Perder ganando o ganar perdiendo. Clara Brugada y los duros de Morena pierden ganando, mientras que Claudia Sheinbaum —y en especial Omar García Harfuch— pueden ganar mucho perdiendo. Si se sabe aprovechar, la ocasión podría ser una bendición disfrazada para Harfuch y Sheinbaum.
No quiero ser aguafiestas, pero sugiero a oposición y críticos del régimen tomarse dos minutos y pensar lo que les voy a plantear. No echen campanas al vuelo. Más allá de que se apoye a la 4t o no (como es mi caso) es necesario pensar en las oportunidades que a candidata y leal amigo se les presentan.
Primero. Omar García Harfuch no es ningún lastre. Al contrario. Ya demostró lo mucho que votaría la ciudadanía por él. Y lo que vale; tiene muy buena imagen (lo que es raro en un policía).
Segundo. Al ganar las encuestas, pero ceder graciosamente su lugar, demostró que tiene noble carácter, que es disciplinado; que sin exabruptos ni enojos sabe tomar la oportunidad de ganar perdiendo si esta se le presenta.
Tercero. A partir de ya se podrá dedicar de tiempo completo a cuidarle la espalda a Claudia. A proponer y plantear rutas para un posible gobierno. Después de todo, Harfuch es el que más identificado se encuentra con el proyecto de Claudia Sheinbaum (ya dije, independientemente de que se esté o no de acuerdo con el plan de gobierno que ella construye). Lo estuvo en su gobierno local, siendo de los funcionarios que ella impulsó y que mismo recibiendo críticas por parte de la 4t estuvo siempre atendiendo lo pedido por su jefa, sin por esto buscar caerles bien a los de dentro.
Cuarto. Independientemente de que se vaya o no al Senado, García Harfuch podrá ahora construir un proyecto político para hacerle frente a Marcelo Ebrard. Sí, al ex canciller. No olvidemos que este no ha terminado de irse (posiblemente no se irá) a MC y seguramente buscará ir por la revocación de mandato —junto con López Obrador— y dinamitar a Claudia desde dentro del movimiento. Marcelo Ebrard está HERIDO y quedándose en Morena tratará de hacerle daño a Sheinbaum de salir ella victoriosa en las presidenciales.
Quinto. Desde la FGR, desde Gobernación o desde el Senado, Harfuch puede darle un cariz más práctico —y mucho menos ideológico y obcecado— al gobierno de Morena (suponiendo que Claudia Sheinbaum gane la elección presidencial). Restarle tintes ideológicos al claudismo, lo cual es fundamental para construir acuerdos.
Sexto. ¿El Morena beligerante saldría perdiendo con Clara Brugada en la Ciudad de México? Probablemente sí. Brugada es una especie de Ricardo Monreal y no tarda en darle a Sheinbaum una puñalada por la espalda. Ya le dio una ligera probadita en el evento que presidió esta última en Arena México, donde el único grito que se escuchó al unísono fue el de “Clara, Clara”. Ni duda cabe: Brugada jalará agua para su molino (y el de AMLO). Si gana en la CDMX, le sumará a Claudia una capital muy dividida. Si ambas ganan, en CDMX Clara gobernará en contra de Claudia y verá cómo dinamitarla. Pero he aquí lo importante: Harfuch será quien enfrente los “juegos” de Brugada. Nadie mejor que él, inclusive si Clara se pone a soñar con la presidencia 2030.
Séptimo (se desglosa en varios elementos). Por el otro lado, está lo de Gertz Manero y lo de Záldivar; el primero en los estertores de la FGR y otro queriendo llegar a Claudia pero acatando los designios de López Obrador. En ese sentido, bien haría Sheinbaum en poner a Harfuch a vigilar a ese par. ¿Desde la fiscalía federal? Sí, aunque hay muchas otras formas también de lograrlo.
Octavo. En el mismo contexto, es el momento en que Harfuch se puede fortalecer rumbo al 2030. Pero solo y solo sí entre él y Claudia Sheinbaum logran acotar el poder de López Obrador; éste tiene otros planes para el país y para la grande del 2030.
Noveno. Finalmente, aunque no por ello menos importante: si alguien podrá ser el interlocutor para coordinarse, desde una posición civil, con las poderosísimas Fuerzas Armadas será Harfuch, a nombre de Claudia Sheinbaum. Este punto, como lo he comentado en otras entregas, debería inquietarnos a todos (en lo personal a mi me preocupa y mucho). ¿Cómo podrá Claudia acotar y controlar a los militares? Pues OGH sería esa forma,.
Irónicamente todo lo enlistado lo podrá hacer Harfuch NO como jefe de gobierno de la capital, sino junto a Claudia Sheinbaum y desde Morena.
Sin duda la política es muy curiosa. Estamos atestiguando uno de esos momentos.
Harfuch será el dolor de cabeza de Marcelo, de Gertz Manero, de Clara Brugada, de Zaldívar, de las Fuerzas Armadas y del propio López Obrador. ¿Ya se habrá dado cuenta?
P. D.:
La oposición brilla por su ausencia. Hacen fiesta sin tener —aún— un candidato competitivo para la Ciudad de México. La confianza raya en la soberbia. Cuidado.