Hay una dependencia en el gobierno federal que busca ganar un récord Guinness, pero no en un tema de mayor eficacia, sino del número de directores que ha tenido en cinco años. Se trata del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Nos recuerdan que en esta dependencia han desfilado tres directores, y algunos de ellos han estado envueltos en la polémica por presuntos actos de corrupción en la institución. Ayer, el presidente López Obrador nombró al cuarto director, Alberto Becerra Mendoza, exintegrante de su Ayudantía, el mismo que en esta columna se lo habíamos adelantado el pasado 7 de octubre. El mandatario federal aseguró que “Beto” —como lo llaman en Palacio Nacional— es un funcionario de su “absoluta confianza” y alguien honesto. ¿Será que don Alberto Becerra sí será el director del instituto que termine el sexenio y que garantice que lo decomisado y lo robado sí regrese al pueblo? Pues hasta ahora el único récord que ha ganado el instituto es el de la impunidad, pues pese a las denuncias en contra de alguno de sus directores por corrupción, no ha habido castigo.
Nos cuentan que en la reunión a puerta cerrada que sostuvieron todos los aspirantes de Morena a las nueve gubernaturas que estarán en juego en 2024, con la virtual candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, y el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, todos los participantes firmaron un documento, que le entregaron cada uno de ellos en propia mano a la exjefa de Gobierno en el que se comprometen a respetar los resultados de las encuestas. En el acto, celebrado en la Ciudad de México, se registró un hecho que generó polémica: la manera en cómo aparecerían los aspirantes en las boletas de la encuesta, por sus nombres o sus apodos. Nos cuentan que algunos pidieron aparecer con un solo nombre y así colgarse de algún homónimo con más conocimiento que otros y salir más alto en los ejercicios demoscópicos. Al final, se acordó que se iría con el nombre completo de cada aspirante para evitar confusiones y evitar que algunos vivales se aprovecharan de la fama ajena.
Nos cuentan que, en los últimos días, algunos de los liderazgos que en el pasado impulsaron la marea rosa en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) se han acercado al aspirante de Morena a la candidatura para el gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch. Dentro del equipo de don Omar aseguran que tanto la ventaja que logra en todas las encuestas serias, como el acercamiento de este tipo de organizaciones, dan cuenta de que su candidatura logra conectar con la clase media. Esta situación, aseguran, no solo lo hace competitivo dentro de la lucha interna por la candidatura, sino que puede arrancar, al menos una parte, de este electorado que la oposición contempla como seguro, y que podría poner en duda la posibilidad de que repitan la hazaña de 2021, cuando se quedaron con 9 de las 16 alcaldías de la capital del país.
Quien hasta ahora ha estado blindada contra la grilla político-electoral es la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena. Doña Alicia comparecerá hoy ante el pleno del Senado con motivo de la Glosa del Quinto Informe Presidencial. Nos hacen ver, que hay expectativa de ver si el blindaje continúa, en especial después de la contradicción que se dio entre la cancillería y el Presidente en el caso del ataque de Hamas a Israel, que fue condenado de inmediato por la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero no por el mandatario. Nos dicen que los ánimos entre las bancadas de oposición y oficialistas están caldeados, por lo que habrá que ver qué tratamiento le dan a doña Alicia, cuya buena relación con todos los partidos, y el respeto a su carrera diplomática, le valieron su ratificación por la Cámara Alta, sin sobresaltos y por unanimidad, apenas en septiembre pasado.