La politiquería se está encargando de mostrar el féretro de Luis Donaldo Colosio en la arena electoral. Es, desde la cualquier perspectiva, una bajeza, un insulto a la memoria del malogrado ex candidato presidencial. Obviamente es una mentada de madre para todos los sonorenses.
¿Y qué dirá ante esto el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, uno de los herederos de los secretos de Colosio?
¿Saldrá a defender el ideario colosista?
¿Saltará a la defensa del honor mancillado?
Quién sabe.
La certeza es que no se peleará con AMLO, el artífice de esta jugada electoral para tratar de castigar al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Durazo es de los contados personajes, dos o tres, que sabe las causas del asesinato de Colosio. Suponemos que 30 años son pocos para borrarlo de su memoria.
¿La política o el narcotráfico ordenaron la muerte de Luis Donaldo?
Durazo sabe la respuesta… o algo parecido a la verdad.
Su versión pesa en la historia. Pero que sepamos nunca ha insinuado algo de lo mucho que sabe. De lo poco que ha dicho es que no cree en la versión del asesino solitario. O sea Mario Aburto, el asesino que la 4T quiere dejar en libertad el 23 de marzo del próximo año.
Esperamos que la sesión de prensa de este martes aborde el tema. Por iniciativa propia o en respuesta a representantes de medios de comunicación.
El silencio no es la respuesta.
El gobernador debe una explicación a los sonorenses.
Y en Monterrey el hijo que perdió a su padre por la política podría salir a la defensa de la memoria de Luis Donaldo, convirtiéndose en candidato presidencial.
De ocurrir esta circunstancia, entonces sí que Durazo estará en una encrucijada: Defender a la familia (Colosio junior lo considera de la familia) o a su jefe político.
Se cazan apuestas.