“Imaginemos que tenemos un delincuente de 30 años y la única pista para reconocerlo es una foto de cuando tenía seis años”. Así describe el doctor Alejandro Sánchez del Instituto de Biotecnología de la UNAM los recursos no actualizados de la vacuna Abdala para luchar contra el Covid-19. Explica que esta vacuna cubana funciona mediante la tecnología de proteína recombinante. Esto quiere decir que entrena al sistema inmune para bloquear al virus, sintetizando su proteína en otro modelo (puede ser levadura o algún otro organismo). Se extrae un fragmento de esta proteína y se monta en una partícula que viene en la vacuna y se inyecta. “La información ya está directamente sobre esta ‘bolita’ con proteínas que el sistema inmune reconoce. Es una tecnología probada, pero el problema de esta vacuna es que su información es vieja”, puntualiza.
El jefe de la Unidad Universitaria de Secuenciación Masiva y Bioinformática explica que la información es del virus de Wuhan, el cual no existe desde hace prácticamente cuatro años. “De hecho, cuando el Covid-19 llegó a México, ya ni siquiera era el mismo virus. El virus ha seguido mutando y la información desactualizada no abona a cortar la transmisión del virus”, específica, pero agrega que para aquellos adultos que no hayan recibido ningún esquema de vacunación, les puede servir para desarrollar una de las dos inmunidades que genera la vacuna: la inmunidad celular, con la que se evita que se llegue a síntomas graves y a la muerte.
Por otra parte, el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, UNAM y académico en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, señala al respecto que esta etapa, sólo se enfoca la vacunación a las personas vulnerables y no se puede desaconsejar su uso. “Lo primero es recordar que la vacunación contra Covid-19 tiene como objetivo disminuir la probabilidad de que una persona contagiada enferme gravemente o muera. Todas las vacunas que se han usado en México en las diferentes etapas de la emergencia han funcionado bien para esto”, señala.
Agrega que la transmisión y el contagio se pueden evitar con otras medidas que no se pueden perder de vista, como uso de cubrebocas, sana distancia y ventilación en lugares cerrados. “A pesar de que las vacunas que se han usado en el país tienen plataformas diferentes de producción con componentes diferentes, todas estimulan de una forma suficiente para evitar la enfermedad grave y la muerte”. Él considera que hay información científica suficiente que lleva a inferir que Abdalá si ayuda como refuerzo, incluso con las variantes circulantes en la actualidad.
En este contexto, Sánchez afirma que mediante los trabajos realizados por el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex), y según información recabada hasta finales de septiembre, han observado que la variante de mayor circulación en el país en la actualidad es XBB.1.5, XBB.1.9 y XBB.1.16 sublinajes de ómicron que se le llama recombinante porque todas sus variantes han recombinado el sublinaje de la BA2 y BA5 con el surgimiento de nuevas variantes. “Esta es la información más reciente que Abdala no tiene y en el caso de Patria (que se espera que finalmente esté lista durante los últimos días de noviembre), desconocemos si la tiene. También depende cuánto tiempo tarde en estar realmente lista, pues para entonces podría haber otra variante que ya también le cueste más trabajo neutralizar”.
Mauricio Rodríguez dice que la vacuna Patria ha cumplido con las etapas de desarrollo y utiliza una plataforma de producción ya utilizada en otros países que hasta ahora parece indicar que ha servido para evitar enfermedad grave y muerte. “También hay que entender que ahora es muy difícil evaluar una vacuna nueva porque la mayoría de la población ya ha recibido más de dos dosis y ya le dio Covid”. Con población inmunizada y menor movimiento del virus es complejo hacer la evaluación de un nuevo biológico; sin embargo, el especialista agrega que será un hecho histórico contar con vacunación propia tras 20 y 30 años de importar todo lo que se consume en este ámbito cuando antes se producían vacunas en México.
Mientras tanto, la OMS actualizó su sistema de seguimiento y sus definiciones de trabajo para las variantes preocupantes, de interés y de vigilancia que marcan las pautas del consorcio. Basados en esta información, los expertos dan sus puntos de vista sobre la efectividad que podrían tener nuevas vacunas que buscan ser comercializadas en el país, como las recientemente consideradas por el Comité de Moléculas Nuevas (CMN) de Cofepris: Comirnaty de Pfizer-BioNTech, así como Spikevax de Moderna. Todavía no se sabe el costo y la fecha exacta en la que podrían ser vendidos estos productos al público en general. Pfizer señala que el proceso de autorización para el registro de las vacunas aún está en proceso, pues lo que se emitió en días recientes sólo fue la recomendación por parte del CMN, sin embargo, eso no representa una aprobación oficial.
