Es el orgullo de la industria armamentística de Estados Unidos. Es también, a partir de esta semana, el terror de quienes viven en regiones del Pacífico disputadas por el crimen organizado.
Producida por General Electric, un día de 1963 se les ocurrió a sus directivos que, además de hacer refrigeradores y lavadoras, harían el arma más perfecta para evaporar personas. Su nombre oficial es M134, pero todos los que poseen una —incluido el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)— la llaman Minigun.
Está hecha de una aleación de metales que la blinda ante cualquier ataque y que se puede montar sobre tanques o helicópteros. Es tan rápida que —modificada— puede hacer hasta 150 disparos por segundo. Tan mortal que puede perforar una placa de máximo blindaje en menos de medio minuto. Tan efectiva que hasta quienes no tienen entrenamiento bélico pueden usarla intuitivamente como si se tratara de un videojuego.
Veloz, letal, confiable. Tiene el trinomio perfecto de quienes aman las armas. La usan desde Alemania hasta Turquía. Desde soldados hasta terroristas. Los conocedores de artillería dicen que es el instrumento de guerra más efectivo para exterminar una comunidad entera en tiempo récord, detrás de la bomba atómica.
Es el arma preferida de Terminator cuando lucha contra Depredador, de los salvadores de humanos en la saga Matrix y de los villanos que quieren acabar con James Bond. Y ahora está en manos de algunos capos.
Este jueves hizo su debut público en manos del crimen organizado en la “guerra contra el narco”. Había rumores desde 2018 de que el capo de las drogas Nemesio El Mencho Oseguera Cervantes la guardaba como su más temible guardaespaldas en caso de emergencia.
Ni el Ejército ni las comunidades acechadas por el capo querían creerlo, pero el rumor se convirtió en certeza en Cotija, Michoacán, donde la Minigun hizo añicos camionetas en sólo unos segundos demostrando lo que podría hacer contra civiles, policías y militares.
Fuentes consultadas por MILENIO en México y Estados Unidos en los gabinetes de seguridad coincidieron en que el arsenal del CJNG ya está integrado por, al menos, una docena de Minigun. La última ubicación conocida de ese armamento está en Michoacán, Jalisco y Zacatecas, donde los pistoleros del Mencho libran una guerra contra Cárteles Unidos y el Cártel de Sinaloa. Aunque podrían ser más.
“Sabemos por investigaciones que se han hecho contra traficantes de armas, por ejemplo, en Texas, que un cártel en especial hizo pedidos de piezas que sólo son consistentes con una Minigun. Esto ha sido de especial preocupación en el combate a los cárteles porque no hay fuerza de seguridad en México capaz de resistir un ataque con esta arma”, aseguró un agente texano que hace labores de inteligencia y compras de armas simuladas para la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
Sus características de fábrica la hacen engañosa. Su peso puede variar entre 20 y 40 kilos y su longitud roza el metro. A simple vista es liviana y corta. Pero basta con hacerle algunas modificaciones para convertirla en una monstruosidad que escupe 9 mil balas por minuto de calibre 7.62 mm con una potencia máxima hasta a 1.8 kilómetros lejos de su objetivo. Su costo ronda los 180 mil dólares por unidad más municiones y gastos de envío.
Cinco minutos de uso, a toda velocidad, puede costar medio millón de pesos sólo en cartuchos, así que su uso sólo puede ser costeado por gobiernos nacionales, cárteles globales y grupos terroristas de gran escala.
Así la describe en Reddit un entusiasta de las armas que dice pertenecer a la Asociación Nacional del Rifle en Estados Unidos: puede matar a una persona con chaleco blindado en un segundo; destruir un automóvil en tres; derruir una comandancia de policía en diez y a un pueblo pequeño en cinco minutos.
La engendró un médico con vocación de inventor llamado Richard Jordan Gatling, quien tuvo la idea de tomar una metralleta e incorporarle una rotativa de seis cañones, para que tirara balas como si fueran infinitas.
El invento quedó empolvado debido a que semejante poder sobrecalentaba cualquier motor de la época… hasta que los directivos de General Electric recuperaron la idea y le incorporaron un sistema de enfriamiento para que la cadencia de tiro no se interrumpiera. El ajuste funcionó y el ejército estadunidense aprovechó la innovación para llevar la Minigun a la guerra de Vietnam.
Los dos expertos consultados por este diario coinciden en que las Minigun del Mencho sólo pueden tener como origen Estados Unidos y que su forma de llegada a México sólo puede ser uno: un tráfico “hormiga” facilitado por autoridades corruptas en ambos lados del Río Bravo que permiten que, escondidas en automóviles, pasen desarmadas —pieza por pieza— hasta que alguien en México tenga suficientes fragmentos para armarla de vuelta y modificarla al gusto del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ese es el método descrito en el expediente 1:18-cr-00134-RP en la corte federal del Distrito Sur de Texas: un ex policía en aprietos económicos llamado Michael Fox se declaró culpable de aprovecharse de ser un comprador de armas con licencia para vender entre 2014 y 2017 varias Minigun a un cliente que abastecía a cárteles mexicanos.
Para asegurarse que nadie los atrapara lo hacían pieza por pieza. Una vez que las armas llegaban a Tamaulipas, el mejor postor se encargaba de contratar a un experto que las reconstruyera desde los resortes.
El periodista John Crump, especialista en armas y activista a favor de la libre posesión de armas en Estados Unidos, aseguró a este diario que el gobierno de Estados Unidos no tiene reportes de Miniguns robadas. La única explicación posible para que el CJNG tenga una docena es la corrupción.
“Diversión” para niños y grandes
La ingeniería de la Minigun es tan cercana a la perfección que hasta las compañías de juguetes para niños le sacan provecho a su temible reputación.
Por ejemplo, la marca de juguetes Nerf, propiedad de Hasbro, tiene cuatro versiones: dardos de espuma, balas de plástico, metralleta de agua y un paquete de lujo que incluye blancos, chalecos balísticos y pintura de guerra. Otras compañías, como Art Creativity, ofrecen réplicas de Miniguns para menores de 10 años con decenas de proyectiles y un soporte para usar las mesas y ventanas de casa como tanquetas o avionetas artilladas.
Para los adolescentes están las versiones virtuales que ofrecen videojuegos como Call of Duty, donde la Minigun es ideal para despersonalizar el multihomicidio y asesinar a decenas de civiles sin tener que ver una gota de sangre. O también están las réplicas de Lego que ofrecen una experiencia amena, mientras la familia ensambla su propia arma de destrucción.
Lo mismo hay para adultos: en línea es fácil encontrar rompecabezas de origen chino para construir esta poderosa ametralladora con piezas de cartón y pintar con paciencia todas sus piezas hasta que esté lista para ser el orgullo de la sala familiar.
Hay versiones para infantes, adolescentes y para adultos mayores que se quieren distraer con una maqueta bélica. Y también hay versiones reales para la milicia japonesa, los marines de Estados Unidos, la Mossad de Israel y para los paramilitares de Colombia.
Las propias Fuerzas Armadas en México usaron una Minigun para detener a Ovidio Guzmán el pasado 5 de enero en Culiacán, Sinaloa, y también la usó la Secretaría de Marina en 2017 en Tepic, Nayarit, para detener a Juan Francisco Patrón Sánchez, El H-2, miembro del clan de los Beltrán Leyva.
Y desde octubre de 2023 es también el arma predilecta de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho. Es su seguro de vida para que nadie lo pueda atrapar y llevarlo ante la justicia.