El gobernador de Nuevo León, Samuel García, se enfrenta a uno de los momentos más importantes y críticos de su carrera política: si confirma su interés de competir por la candidatura presidencial de Movimiento Ciudadano (MC) deberá enfrentarse al Congreso de su estado y quizá no podrá regresar a la gubernatura, la cual habría gobernado apenas durante dos años.
El momento que tanto auguraron los diputados locales del PRI y el PAN llegó. Antes de pedir licencia, Samuel García emprendió toda una estrategia para que la bancada de cinco legisladores que tenía Movimiento Ciudadano en el Congreso de Nuevo León se incrementara de manera acelerada, hasta llegar a una mayoría simple que le garantizara la autorización de su licencia temporal.
De acuerdo con las denuncias de los legisladores, el gobierno de García prácticamente los acosó para obligarlos a renunciar: despidió a sus familiares, clausuró negocios, les negó derechos básicos como el acceso al agua y previamente convenció a sus suplentes para que se afiliaran a MC.
De esta manera consiguió elevar su bancada de cinco a 11 legisladores que, sumados a los dos que tiene Morena y uno más del Partido Verde, le representan una bancada de 14 votos, una tercera parte de un Congreso que está conformado por 42 escaños.
Los números no le son suficientes. La mayoría del PRI y el PAN en el Congreso puede negarle la licencia temporal y evitar que compita por la candidatura presidencial de su partido, como ya se lo hicieron saber las diversas fuerzas de oposición a nivel nacional. También existe la posibilidad de que le aprueben el permiso, pero no le permitan regresar ni tener influencia en su sustituto.
En este punto hay diferencias entre las fuerzas políticas opositoras locales y las que coordinan los partidos a nivel nacional, pues mientras los diputados de Nuevo León se frotan las manos para que, como establece la Constitución local, designen con su mayoría un gobernador interino afín a sus intereses, en el centro del país apuestan por amarrar en la gubernatura a Samuel García y así evitar dividir el voto de la oposición en 2024.
La apuesta de los liderazgos nacionales parece arriesgada, sobre todo en un escenario en el que la cabeza de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, confirma que Marcelo Ebrard sigue siendo una posibilidad para abanderar a su partido en la elección. De manera que Samuel García es el candidato interno y el excanciller el externo o ciudadano. Si no se queda la candidatura, el gobernador de Nuevo León negociaría entonces la de su esposa, Mariana Rodríguez Cantú, al Senado de la República.
Se calcula que en una eventual candidatura de Ebrard para la Presidencia de la República, MC arrancaría con 20% de los votos, los cuales no le serían suficientes para obtener la victoria en 2024, pero sí para maximizar el fenómeno de la división del voto. El único escenario visible de una victoria opositora, de acuerdo con los cálculos y las encuestas, es a un Marcelo Ebrard uniendo los esfuerzos del Frente Amplio y de MC, y quizá para lograr esa complicada meta sí sea necesario congelar al estridente gobernador de Nuevo León.
En la dirección opuesta, los más interesados en que Samuel García haga válida su licencia son los equipos de Claudia Sheinbaum y del presidente Andrés Manuel López Obrador. El gobernador se sabe apoyado y por eso intenta violar la Constitución de Nuevo León, buscando imponer a su sustituto.
La ilegalidad y debilidad de sus intentos lo llevaron a buscar un blindaje a su proyecto de gobierno ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el cual ha ratificado que el futuro de Samuel está en las manos del incontrolable y ofendido Congreso de Nuevo León.
Luego de la renuncia del subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, y la llegada de Arturo Medina a este puesto de la Secretaría de Gobernación, la Procuraduría Fiscal de la Federación quedó acéfala.
Además del actual subprocurador, Luis Cornu Gómez, otro candidato que suena con fuerza para ocupar ese puesto es Eduardo Cruz Silva, actual director General de Legislación y Consulta, pues urge un titular que vaya a las reuniones convocadas por el gobierno federal.
Por ejemplo, para la construcción de hospitales por parte del IMSS-Bienestar y la Secretaría de la Defensa, además de que participe en las mesas de negociación para “recuperar” los hospitales concesionados de las empresas privadas que tiene en marcha el gobierno del presidente López Obrador.