Tras cuatro días de sesionar en la Torre de Rectoría, la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) eligió a Leonardo Lomelí Vanegas como su nuevo rector para el periodo 2023 – 2027.
El aspirante por segunda ocasión, actualmente mantenía el cargo de secretario general de la máxima casa de estudios en el país, designado por el aun rector Enrique Graue Wiechers.
Leonardo Lomelí Vanegas es puma desde la educación media superior, pues estudió en la Preparatoria 9, Pedro de Alba. Luego, ingresó a la Facultad de Economía donde terminó su licenciatura con Mención Honorífica.
Más adelante, empezó la licenciatura en historia en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) para donde también cursó la maestría y doctorado con Mención Honorífica y recibió la medalla Alfonso Caso por ser el egresado más sobresaliente de la maestría, de acuerdo con la Junta de Gobierno de la UNAM.
Para Leonardo Lomelí Vanegas, la educación es el instrumento más importante de transformación social del país, de ahí su interés en participar en el proceso de sucesión de esta institución educativa.
De 53 años de edad, el licenciado en Economía y doctor en Historia, está convencido de que en la educación está la posibilidad de construir un mejor país.
¿Quién es Leonardo Lomelí Vanegas, nuevo rector de la UNAM?
Secretario General de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante los últimos ocho años, Leonardo Lomelí Vanegas es licenciado en Economía por la Facultad de Economía y maestro y doctor en Historia.
Recibió la Medalla Alfonso Caso como egresado más sobresaliente de la Maestría en Historia en 2002 y obtuvo también el segundo lugar del Premio Jesús Silva Herzog de Investigación en Economía 2003, otorgado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En 2006 recibió el Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el Área de Docencia en Ciencias Económico Administrativas y en 2009 el mismo reconocimiento, ahora en el Área de Investigación en Ciencias Económico Administrativas.
Ha ejercido la docencia de manera ininterrumpida en la Facultad de Economía de la UNAM desde 1994. En ese año se incorporó como ayudante de profesor, desde 1997 como profesor de asignatura interino y a partir de 2001 como profesor de asignatura B definitivo.
Es profesor de tiempo completo de la Facultad de Economía desde el 1º de noviembre de 2002 y actualmente es profesor titular B definitivo de tiempo completo de dicha Facultad, cuenta con el nivel D del programa de Primas al Desempeño del Personal Académico (PRIDE).
Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores con la categoría de investigador nacional nivel II. Es miembro de número de la Academia Mexicana de Economía Política,miembro de la Asociación Mexicana de Historia Económica y de la Academia Mexicana de Ciencias. Fue titular de la cátedra extraordinaria José Ayala II en Enfoques Contemporáneos en Economía Política entre 2008 y 2010.
En una entrevista concedida a EL UNIVERSAL hace unas semanas, señaló que la educación es el instrumento más importante de transformación social del país, de ahí su interés en participar en el proceso de sucesión de esta institución educativa.
“Tenemos viejos problemas. Tenemos problemas acumulados que hay que resolver, que vienen desde hace décadas. Tenemos problemas en educación básica y media superior que no se han resuelto a pesar de las reformas educativas que se han realizado. Hacen falta más recursos y un mayor esfuerzo para actualizar al personal docente en todos los niveles”, señaló.
Amante de la música de los ’80 y de cintas de la Época del Cine de Oro Mexicano expuso que la pandemia también causó estragos en la educación media superior y superior, al argumentar que los estudiantes retomaron las clases presenciales, “con más lagunas con las que llegaban normalmente y eso nos obligó a hacer un esfuerzo adicional para remediar estos rezagos”.
El funcionario unamita sostuvo a EL UNIVERSAL que en el caso particular de la Universidad ha hecho frente a un crecimiento importante de la demanda que tiene que ver también con la evolución demográfica del país.
“Hoy tenemos una población joven muy grande que demanda espacios en educación superior. Y nosotros hemos hecho un esfuerzo muy importante para ampliar la matrícula, que ha crecido en un 55% en los últimos 22 años. Pero no podemos atender toda la demanda. Creo que la Universidad puede apoyar en la creación de otras instituciones de educación superior como hace casi 50 años, en el caso de la Universidad Autónoma Metropolitana”, dice.
Lomelí Vanegas presentó ante la Junta de Gobierno de la Universidad un proyecto de trabajo, en el que destaca que existen aprendizajes importantes que dejó la pandemia y que vale la pena recuperar.
“Creo que la enseñanza combinando las modalidades presencial y a distancia debiera de permanecer. Hay que aprovechar lo mejor de las plataformas de la educación a distancia y de esta manera combinarlos con la enseñanza presencial. Eso nos puede dar muy buenos resultados.
“También hay que desarrollar mejores aplicaciones para que los estudiantes puedan tener acceso a toda la oferta académica, cultural y de servicios que ofrece la Universidad, además hay que aprovechar las posibilidades que hay para simplificar trámites y digitalizar ciertos trámites que nos permitirá contribuir a la sustentabilidad, que también es prioritario”, dice.
Explicó que su proyecto de trabajo está integrado por siete ejes que tienen que ver con hacer de la Universidad una institución educativa incluyente y al servicio de la Nación; fortalecer la atención a los distintos sectores de la comunidad; promover la salud física y emocional; fortalecer los distintos cuerpos colegiados de la UNAM, que son las instancias a través de las cuales la comunidad participa en la toma de decisiones de la máxima casa de estudios.
Agregó que su interés también está puesto en poner énfasis en la igualdad de género; impulsar la carrera académica y atender de mejor manera las necesidad tanto de las técnicos y técnicas académicas como del personal de asignatura; mantener el programa de renovación de la planta de tiempo completo; apoyar más la investigación que enfrenta en este momento, una reducción de algunas fuentes de financiamiento; apoyar la investigación en facultades y escuelas; aprovechar mejor la oferta cultural.