La grilla alrededor de la forma como las autoridades de los tres niveles de gobierno han enfrentado la devastación que dejó Otis en Guerrero, ha opacado el drama económico, social y humano que se le viene a esa entidad en los próximos años.
El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM dio a conocer un comunicado en el que pronostica que los daños provocados por el huracán “regresarán” diez años el desarrollo humano en la entidad.
Un dato amargo para un estado con una población de tres millones 340 mil personas; 60 por ciento de las cuales vive en pobreza.
La cifra choca con el precipitado vaticinio del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que “no habrá amarga Navidad” para los habitantes de los municipios que han sido declarados como “zonas de desastre natural”, después del paso del huracán: Acapulco, Coyuca de Benítez, Benito Juárez, Atoyac de Álvarez, Xalpatláhuac, y Tecpan de Galeana. Una actividad que será duramente afectada es el turismo, que es vital para la entidad, no sólo para Acapulco.
El documento recoge un dato de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana: antes del desastre natural, 74.9 por ciento de los pobladores de Acapulco ya se sentía inseguro.
“La violencia y el crimen en Guerrero ha ido en aumento en los últimos años, de acuerdo con informes de la DEA y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal”, dice el comunicado.
Añade: “Guerrero es una de las entidades con más grupos criminales: desde el sexenio de Enrique Peña Nieto se calcula que en ese territorio operan unas 500 organizaciones del crimen organizado”.
El estado también ocupa el séptimo lugar en número de homicidios —800 en la primera mitad de 2023—, lo que equivale a 20 por ciento de aumento con relación al mismo periodo del año anterior.
“De acuerdo con la Unicef, más de 296 mil niñas, niños y adolescentes podrían haberse visto seriamente afectados al tener que enfrentarse a carencias de alimentación adecuada, acceso limitado a agua potable y el riesgo de enfermedades relacionadas con el estancamiento de agua”.
El análisis fue coordinado por José Ignacio Martínez Cortés, profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, y por Juan Felipe Santana Mora, analista en jefe del citado laboratorio.
* Nos enteramos ayer de que de las nueve entidades donde habrá elecciones de gobernador, el Frente Amplio por México (FAM) llevará hombres en los cuatro estados donde es más competitivo: Yucatán, Puebla, CDMX y Veracruz. La información la atribuye el periódico Reforma al mismísimo Marko Cortés.
Yucatán es el estado donde los opositores son más competitivos, según un análisis basado en la votación de 2018, realizado por morenistas. PAN, PRI y PRD se quedaron con 72.24 por ciento de los votos en 2018.
En Veracruz, el Frente va con un priista: el diputado José Francisco Yunes o el exsenador Héctor Yunes. En 2018 alcanzó 48.4 por ciento de la votación.
En Puebla obtuvo 48.1 por ciento de los votos hace seis años, el candidato será el panista Eduardo Rivera, alcalde de la capital de la entidad, y en la CDMX, 41.3 por ciento, con el panista Santiago Taboada.
Morena lleva ventaja en Tabasco, 59.9 por ciento de los votos; en CDMX sacó 41.9%; Veracruz, 41.0%; y Chiapas, 34.7 por ciento.
Movimiento Ciudadano sólo es competitivo en Jalisco. En 2018 obtuvo 39 por ciento de los votos. El favorito en las encuestas es el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus.
Morena presenta allí dos candidaturas fuertes: Carlos Lomelí y José María Martínez. El primero encabeza las mediciones internas. El segundo, nos dicen, puede “morderle” votos al PAN, partido en el que militó, y al MC.
Ya que estamos. La joven emecista Vida Gómez Herrera, coordinadora de la Comisión Operativa Provisional en Yucatán, se registró ayer como aspirante naranja a la gubernatura de Yucatán.
¿Su lema? Ya es tiempo de una opción nueva y joven para el estado.