Frente al terrorismo no caben medias tintas. Hay que condenarlo venga de donde venga. El Presidente no lo ha hecho. Ha asumido una postura tibia frente a los ataques de Hamás contra israelíes. Andrés Manuel López Obrador se esconde detrás de la política de no intervención en asuntos de otros países que mandata la Constitución, pero que de nada sirvió en el caso del Perú de Dina Boluarte.
En el caso de Israel sí aplica, porque engañosamente se quiere presentar al grupo Hamás como defensor del pueblo palestino. “Nosotros no queremos tomar partido, porque queremos ser factor para la búsqueda de una solución pacífica”, alegó el Presidente en su conferencia mañanera.
¿No tomar partido frente a actos de barbarie cometidos en contra de la población civil? Son palabras que no debe pronunciar un hombre que se asume como vocero de los indefensos. Es precisamente ese pueblo el que también paga hoy, con mucha sangre, el terrorismo de Hamás en Israel.
El periódico El País cita reportes que hablan de 900 muertos y 2 mil 600 heridos en Israel y, al menos, 687 víctimas mortales y 3 mil 726 heridos.
Las cosas van de mal en peor. El Ejército israelí anunció un “bloqueo total” de agua, electricidad y combustibles a la franja de Gaza, donde viven más de 2 millones de palestinos.
Hamás reviró con la advertencia de que matará a un rehén israelí –hay reportes que hablan de 150 secuestrados—cada que se registre un bombardeo, sin previo aviso.
* La embajada de Israel en México acusó recibo de esa tibieza. En un comunicado destaca que la historia nos ha enseñado que mantener una posición neutral en lugar de tomar partido implica, en última instancia, respaldar y apoyar al terrorismo.
“Valoraríamos que el gobierno de México pudiera considerar una posición que condene de manera contundente los actos de barbarie perpetrados por la organización terrorista Hamás”, subraya el inusual comunicado.
Agrega: “Creemos firmemente en la importancia de condenar aquellos actos que ponen en peligro la vida de los civiles, así como rechazar cualquier manifestación de terrorismo que amenace la estabilidad regional e internacional”.
López Obrador, por cierto, informó que hay tres mexicanos desaparecidos en Israel. Dos aviones Boeing 737 de la Fuerza Aérea Mexicana, con capacidad para 200 pasajeros, volaron ayer rumbo a Tel Aviv para repatriar a connacionales atrapados en el conflicto.
* Estados Unidos aumentó la presión sobre cuestiones de seguridad durante la visita de una delegación de alto nivel a México, dice el último reporte de Eurasia. La consultora, que asesora a inversionistas alrededor del mundo, recuerda que el pasado jueves, el secretario de Estado, Antony Blinken, el fiscal general, Merrick Garland, y el ministro de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, se entrevistaron con López Obrador e integrantes de su gabinete.
Dice textual sobre el encuentro: “La reunión tuvo lugar en un momento en que las cuestiones relacionadas con la seguridad fronteriza y el fentanilo se están volviendo temas destacados en Estados Unidos. Como resultado, la administración Biden anunció que no podía detener ni redirigir los fondos para el muro de su predecesor en la frontera entre Estados Unidos y México”.
Dice Eurasia que las tensiones se acentuaron aún más cuando la secretaria Rosa Icela Rodríguez, titular de la SSP federal, contradijo a la delegación visitante en el sentido de que el fentanilo no se produce en México, sino que sólo se trafica a través del país. “Las cuestiones relacionadas con el fentanilo y la migración seguirán siendo cuestiones críticas a medida que se acercan las elecciones de 2024 en ambos países”, pronostica el reporte.
* Crece el escándalo de acoso sexual en Culiacán, Sinaloa. Aparecieron mantas que denuncian a “acosadores” de mujeres supuestamente protegidas por el gobernador morenista de la entidad, Rubén Rocha.
“Se busca. Protegidos de Rocha Moya. Violencia sexual y de género. Justicia para todas las mujeres de Culiacán y Sinaloa”, dicen las mantas, colgadas en varios cruces de la capital del Estado. Hace unos días, el gobernador habló del caso de un funcionario del Centro Para la Justicia de Mujeres. Dijo: “Él quiere estar donde mismo porque allí es donde acosa. Ya está probado que acosa sexualmente a las mujeres. No lo hemos cambiado de área. Yo le ofrecí cambiarlo a un lado donde haya puros machos como él, para que no haya problema”.
Nunca dijo el nombre del acosador. El escándalo subió de tono por la sospecha de que el mandatario protegía al acosador. El gobernador se vio obligado a subir, hace 72 horas, un mensaje en la red X que dice: “En mi gobierno se castigan todas las violencias contra mujeres y niñas. Somos inflexibles. Personalmente instruí el cese inmediato del agresor, apenas fui enterado de los hechos, en fecha 4 de mayo”.
Pero otra vez nada del nombre de quien se dice es “ahijado político” del mandatario.