Dicen que localizaron los huesos entre bolsas, botellas, jeringas, trozos de vidrio, envases de plástico y vasos de unicel. Que estaban confundidos, revueltos entre la basura que se acumulaba en el fondo de una barranca de alrededor de 200 metros, ubicada en Tacámbaro, Michoacán.
Prácticamente sin ayuda oficial (dos perros, dos entrenadores y dos guardias nacionales), las madres buscadoras de Buscando Cuerpos, lograron ubicar en ese sitio, según denunció la fundadora de este colectivo, Margarita López Pérez, las osamentas de más de 40 personas.
“Pero la cifra podría aumentar, porque se han encontrado fragmentos óseos que aún están por armarse”, declaró la activista López Pérez.
Aunque la denuncia causó revuelo a nivel nacional, el gobernador del estado Alfredo Ramírez Bedolla la minimizó. Llamó a no caer en rumores y esperar las investigaciones de la Fiscalía General de la República: negó que el hallazgo encendiera un foco para Michoacán en materia de seguridad y lo consideró “un evento de investigación más”.
En Tacámbaro hay focos rojos encendidos, sin embargo, desde hace mucho tiempo.
Como se recordará, el 22 de agosto de 2022 la hija del alcalde morenista de Tacámbaro fue detenida en el puente internacional Juárez-Lincoln con dos armas y 248 mil dólares escondidos entre los paneles de las puertas traseras de un Passat.
Aquel día, dos agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de Webb fueron solicitados por personal de Aduanas y Protección Fronteriza del gobierno de Estados Unidos. Habían detenido a Yeishi Moriya, una joven mexicana de 28 años de edad, cuando intentaba pasar a territorio mexicano desde Laredo, Texas.
Moriya iba acompañada de un hombre y dos niños. Cayó en múltiples contradicciones. Además del dinero que iba escondido en el auto le hallaron varios fajos de dólares atados a la cintura, bajo el vestido. Declaró que se los había guardado ahí para no pagar impuestos.
Le encontraron también dos armas, un Colt calibre .45 y una Glock 9 mm.
Sobre los más de 200 mil dólares ocultos en los compartimientos del Passat, contó una historia extraña: según el reporte del gobierno estadounidense, un sujeto llamado Eduardo le pidió reunirse en Dallas con él.
Al llegar a Laredo, al lado de su novio y de sus hijos, Eduardo y otros tres hombres la recibieron, la mandaron a comer y le dijeron “que dejara el vehículo atrás”.
Cuando regresó, Eduardo le dijo “que el vehículo estaba listo”. Le dio tres mil dólares por transportar el dinero y otros tres mil para que se los entregara a otra persona en Michoacán.
La hija del alcalde Artemio Moriya Sánchez fue enviada a la cárcel de Webb. Se le permitió salir mediante el pago de una fianza de 5 mil dólares. Su padre denunció, poco después, que había perdido contacto con ella y subió un video a redes para denunciar su desaparición.
La joven reapareció días más tarde: con la retórica de rigor denunció en sus redes sociales que todo era una “total mentira”, y que la información se había difundido “para desprestigiar a mi familia, para desprestigiarme a mí; son fines políticos, ya saben que son capaz de todo (sic), sobre todo cuando se ven perdidos…”.
Un año más tarde, el 29 de julio de 2023 Tacámbaro volvió a convertirse en noticia nacional. Ese día, el sobrino del alcalde Moriya Sánchez, Yoshio Moriya Villaseñor, conocido como El Japonés, fue ejecutado en la colonia 20 de Noviembre por al menos tres hombres que viajaban a bordo de motocicletas: la victima intentó correr: a media calle, lo abatieron con disparos de .45 y 9mm.
El mismo día, dos camionetas, una de estas blindada, fueron acribilladas en el centro del municipio: según reportes locales, las víctimas fueron resguardadas dentro de instalaciones militares por elementos de la 5ª Compañía. El mismo 29 de julio, dos hombres más fueron ejecutados frente a una tienda Coppel; en el ataque, perdió la vida una mujer que pasaba por ahí.
Ese día, Tacámbaro fue parte de una ola de violencia que en menos de 48 horas dejó 14 muertos en Morelia, Apatzingán, Zinapécuaro, Zamora y Tangamandapio.
Ya habían aparecido meses antes cinco decapitados en la carretera Pátzcuaro-Tacámbaro; ya habían sido emboscados elementos de la fiscalía estatal y de la Guardia Nacional en la localidad de Laguna Seca; ya habían sido asegurados 25 vehículos con reporte de robo, 15 de estos con violencia, en un corralón de la carretera Tanícuaro-Tamácuaro.
Ya había anunciado su entrada a Tacámbaro, con la frase escrita en una narcomanta (“Vamos con todo”), el Cártel Jalisco Nueva Generación. Ya había anunciado una guerra contra Los Viagras y sus aliados de Cárteles Unidos, que entre otros males ha dejado sin turistas a este pueblo mágico.
Tras el hallazgo dado a conocer por la fundadora del colectivo Buscando Cuerpos, el gobernador de Michoacán no encuentra, sin embargo, motivo alguno de preocupación. No enciende las alarmas, ni lo considera un foco rojo.
Para él es solo “un evento de investigación más”.