El pasado 1 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su V Informe de Gobierno en Campeche. Nos detallan que un par de días antes, las calles céntricas de la capital campechana fueron adornadas con banderines y pendones donde daban la bienvenida al jefe del Ejecutivo federal. Al preguntarle a Presidencia de la República el costo que tuvo esto, la dependencia respondió, como es costumbre, que no había encontrado información al respecto, y aconsejó hacer esa pregunta al gobierno de Campeche. Pero, el gobierno que encabeza Layda Sansores, al parecer, copió la respuesta de Presidencia y contestó que no tenía información al respecto, y le echó la bolita al gobierno federal. Total, nadie sabe y nadie supo quién o quiénes pagaron esta publicidad del presidente López Obrador. Todo indica que los misteriosos patrocinadores anónimos de espectaculares, que pagaron miles de anuncios en calles y carreteras del país para las “corcholatas” de Morena, atacaron de nuevo
Ayer, el exsecretario de Seguridad Ciudadana de la capital, Omar García Harfuch, compareció en calidad de víctima en el proceso que se le sigue a 12 presuntos responsables del ataque armado que sufrió en junio de 2020. Nos comentan que don Omar, quien busca ser jefe de gobierno de la Ciudad de México, respondió a los cuestionamientos de los abogados defensores de los presuntos perpetradores del ataque, quienes buscan desestimar su testimonio, bajo el argumento de que lo rindió cuando estaba hospitalizado. Nos hacen ver que García Harfuch sobrevivió a los 414 disparos que los sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación hicieron en su contra, y ahora tendrá que sobrevivir al proceso penal, y esperar que la defensa de quienes están señalados como sus agresores no vayan a querer alegar que sus defendidos actuaron en defensa propia, o que ellos iban pasando tranquilamente y sin molestar a nadie por ese lugar con sus cuernos de chivo cuando, de repente, se vieron en medio de una balacera y son víctimas de una injusticia.
Nos platican que haber modificado el reglamento interno de la Cámara de Diputados para poder legislar martes y miércoles, a fin de tener de jueves a lunes para hacer campaña, le costó caro a la mayoría parlamentaria de Morena y sus aliados, pues, ahora, ya no tienen la facilidad de subir dictámenes en fast track. Antes, en comisiones podían aprobar una iniciativa el martes, dar declaratoria de publicidad y esperar las 24 horas de ley para debatirlas el jueves en el pleno. Sin embargo, ahora, al ser días continuos, es muy difícil que eso se logre. Así pasó con la reforma para recortar fideicomisos del Poder Judicial que el martes avaló la Comisión de Presupuesto y no pudieron subir al pleno ayer, como lo querían, porque habrían incurrido en “omisión legislativa”. En el pecado de mover los tiempos legislativos para privilegiar los electorales llevaron la penitencia.
Nos cuentan que quien llegó con una amplia agenda de diplomacia parlamentaria fue la nueva presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, de Morena, quien se encuentra en Nueva Delhi, India, para participar en la Novena Cumbre de los Presidentes de Parlamentos del G20, que se realizará el 13 y 14 de octubre. La legisladora por el estado de Tlaxcala, nos dicen, tiene en su agenda temas de medio ambiente y acciones para abatir las desigualdades. Nos hacen ver que al menos uno de los poderes, en este caso el Legislativo, no desdeña este tipo de cumbres, pues el titular del Ejecutivo no es afecto a viajar a reuniones del G20.