La extradición de Ovidio Guzmán López, (a) el Ratón, a Estados Unidos fue un obsequio político del gobierno mexicano al presidente de Estados Unidos.
Al atribulado mandatario estadounidense la extradición le cayó como anillo al dedo para enseñar un logro en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Y México se quitó un problema de encima.
Ganancia mutua en lo político, aunque con lagunas legales.
Según los abogados del capo, se violentaron los protocolos del debido proceso que corresponde a una extradición.
Los defensores del Ratón, Alberto Díaz Mendieta y Juan Humberto Ledezma, señalaron que el proceso de extradición de su cliente fue ilegal y violatorio de sus derechos fundamentales, ya que no se respetó el plazo de 30 días para impugnar mediante un amparo.
“El señor Ovidio Guzmán fue notificado de la determinación de la SRE la tarde del 14 de septiembre pasado, y el operativo para su traslado se llevó a cabo la mañana del día 15 de septiembre, sin que pudiera informar a su defensa sobre dicha determinación de extradición”, expusieron y tal vez tienen razón.
Pero el tema es político. En Estados Unidos hay un dicho muy sabio para las decisiones políticas: “timing is everything” (el momento lo es todo).
Fentanilo y migración son los dos flancos más débiles de Joe Biden en su puja por la reelección.
Biden se está vacunando contra el bombardeo de spots en los que será acusado de no hacer lo suficiente para combatir el flagelo del fentanilo y frenar las muertes de estadounidenses.
La extradición de Ovidio provocó un vuelco en las declaraciones públicas del Departamento de Estado hacia el papel de México en la lucha contra las drogas.
Pocos días antes de la extradición de Ovidio, el 7 de septiembre, el subsecretario para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Todd Robinson, declaró al Senado que el gobierno mexicano no ha comprometido suficientes recursos para confrontar el problema de la producción y tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
“El reto que tenemos con México es su falta de voluntad para asignar recursos suficientes en la pelea y los estamos instando para que lo hagan… Hasta este punto, los recursos del lado mexicano no han sido suficientes para esta tarea y continuamos en contacto con ellos para eso”, dijo ante el subcomité del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de su país.
Meses antes, en el mismo foro, la jefa de la DEA, Anne Milgram, había hecho señalamientos similares.
Para el lunes 18 de septiembre, una vez que Ovidio se encontraba recluido en Chicago, Washington cambió su tono en un foro del Woodrow Wilson Center de la capital estadounidense.
La subsecretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Charisse Phillips, evitó repetir las críticas hechas por el secretario Todd Robinson al Senado.
“Estados Unidos seguirá asociándose con México y aplaudimos el liderazgo global mexicano para contrarrestar la amenaza de las drogas sintéticas”, indicó Phillips.
Los elogios al gobierno mexicano llovieron.
“La lucha contra los cárteles ha implicado un valor increíble por parte de las fuerzas del orden de Estados Unidos y de los miembros del servicio militar y de las fuerzas del orden mexicanas, muchos de los cuales han dado sus vidas en la búsqueda de la justicia. Les agradezco a ellos y a los fiscales del departamento por su trabajo y su sacrificio”, dijo Merrick Garland, procurador general.
“La extradición de López es testimonio de la importancia de la cooperación actual entre los gobiernos estadounidense y mexicano en la lucha contra los narcóticos y otros desafíos vitales, y agradecemos a nuestros homólogos mexicanos por su colaboración para trabajar para proteger a nuestros pueblos de los criminales violentos”, señaló Elizabeth Sherwood Randall, asesora de Biden en Seguridad Nacional.
La extradición fue un endulzante perfecto para la reunión que sostendrán México y Estados Unidos –aquí en la CDMX– sobre seguridad el 5 de octubre, en la que Blinken será el invitado de honor. Se espera que los temas centrales sean el fentanilo y el tráfico de armas hacia México.
El Ratón fue procesado el lunes ante la jueza de distrito estadounidense Sharon Johnson Coleman, del Tribunal para el Distrito Norte de Illinois. Se declaró inocente. Renunció a su derecho a una audiencia de detención y se le ordenó permanecer detenido sin derecho a fianza.
Pocas horas después de su primera audiencia en Estados Unidos, la miel derramó el vaso en un comunicado del Departamento de Justicia:
“El Departamento de Justicia agradece al gobierno de México, incluida la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y la Procuraduría General de Justicia de México. Hoy temprano, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, habló por teléfono con el fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, para expresar su gratitud al fiscal general Gertz y al gobierno de México por extraditar exitosamente a Guzmán López”.
Síntesis: la extradición de Ovidio le quitó presión al presidente Biden, el gobierno mexicano se sacudió un problema de encima y la candidata presidencial de Morena respira tranquila ante su principal preocupación: que Estados Unidos le mueva el piso a su aspiración en 2024.