Alejandro Sánchez refiere que en el mundo ya hay varias vacunas de RNA mensajero, como las de Pfizer y Moderna, que se producen con información actualizada de la variante predominante mostrando más efectividad. “Desde el año pasado ya había una vacuna bivalente que era para la variante predominante, pero no se trajeron a México los productos que van al día”. El investigador explica que desde el lado del órgano regulatorio las empresas entregan los resúmenes ejecutivos de los resultados en pruebas clínicas y lo que es bien visto en el producto que llegó a una fase clínica 3. “La prueba de los parámetros de eficacia y eficiencia están basados en grupos grandes con vacuna aplicada frente a grupos de placebo. Se comparan estos números y otros parámetros, como edad, vacunas previas, infecciones o reinfecciones. Más del 50% de eficacia será bueno para cortar la transmisión del virus, aparte de otros factores (como seguridad) evaluados en pruebas previas con poblaciones de diferentes fondos genéticos y étnicos.
Rodríguez Álvarez señala que estos productos en el mercado norteamericano alcanzan un costo de entre 120 y 130 dólares la dosis, por lo que muchas personas en el país no podrán acceder a esta vacuna. “Pero esperemos que en el mercado privado también se logre el enfoque para optimizar el número de dosis, es decir, que se mantenga la prioridad de los grupos de riesgo, pero es muy probable que eso no pase, pues así se ve con la vacuna de influenza”.
Sánchez señala, por su parte, que lo óptimo sería que el gobierno y los interesados en comercializar las vacunas, las apliquen de manera coordinada. “Creo que no se trata de que cada quien se la compre y administre cuando quiera, sino que siga el ritmo de la campaña de vacunación, de que al menos en un periodo de una o dos semanas se inmunice mínimo al 65% de la población del país”. Agrega que incluso los productos que estén a la venta, logren coordinarse para alcanzar la inmunidad grupal que han buscado históricamente las campañas de vacunación.
El especialista del Instituto de Biotecnología comenta que siempre estaremos expuestos, por lo que cada etapa debe tener una táctica particular, donde se fortalezcan estrategias como los cercos sanitarios. “Lo que se ha aprendido desde hace tres años sobre la vigilancia del virus es que tiene dos entradas principales al país, por la frontera norte y el sureste, en este último punto, específicamente el aeropuerto de Cancún en Quintana Roo, donde se recibe una gran cantidad de turistas europeos. Es así que nuestras variantes son las presentes en EU y Europa. También la frontera sur juega un papel, aunque menos explorado, pero la migración de Centro y Sudamérica también puede traer cepas diferentes”.
Subraya que ya sabemos que es un virus estacional donde la incidencia ayudará a preparar los esquemas de vacunación antes del verano, cuando aumenta convivencia y movilidad, por lo que se debería aplicar la vacuna en mayo o junio; luego posiblemente realizar un refuerzo en otoño, pero la idea sería seguir actualizando los productos con la variante más común, como se hace con influenza.
Por su parte, Mauricio Rodríguez señala que estamos entrando de lleno a la fase endémica del Covid, del que ya estaremos viendo un comportamiento regular. “Este invierno tendremos que ver cómo se comportan Covid-19, influenza, virus sincicial respiratorio, neumococo… todas las enfermedades de la temporada, para también ir viendo cómo se va acomodando el escenario de los microbios tractorespiratorios. Es posible que el virus genere variantes y subvariantes, pero es probable que incluso baje más la incidencia del Covid con respecto a influenza en esta época”.
Para ambos especialistas será fundamental mantener lo que se ha aprendido hasta el momento, que es evitar los contagios en la comunidad, actuando en consecuencia frente a los síntomas, principalmente con aislamiento. “Las posibilidades de que el virus mute es infectando a las personas. Cada vez los enfermos se enferman de una manera más leve, pero esto es contraproducente en el sentido de que nos hace subestimar los síntomas. Decimos no es más que una ‘gripita’, pero realmente desconocemos lo que se trae adentro. La costumbre es que si no es inhabilitante vamos a trabajar y entramos en contacto con otros al trabajar, transportarnos, etc. Debemos entender que se trata de un mal preinflamatorio que puede causar muchos daños a largo y mediano plazo; y apenas estamos viendo algunas consecuencias del long covid, el llamado largo o persistente. Hay gente cuya calidad de vida o esperanza de vida ya no va a ser la misma por culpa de este virus. Es muy importante tomar conciencia de esto”, concluye Alejandro Sánchez.