Sylvana y las tunas
Dice el añejo refrán, cargado de sabiduría: “Al nopal lo van a ver, sólo cuando tiene tunas”. Y esa sentencia aplica, para más de uno, a la senadora Sylvana Beltrones, hija del mandamás en el PRI Sonora, donde despacha su sobrino político preferido.
Sylvana, que llegó a la curul como mejor perdedora en las elecciones pasadas, vino a su tierra a refrendar afectos y medir el pulso electoral para repetir como legisladora. En qué Cámara, eso es lo de menos. El chiste es no soltar la liana.
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Bueno, el argumento de su visita fue que se aplicara un mayor subsidio a las tarifas eléctricas, cuando la temporada de calor ya va de salida… como su encargo senatorial.
Malo, malo, malo que la nobleza política nos vea a los sonorenses como liliputienses mentales. Es, para decirlo en nuestro lenguaje, una mentada de madre.
Pero, ¡oh”! , esa divina aparición deja un ilustrativo mensaje: La caballada está muy flaca en Sonora. Como en el futbol, hay qué invertir en las fuerzas básicas.