¡Ya chole! El ganso cansado ya cansa (o debiera).
Sí, ya sé. Si por él fuera, las instituciones que se vayan al diablo y que nadie le diga que la ley es la ley. Pero su respuesta al INE ya definitivamente no es graciosa. Tampoco ingeniosa. Muestra a un hombre que tuvo todo para ser el mejor Presidente y está concluyendo su sexenio como un autócrata cualquiera, además de previsible.
Una contradicción de sí mismo, de cuando fue oposición. Antes, él y los suyos hicieron todo para que, a través del INE, los ejecutivos federales no pudieran estar en campaña ni apoyar a sus correligionarios. Solo que, claro, ahora que él es ese ejecutivo federal, pues las cosas las ve y hace de otra forma.
El Instituto Nacional Electoral le ordenó que, como parte de su anuncio diario mañanero, no podía ni debía poner una cortinilla en la que se burla de los conservadores. En respuesta, ahora él lee la misma y hasta le aumentó el tono, diciendo que su conferencia es para atrevidos y rebeldes. ¡Vaya abusivo!
Pero ya que el titular del Ejecutivo está de cínico, ahí le va una de mi parte: señor Presidente, tiene usted razón. Se necesita ser atrevido y tener mucha paciencia para escuchar su perorata. Si es a diario, aún más. Lo de rebelde, lo dejaremos en el género de dudas…
En este desacato a la autoridad, Andrés Manuel transmitió su posdata “tan solo” en su canal de YouTube, donde cuenta con más de 4.3 millones de seguidores… Es cierto, no lo transmitió por el de CEPROPIE ni tampoco por el del gobierno de México, si bien sabemos que estos tienen menos seguidores o espectadores que el del mandatario. Una violación a la ley, argumentando que no la está violando.
Abundo: 1) El INE manda quitar propaganda, videos o comentarios de todas las redes, no importando denominación política de la figura que se trate. 2) Así, hemos visto cómo algunos políticos eliminan lo indicado por el INE de sus cuentas personales en redes sociales. 3) En el caso de López Obrador, da la “apariencia” de cumplir con la instrucción, pero no lo hace realmente. Se podría decir que el que cumple es el gobierno y el CEPROPIE, pero él —como persona y funcionario público— continúa violándola.
Mas, ¿qué nos extraña? Nada en realidad. Únicamente se confirma que quien debería dar ejemplo del buen proceder democrático y legal, y ser un honorable Presidente de todos los mexicanos y un correcto ser humano, prefiere aprovecharse de su posición.
Este señor, que es el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ha convertido la burla y la violación a la ley en una constante. La rompe de manera consuetudinaria, flagrante, sin que haya consecuencias. Eso, como herencia de su régimen, es de lo peor que puede haber.
Quien aprobó esas normas y juró hacer valer su cumplimiento las rompe sin más. Ley que “la izquierda” de López Obrador apoyó en 2007 en aras de la equidad electoral. “De qué me sirves equidad si ahora estoy en el poder”, dice para sus adentros —y sus afueras— López Obrador.
“Atrevidos y rebeldes”. Rebeldes deberíamos ser ante lo que le está costando a nuestro país la corrupción de su gobierno (entre un 5 y un 10% del PIB de acuerdo a cálculos de la OCDE).
“Si quieres que regresen los fueros y los privilegios de unos cuantos y que continúe la corrupción, el clasismo, el racismo y la discriminación, te recomendamos que no veas este programa”. El mandatario acierta otra vez; solo así quizá no nos acordaríamos de la ingente corrupción de este gobierno; una que ha sido mayor a la de Peña Nieto (que ya es un decir).
Y del nuevo clasismo (¿o no, mis conservadores fifís?). De un nuevo nivel de discriminación (contra los migrantes, las mujeres, etcétera).
El gobierno no debe visualizarse en términos de moral. Dado que la religión y el Estado están separados. El gobierno debe valorarse en términos de civismo, de legalidad, de transparencia, de eficiencia. ¿O qué? ¿Ahora vamos a estar diciendo algo así como: el Presidente comete desacato, pero no importa porque eso no es falso, solo se exagera?