Chale. Una nueva burla por partida múltiple. Lo que ha hecho Samuel García, virtual candidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República, lo muestra de cuerpo entero. El individuo no es serio; de hecho, él también es un peligro para México. No debiera ser aspirante a la máxima investidura de este país.
Y así como no es serio, sí confirma ser un bribón, un déspota, un autoritario que busca verle la cara a los mexicanos. Con los regios ya lo ha estado haciendo; ahora apunta a querer burlarse del sistema político mexicano y de la ciudadanía en su conjunto.
¿Qué numerito está interpretando Samuel? Primero que nada el del agandalle. Ese es el sello que lo distinguen a él y a su nuevo patrón, el presidente de la República. Porque agandalle es el insistir en plantar a un encargado de despacho para que el Congreso local no pueda nombrar un gobernador sustituto. Vital no dejar el gobierno de Nuevo León en manos de alguien que no sea incondicional suyo.
Luego, el de salvar su pellejo, pues algo muy gordo y muy negativo le saben Andrés Manuel y la 4t como para que el fosfo fosfo gobernador con licencia se preste a ser el esquirol del régimen. El numerito de quien actúa en función del miedo que tiene de ser observado por alguien y muestre las corruptelas de su gobierno.
También el de la opacidad y del ocultamiento. El de un intento de joven dictador que no acata la normatividad ni las leyes. Tampoco la separación de poderes. Lo que es más, que pareciera buscar la desaparición de esos poderes en el regio estado.
El numerito de la mentira. La última: presentar la suspensión de un juez local en materia laboral (que, por cierto, carece de facultad para otorgar o negar dicha suspensión) y pretender hacernos creer que esta va por encima de la resolución que hizo antes ¡la Suprema Corte de Justicia de la Nación! ¿Cómo hacerle entender a Samy que organigrama mata carita?
Total, algo que ya hemos vivido y que NO queremos vivir seis años más. Un “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley” en versión naranja.
Y Samuel ni siquiera se refugia en un subterfugio legal. El cinismo es grande. El numerito incluye, entonces, una semana de precampaña y regresar como gobernador por tres días… ¡¿Pero que no solicitó, presentó, tramitó y le concedieron licencia por seis meses?! Que alguien me explique entonces: la licencia es de seis meses, ¿pero él viola los términos de la licencia presentándose a asumir funciones cada vez que le da la gana?
Lo que intenta hacer Samuel es designar de manera unipersonal a quien llevará las riendas de Nuevo León y A LA VEZ regresar a destiempos a llevarlas él mismo. Como diría el clásico: ¿quieres A o B?, porque las dos cosas no se pueden.
¿La democracia, la ley, la representatividad del Congreso local? Nada de eso importa en el numerito que ha armado el fosfo personaje.
Un numerito para dividir a la oposición, y cuando termine la puesta en escena, buscar regresar a “gobernar” a los regios. También una afrenta a la juventud, a los que buscan constituirse como la nueva política.
MC no quiso unirse a la oposición, lo que hizo fue representar de manera autónoma los peores vicios de la política que tanto debemos enterrar. El numerito de Samuel lo certifica.
El “ya estamos de regreso, en casa, en Nuevo León y voy a firmar para dar máxima publicidad” que anunció en XTwitter, sí da máxima publicidad, pero a su cinismo. Cinismo que también tiene máxima publicidad en los spots que continúan promocionando su imagen a nivel nacional en una contienda rumbo a la Presidencia, pero al mismo tiempo viéndosele despachar en su oficina como gobernador…
No, Samuel NO dio cumplimiento a una formalidad legal. Lo que intenta hacer es la chicanada de provocar una crisis constitucional en Nuevo León con el choque de dos gobernadores interinos.
Pero de chicanadas, francamente, ya estamos hartos.