecer sigue fracasando. Pero aprovechó hoy para felicitar a su hijo, Alfonso Durazo Chávez, por jugar un papel fundamental para que la empresa Mainland (los del parque industrial en Agua Prieta), decidiera mantener la inversión en Sonora. Suponemos que tiene culpa también su hijo en el fracaso de atraer verdadera inversión en lo que el nearshoring significa para México, pues es una oportunidad que nunca se volverá a repetir. Esperemos que el siguiente año Durazo deje de tratar al estado como negocio familiar y contrate a expertos lobbistas que atraigan inversión extranjera.
Y de lo económico, un tema digno de conservadores y capitalistas, nos vamos a la atención de demandas sociales que aún no encuentran respuesta.
Aquí también le fue mal a Durazo. Hubo desaires para Claudia Sheinbaum, quien para las encuestas es la próxima presidenta de México.
En Sonora se dejó ver parte de la realidad, del verdadero escenario electoral.
Sí, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum visitó Sonora. Y aunque se puso la gorra de Los Naranjeros nada más al llegar al aeropuerto de Hermosillo, en Guaymas los seguidores de Morena no respondieron como se esperaba. Dejaron mal al gobernador al no reunir las 8 mil personas deseadas en el Malecón Escénico del puerto.
Gracias a la periodista guaymense Águeda Barojas nos enteramos que llegaron tres camiones llenos de acarreados para la concentración, provenientes de Empalme, Cajeme, Hermosillo, Nogales y Ures. El equipo de la candidata intentó animar al público antes de su llegada, esperando que gritaran arengas de apoyo, pero la gente no parecía muy emocionada.
Durante el discurso hubo un momento incómodo cuando Sheinbaum mencionó el apoyo a personas con discapacidad. Empero, madres de niños con discapacidad la contradijeron. Sheinbaum respondió que ya había leído sus demandas y les pidió bajar las cartulinas, prometiendo atenderlas. La invitación, pura demagogia. Sí, las invitaron, pero a abandonar el mitin. Las expulsaron los operadores de Morena. Cortesía de la campaña.
Mientras esto ocurría, algunas personas se fueron mientras Sheinbaum daba su discurso. Tenían la responsabilidad de llevar a sus hijos a la escuela. Según Barojas, el evento resultó costoso, ya que aunque los llevaron en camión, tuvieron que regresar a casa pagando taxi.