Antony Blinken participará hoy miércoles en México de una serie de encuentros con Andrés Manuel López Obrador en los que se buscará acelerar el desmantelamiento del Cártel de Sinaloa al cual Washington le atribuye la principal responsabilidad en la crisis del tráfico de fentanilo que sacude a Estados Unidos.
El secretario de Estado llega a México en una semana de turbulenta. Ayer martes fue removido el titular de la Cámara de Representantes y el gobierno de EU podría quedarse sin presupuesto con todo lo que eso implica. En paralelo, el lunes los cancilleres de la Unión Europea se reunieron en Kiev y surgieron muchas dudas sobre cuánto tiempo más se podrá sostener el suministro de armas a Ucrania para la guerra con Moscú.
Más allá del combate a la epidemia de fentanilo, según pudo conocer esta redacción, Blinken viene a México con la meta de no solo atacar ese flagelo sino también de evitar que el narco tenga un papel preponderante en las elecciones del año que viene.
El secretario de Estado, igual que el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, están convencidos de que el Cártel de Sinaloa tuvo un rol activo en las elecciones intermedias del 2021 en favor de candidatos del oficialismo.
Bajo esta tesis es que para el Departamento de Estado urge la detención del resto de los hijos de Joaquín Guzmán (Ovidio ya se encuentra en EU). El Cartel de Sinaloa se ha convertido, en la óptica de Blinken, en el enemigo más completo: introduce fentanilo en EU asociado con proveedores chinos, desestabiliza la frontera en Chipas para facilitar el tráfico de personas y tiene operación electoral.
Ante este impetú, desde Sinaloa llegan reportes de hechos curiosos. El fin de semana hubo una gran movilización militar en Badiraguato (al parecer sin un resultado visible) y al día siguiente aparecieron mensajes en la vía pública con la firma del Cártel de Sinaloa que prohiben terminentemente “vender o traficar con fentanilo”.
El Gobierno de López Obrador se muestra receptivo y de ahí el ofrecimiento de la Sedena para custodiar a las candidatas presidenciales.
El mayor inconveniente en la sintonía bilateral es que bajo la visión de López Obrador y sus ideólogos más cercanos, EU además de trazar operaciones en México todavía queda a deber en dos asuntos centrales: la venta de armas a narcos mexicanos y una política anti drogas consistente respecto a su población.
En el terreno de lo operativo existe una disonancia adicional: en Palacio Nacional sigue existiendo una idea muy negativa sobre la DEA y su papel en México y es frecuente que en las reuniones de seguridad se mencionen diversas tribulaciones judiciales que padecen directivos de esa agencia. Tal vez por eso Anne Milgram no forma parte de la comitiva que estará hoy miércoles en CDMX.