La candidata virtual de Morena, Claudia Sheinbaum, y su equipo buscan transmitir el mensaje de que su victoria en el proceso electoral de 2024 es inevitable, por lo que no existen posibilidades de que tanto al interior como al exterior del partido pueda florecer algún tipo de oposición.
Además de disminuir la imagen de Xóchitl Gálvez, la virtual candidata presidencial del Frente Amplio por México, los operadores de Sheinbaum han enfocado sus baterías en una estrategia de debilitamiento y desaparición del bloque que apoya al excanciller Marcelo Ebrard, quien insiste en impugnar el proceso de selección interno de Morena y ahora amenaza con bloquear la aprobación del presupuesto 2024.
El golpe fatal se programó para el pasado lunes 2 de octubre, cuando la exjefa de Gobierno de la CDMX y el líder nacional del partido, Mario Delgado, convocaron a reunión a los diputados que han manifestado su apoyo a Ebrard, y que se decían parte de una nueva bancada en el Congreso que representaba a la incipiente asociación “El Camino de México”.
En un principio se dio a conocer que la asociación de “marcelistas” integraba a unos 80 diputados pertenecientes a Morena y a los aliados del Partido Verde y del Partido del Trabajo, con el diputado morenista Emmanuel Reyes Carmona como una de sus figuras más visibles. De a poco, el número se ha venido reduciendo, y aquel lunes Claudia esperaba pulverizarlo hasta dejarlo en menos de una veintena de seguidores cuyos votos fueran intrascendentes para las decisiones en la Cámara Baja.
Tras esa reunión abandonaron el barco de Ebrard los diputados como Manuel de Jesús Baldenebro, Rosalinda Domínguez y Mario Miguel Carrillo, quienes bajo el discurso de la unidad del partido trataron de disfrazar la traición a su líder, pero salieron con la consigna de anunciar que, efectivamente, el grupo de diputados que apoyaba al excanciller estaba prácticamente acabado.
En sentido contrario se mantuvieron firmes con Ebrard el propio Reyes Carmona, la diputada Selene Ávila, el diputado Daniel Gutiérrez y la combativa diputada Salma Luévano. Todos ellos se encuentran ahora sometidos a sendas campañas de desprestigio por parte de Morena, con señalamientos que van desde su pertenencia a la iglesia de la Luz del Mundo hasta el supuesto plagio de iniciativas de ley.
Este grupo recibió, además, el apoyo de una docena de diputados afines a Ricardo Monreal, quienes el pasado miércoles se sumaron a su causa para buscar modificaciones en el proyecto de presupuesto, aunque el propio senador zacatecano dejó entrever que el objetivo de esa adhesión a los planes de Marcelo está más enfocado a que le permitan colocar a algunos de sus perfiles cercanos a las candidaturas por los estados. Es evidente que sus cartas más fuertes para Puebla y para Chiapas, Alejandro Armenta y Eduardo Ramírez, respectivamente, han recibido desaires de Morena y podrían quedar marginadas de los procesos electorales.
La encargada de oficializar el apoyo de los monrealistas a Ebrard fue la diputada Benelly Hernández, conocida por su gran cercanía al también exgobernador de Zacatecas, no precisó la cantidad de legisladores que sumaría a la causa, pero ahora se sabe que sus 12, sumados a un bloque de 35 incondicionales que aún le quedan al excanciller, hacen una interesante cifra de 47 votos.
Con estos números Ebrard y Monreal buscan estirar la liga al máximo en su estrategia de presión a Claudia Sheinbaum, quien empieza a dar muestras de que sus decisiones pretenden ser únicas y totalitarias. El bloque del “El Camino de México” va por modificaciones al presupuesto por el orden de 50 mil millones de pesos, en específico para quitarles la categoría de gasto y colocarlos en el rubro de la inversión.
Los grupos aeroportuarios del país habían sido prácticamente los únicos intocados por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo tratándose de empresas concesionarias con muy buenas ganancias, pero finalmente lo hizo a través de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), que modificó las bases de regulación tarifaria. Y aunque no se dieron detalles, las empresas y sus inversionistas anticipan un recorte obligatorio a la TUA que cobran a los pasajeros.
El jueves, tras conocerse la noticia, las acciones de los tres grupos aeroportuarias que operan en el país se desplomaron a niveles históricos en la Bolsa Mexicana de Valores. El golpe que sufrieron en un solo día Asur, GAP y OMA significó unos 70 mil millones de pesos en su valor de capitalización.
La debacle de los tres grupos arrastró a la BMV y también a otros operadores de concesiones que cotizan en la Bolsa. Fue una más de esas decisiones sorpresivas y unilaterales del gobierno de la 4T que generan incertidumbre a los inversionistas y, si bien ya se sentaron las autoridades aeronáuticas con los funcionarios de las empresas concesionarias de aeropuertos, es un hecho que les cambiarán las reglas del juego. Esto se suma a la mayor competencia que los grupos privados tendrán del gobierno, particularmente del Ejército que controlará el Aeropuerto de Tulum, el Felipe Ángeles y otros, además de que tendrá su propia aerolínea.