AL PRESIDENTE NO le gustaron los números que la Secretaría de Hacienda le presentó, respecto de lo que tendría que pagarle a los privados para recomprar los nueve hospitales que tiene en sociedad.
El lunes abordamos ese tema aquí: son el Hospital General de Tapachula, el Hospital General de Bahía Banderas, la Clínica Hospital Mérida, el Hospital General de Tepic y el Hospital General de la CdMx.
También el Hospital General de Villahermosa, el Hospital de Alta Especialidad de Ciudad Victoria, el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío y el Hospital de Alta Especialidad de Ixtapaluca.
Ayer se plantó en su conferencia mañanera para lanzar toda su furia: “Construían hospitales que cuestan mil millones de pesos y recibían contratos para que se les paguen 20 mil millones”, espetó.
Y es que los contratos de Asociaciones Públicas-Privadas que se entregaron en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y preponderantemente en el de Enrique Peña, obligan pagos millonarios.
El gobierno federal tendría que honrar en un horizonte de 20 años un pago total de 93 mil millones de pesos por los nueve hospitales del IMSS y el ISSSTE que construyeron y equiparon los privados.
Pero a Andrés Manuel López Obrador no le gustó el monto y mandó hacer avalúos para zafarse del compromiso de los gobiernos neoliberales y sacó una cuenta alegre de 5 mil 242 millones 182 mil pesos.
Es el valor de esos nueve hospitales, que contrasta con lo que está obligado a pagar anualmente a los privados por la gestión de esos mismos inmuebles: 5 mil 651 millones de pesos. Si se mantienen las Asociaciones Públicas-Privadas intactas que se firmaron en los tres sexenios anteriores, el gobierno estaría pagando 16 veces más a los concesionarios privados.
“Les estamos proponiendo, en muy buenos términos, porque no es cancelarles los contratos: ya no queremos seguirte pagando año con año durante 20 años lo que está en el contrato, que es muchísimo”, advirtió. Pero los privados no están de acuerdo con las corridas financieras de la Secretaría de Hacienda, que comanda Rogelio Ramírez de la O, y pidieron, mejor, un ajuste a la baja a su contraprestación.
“No, no: aunque les bajemos a la mitad, sigue siendo mucho. Aprovecho para enviarles el mensaje”, dijo ayer el Presidente, quien parte del principio de que los contratos son leoninos.
“Ya cambiaron las cosas: cuando te dieron el contrato tú eras de los predilectos, eso ya cambió, ahora los hijos predilectos son los mexicanos, es el pueblo”, refirió el inquilino de Palacio Nacional.
“No te vamos a expropiar tu hospital, no te vamos a dejar sin nada; vamos a hacer un avalúo, con todos sus equipos, y te lo pagamos, y te lo pagamos ya, en efectivo, no en abonos chiquitos. Y quedamos como amigos, en santa paz”.
Así la forma de negociar del tabasqueño. Y el que no esté de acuerdo, que se atenga a las consecuencias.
EL PROYECTO DEL ministro Arturo Zaldívar, que fue votado favorablemente por sus colegas Margarita Ríos-Farjat y Alfredo Gutiérrez Ortiz-Mena de la Primera Sala se la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que condenó a Invex, de Juan Guichard, a pagar casi 100 millones de dólares a Banobras, que dirige Jorge Mendoza, por faltar a su deber fiduciario, ya le decíamos que es una pésima señal para esa figura y sienta un precedente muy importante para otros multimillonarios expedientes que se están litigando y que aquí le hemos expuesto. Es el caso del pleito de las hermanas Viviana, Carmen y Gabriela Garza Delgado, herederas del fundador de Grupo Alfa, Roberto Garza Sada, que le reclaman a Santander, de Ana Botín, unos mil millones de dólares por faltar a su deber fiduciario. O el caso de Rafael Zaga Tawil, que denunció por el mismo tema a Actinver, de Héctor Madero, en su pleito de mil millones, pero de pesos, con los hermanos Moisés, André y Max El-Mann. El precedente de la Corte daría la razón a las Garza y a Zaga.
HABLANDO DE LOS El-Mann, le actualizo que las inversiones del yerno de Donald Trump, el famoso empresario financiero Jared Kushner, no irán tanto a Quintana Roo, concretamente a la Riviera Maya, como le había informado. La plaza que se beneficiará con, nos dicen, alrededor de mil millones de dólares del fondo de Kushner, Affinity Partners, serán Los Cabos. Se habla de la edificación de unos cuatro hoteles gran turismo. Suena lógico, porque quien los va desarrollar, E-Group, de los mismos Moisés, André y Max El-Mann, no tiene una presencia preponderante en ese destino turístico que está creciendo aceleradamente con complejos de alto nivel, como Four Seasons, Viceroy, Nobu, Waldorf Astoria, One Only Palmillas, Montage, Soho Haus, St. Regis, Park Hyatt, Aman, entre otros. El capital de Affinity Partners, le decía, viene de Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes.
HACE UNA SEMANA la Secretaría de Hacienda, que comanda Rogelio Ramírez de la O, autorizó la fusión del Deutsche Bank al Grupo Financiero Citibanamex, que dirige Manuel Romo. De ahí surgió CBM Banco, que será el nuevo vehículo con el cual el gigante financiero que preside Jane Fraser concentrará en México las operaciones de banca corporativa, mientras concreta la Oferta Pública Inicial (OPI) para vender sus negocios de banca de consumo. Lo interesante es que si bien aquí las autoridades ya dieron luz verde, en Estados Unidos parece que todavía ni la SEC ni el Departamento del Tesoro dan el aval a Citi para adquirir Deutsche Bank.
“TIENEN A UNA de las mejores plantas productoras de cemento, que también ayudó, que tiene su sede aquí en Monterrey, Nuevo León; en fin todos apoyaron”, expresó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador al inaugurar la primera etapa del acueducto El Cuchillo II que se construyó en un tiempo récord de 12 meses con un presupuesto de 12 mil 244 millones de pesos, “y no habrá más partidas presupuestales. Además de Cemex, que dirige Fernando González Olivieri. Otro actor relevante en esta megaobra hidráulica es Recsa, la de Humberto Armenta. Esta infraestructura garantizará el fluido a 5.4 millones de regiomontanos.
A FERNANDO SEPÚLVEDA Vildósola y su empresa Impulsa Capital, los investiga la Fiscalía General de la República por denuncias de inversionistas que alegan manejos fraudulentos. Se trata de inversiones que debieron ir a proyectos de innovación para estimular a jóvenes en el desarrollo de aplicaciones digitales, que en su momento fueron fondeadas por Nafinsa en los tiempos de Enrique Peña Nieto. Pero se han documentado desvíos de recursos que terminaron en las cuentas personales de Sepúlveda, quien formó parte de la consultora McKinsey y actualmente radica en San Francisco.