Nos cuentan que a los diputados ebrardistas, Morena les concedió reducir el impuesto que se aplica a los ahorradores, ya que el proyecto de Ley de Ingresos planteaba cobrar el 1.48%, pero con la intervención de los legisladores afines al excanciller Marcelo Ebrard, quedó en 0.5%. Y así todos felices: los marcelistas tienen por fin una victoria que presumir y Morena concede poco y logra que no se salgan del redil. Los que no estarán satisfechos serán los ahorradores, que perderán más del 0.15% que venían pagando hasta ahora.
Nos comentan que en la dirigencia nacional de Morena han dicho que no permitirán una traición más al movimiento, por ello hicieron firmar nuevamente a los aspirantes que buscan alguna coordinación estatal, lo que equivale a ser el virtual candidato a la gubernatura, en los nueve estados que estarán en juego en 2024. Nos explican que la carta compromiso, que firmaron todos y todas las contendientes que serán medidos, se estipula que se comprometen a aceptar, sin condiciones, los resultados de la encuesta y trabajar por la unidad, pero, sobre todo, se comprometieron a no ser vulgares ambiciosos y a respetar la máxima del partido que lo que importa no son los cargos, sino los encargos. ¿Será que al pensar el contenido de la carta antitraición les vino a la mente el nombre de Ricardo Mejía Berdeja? La advertencia está hecha, nos dicen.
Ayer, durante la sesión del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, funcionarios del órgano electoral aseguran que la consejera presidenta, Guadalupe Taddei Zavala, defendió de manera férrea el acuerdo que obliga a los partidos políticos a postular cinco mujeres para las nueve gubernaturas que estarán en juego en las elecciones de 2024, a fin de garantizar la paridad de género, aunque aseguran que algunos “excesos de experiencia” y “protagonismos” no permitieron la aprobación del acuerdo. Nos hacen ver que se presentará pronto un nuevo proyecto de acuerdo, y todo indica que esta vez sí será aprobado para que sean cinco las mujeres que deban competir por un igual número de gubernaturas. El compromiso de doña Guadalupe, aseguran, es llevar a buen puerto el proceso electoral más complejo de la historia, rompiendo inercias e intereses creados.
Con su salida de Gobernación y su entrada a la campaña de Claudia Sheinbaum, nos cuentan que Alejandro Encinas tal vez aseguró su futuro político, pero quién sabe si el legal. Don Alejandro logró quedar mal con los familiares de los normalistas de Ayotzinapa, con el GIEI, con el Ejército, con el exfiscal especial del caso y hasta con el presidente López Obrador. Además de quedar como el cohetero, nos aseguran que se le vienen denuncias penales acusado de exceder sus facultades legales y actuar como Ministerio Público. Al final, dejó la “nueva versión” del caso casi idéntica a la “verdad histórica”, con la diferencia de que liberó a criminales de Guerreros Unidos que participaron en la desaparición de los jóvenes y encarceló al que los investigó, el exprocurador Jesús Murillo. Lista de plurinominales para obtener fuero, le auguran los mal pensados.