DESDE 2006 ANDRÉS Manuel López Obrador apostó por Claudia Sheinbaum. Ese año le encomendó la vocería de su campaña como candidato entonces del PRD a la Presidencia.
En ese mismo war room estaban Manuel Camacho, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Dante Delgado, Alberto Anaya, Octavio Romero Oropeza, Gerardo Fernández Noroña. Sin embargo, López Obrador optó por Claudia.
Por eso a la vuelta de 17 años no debe extrañar que la ex jefa de Gobierno de la CDMX haya sido ungida como la candidata de Morena para relevarlo. Era y es la persona en la que más confiaba. No podía ser de otra manera.
Ahora, en lo que está Sheinbaum, es en la construcción de su equipo de campaña, no con los personajes duros del actual inquilino de Palacio Nacional, como son los casos de Jesús Ramírez, Epigmenio Ibarra, Paco Ignacio Taibo, Pablo Gómez, Pedro Miguel, etcétera, que se ha dicho mucho que la están asesorando.
La realidad es que hay otro grupo no tan encumbrado, pero sí más cercano a los afectos de la científica, que de hecho es el que la ha venido acompañando directamente en los últimos años.
Apunte al ex secretario de Desarrollo Urbano, Carlos Ulloa; al secretario de Inclusión y Bienestar Social, Rigoberto Salgado; a la secretaria de Finanzas, Luz Elena González; al Procurador Fiscal, Arturo Medina; a la diputada federal, Lupita Chavira, y al abogado Salvador Nava, por mencionar algunos.
Personas claves que tendrán un papel interesante en su estructura son ya Alfonso Ramírez Cuéllar, Iván Silva Yanome y Renata Turrent. El primero está armando la estructura territorial, el segundo operará parte de la estrategia de campaña y la tercera la asesorará en mensajes en temas económicos.
No obstante Sheinbaum todavía tiene que hilar fino para evitar sobresaltos, y eso tiene que ver con terminar de sellar acuerdos políticos con tres de las ya ex corcholatas: Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
“¿O SERÁ QUE ya la quieren bajar?”, fue la lectura que en el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum dieron a la exhibida que el protagónico Marco Levario dio esta semana a la candidata del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez, tras denunciar el plagio de su tesis de la UNAM. El golpe lo asestó un personaje que en la 4T es ubicado como parte del bloque anti López Obrador y llega justo cuando se señala que la hidalguense está declinando. Aquí mismo lo dijimos hace exactamente una semana: “Xóchitl Gálvez se está yendo a pique y nadie hace nada para ayudarla”. Dónde están Marko Cortés, Alejandro Moreno, Jesús Zambrano y Santiago Creel? ¿Dónde están sus principales promotores: Claudio X. González Laporte y Claudio X. González Guajardo?, quienes la sonsacaron para abandonar la carrera por la Jefatura de la CDMX y embarcarse en la aventura de la Presidencia. Ahora se dice que Xóchitl cometió el error de lanzarse al ruedo sin una estructura pensada para un proyecto nacional, lo que evidencia mucha desarticulación, improvisación y poca claridad en la ejecución. El reto para la senadora es mantener la tracción que le dio su arranque inicial, dar un paso adelante y corregir el rumbo para no hundirse, pero para lograrlo tendría que hacer algo que no va con su personalidad: ponerse seria.
UNA DE LAS grandes incógnitas que empieza a permear en el ánimo de la clase política es cómo asimilará su condición el Ejército, cuando la futura Presidenta de México asuma el papel de Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas. Es tradición que el Secretario de la Defensa Nacional en funciones entregue al Presidente electo una terna de posibles candidatos a sucederlo. En 2024 las circunstancias van a ser totalmente inéditas, pues la milicia transitará a un nuevo sexenio en una posición nunca antes vista. Desde ahora dos nombres que debe anotar porque seguro estarán en esa quiniela son los del General Ricardo Trevilla y el del General Gabriel García Rincón. El primero, hermano del alma de Luis Cresencio Sandoval, nombrado por él Jefe del Estado Mayor en marzo de 2021; y el segundo, compadre del mismo General Secretario, ascendido apenas hace dos semanas al cargo de Subsecretario de la Defensa.
