Me enfurece. Ni Samuel ni AMLO respetan el luto. Ellos continuan como si nada, enfrascados en sus estériles jueguitos electorales. López Obrador juega con Nuevo León y no se sale del guión.
Aparentemente está en plan de aplaudidor y porrista de Samuel García; muy pendiente se muestra del gobernador. “Muy buen trabajo”, dice el presidente cuando se refiere a Samuel. Sí, recientemente habla más de él que de cualquier otro asunto de su gobierno federal o de la propia 4t.
Quizá por eso el gobernador cree que AMLO en verdad lo apoya en su afán de alcanzar la Presidencia, incluso al grado de rivalizarle a Claudia Sheinbaum.
Me temo que García está equivocado al pensar que el primer mandatario lo está formando como reemplazo para saltar a la cancha en caso de que algo suceda. Allá él.
Entonces, bien entrenadito, se muestra haciendo cola en caso de que suceda alguna eventualidad y se necesite que entre al quite.
El señor García apuesta a que la historia se repita. Y esto no precisamente por las razones que diría Karl Marx (la historia siempre se repite dos veces; la primera, como tragedia, y la segunda, como farsa). Tampoco, evidentemente, a que le ocurra lo que a Jaime Rodríguez El Bronco (esto es, que termine obteniendo un 4% de la votación en las elecciones presidenciales y que el próximo gobernador le entambe), aunque es posible eso precisamente sea lo que le suceda.
No, Samuel quisiera que la historia de su llegada a la gubernatura de Nuevo León se repita. Esto es, hacerse de la posición en razón de que la candidata morenista se desinfle, y que sea el mismísimo López Obrador quien lo apoye para resultar victorioso en la contienda.
Samuel cuenta con ello. Así el grado de su auto convencimiento, de su soberbia.
Ahora bien, afortunadamente para él y para su narrativa, esa convicción la alimentan no pocos analistas que aseguran que la campaña de Claudia Sheinbaum va muy mal. Lo ilustran básicamente a partir de un solo elemento que ni siquiera es atribuible a la ex jefa de gobierno capitalino: que no pudo llenar el estadio del Cruz Azul. La realidad, creo, es que se está sobredimensionando este hecho así como el desfonde de Sheinbaum.
Pero, bueno, el asunto es que el relanzamiento de Samuel coincide con este tropiezo de Morena. Y AMLO aprovecha el momento para convencer a Samuel de que va en serio…
Mi opinión es que aunque Sheinbaum no creciera, es tal el poder económico y estructura de Estado que la secunda, que la solidez de su campaña es lo de menos. (Mi lectura de las cosas puede cambiar a partir de Otis, claro está. Estoy consciente de que es probable que para Morena y el presidente haya un antes y un después del huracán).
Pero volviendo a la figura puntera en las encuestas: Claudia Sheinbaum cuenta con el apoyo del partido y del presidente. ¿Y cómo no ser así si es la sucesora perfecta para doblegarla más adelante y manipularla a su modo? Suponer que AMLO prepara un reemplazo es no entender que él lo que busca es perpetuar su liderazgo, su presencia al frente del gobierno nacional.
Es posible que también a la ilusión de Samuel García contribuyan estudios como el presentado aquí en SDPnoticias. La empresa MetricsMX, en su más reciente encuesta rumbo a la Presidencia 2024, indica sin margen para las dudas que la postulación de Samuel como abanderado de Movimiento Ciudadano NO divide a la oposición —como comúnmente se cree— sino que le quitaría votos —no pocos— a ¡Claudia Sheinbaum! En ese sentido es lógico que Samuel se crea un rival de esta, alguien a quien considerar seriamente.
No sorprende, entonces, que el aún gobernador de Nuevo León ya empiece a emular actitudes tan típicas de un autócrata; de Andrés Manuel López Obrador, para acabar pronto.
Y así, ¡a qué grado el encontronazo con el Congreso de Nuevo León es una vuelta más al rancio machismo! Desde su “yo soy joven”, “yo soy hombre”, “yo sí la puedo en contra de Claudia y de Xóchitl”. Samuel está inflado —que no crecido—.
A pesar de que vienen de una formación, orígenes, experiencias, batalla tan distintas, García busca seguir la misma receta del tabasqueño. El gobernador del estado más rico, industrializado y “pocho” de nuestro país imita al macuspano. Sus formas, gustos y acciones.
¡Qué putrefacción de la política considerar (analizar o tomar en cuenta) a un individuo cuyas aspiraciones a la Presidencia son una farsa absoluta! Que ha decidido adoptar formas, programas y posturas que ya se han visto hacen tanto daño al país.
¿O no pretende Samuel ser ahora ser el gran divisor? ¿El representante del pueblo? ¿Justificar su enojo con el congreso de Nuevo León? ¿Tener las soluciones mágicas para las problemáticas de una realidad nacional?
Si los mexicanos sabemos que estos desplantes llevan a la fatalidad, ¿qué estamos hacemos siquiera considerándolo como opción?
Lo que Samuel García está haciendo es detestable desde el punto de vista de su estado, de su juventud, pero también pensando en México y su futuro como nación.