POR CIERTO QUE en las filas de Morena, que preside Mario Delgado, cada día están más convencidos de que Marcelo Ebrard perdió gas, pero también una doble batalla: primero, con su principal adversaria, Claudia Sheinbaum, quien logró vencerlo en la encuesta interna; y segundo, con el propio Delgado, un ex amigo al que empujó para dirigir ese partido y acabó dándole la espalda para sumarse a la ex Jefa de Gobierno de la CDMX. Al ex secretario de Relaciones Exteriores se le percibe solo y arrinconado, sin que haya tomado la decisión definitiva de renunciar al movimiento de la 4T que fundó Andrés Manuel López Obrador por temor a provocar la ira del tabasqueño. Son pocas sus opciones y en Morena ya se trabaja en fortalecer la imagen de quien será su candidata presidencial en 2024.
MIENTRAS OMAR GARCÍA Harfuch anunciaba su decisión por competir para la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, un día antes la alcaldesa con licencia, Clara Brugada, hizo una carambola de tres bandas. Resulta que recibió el apoyo de las fuerzas morenistas y del alcalde en Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, y con ese respaldo su fortaleza en materia de votos la convierte en muy fuerte contendiente. Es un hecho que en Iztapalapa tiene pleno respaldo y así se notó cuando fue reelecta. Ahora suma a sus posibles votos nada menos que a la otra alcaldía con el mayor número de habitantes y votantes. Así que con toda la fuerza de Iztapalapa, más ahora el soporte pleno de la comunidad de Gustavo A. Madero y sus autoridades, Brugada será un hueso muy duro de roer.
LOS EX SENADORES priistas Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong y Eruviel Ávila ya tienen prácticamente tomada la decisión de a qué partido se van afiliar. Si no sucede nada extraordinario, la ex secretaria de Turismo irá a Movimiento Ciudadano, instituto político que fundó y lidera Dante Delgado; el ex secretario de Gobernación es casi un hecho que se une al Verde Ecologista, de Jorge Emilio González, misma situación del ex gobernador del Estado de México. Los ex funcionarios dejaron el tricolor por diferencias con el actual presidente del partido, Alejandro Alito Moreno. Salieron a principios de julio y crearon la plataforma Congruencia por México.
LE DICEN EL “truchiman” por su habilidad política: el también ex senador priísta Emilio Gamboa. Se retiró de la vida pública con el arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero últimamente es viajero frecuente entre Mérida y Saltillo, con escala obligada en la Ciudad de México. Sucede que el avezado político es uno de los principales asesores del gobernador electo Manolo Jiménez, quien asumirá el próximo 1 de diciembre. Pero también ha entablado una muy buena relación con el flamante candidato de Morena para la Ciudad de México, Omar García Harfuch. El enlace fue Juan José Lecanda, su particular de toda la vida, quien a su vez, es cercano al ex secretario de Seguridad Ciudadana.
QUE ALGUIEN LE ayude a la flamante gobernadora del Estado de México. Las primeras apariciones de Delfina Gómez no han sido muy afortunadas. En Ecatepec terminó en trifulca su evento del miércoles y ayer en Huixquilucan estuvo a punto de dejar plantados a los del Consejo Coordinador Empresarial, que comanda Francisco Cervantes. Una hora de espera en Bosque Real con asistentes en el presídium, como Gastón Luken, Max El-Mann, Marcos Salame, Juan Francisco Aguilar, Héctor Larios, entre otros. Pero lo que más llamó la atención es el ostentoso aparato de seguridad que la maestra trae. Ésa no la traían ni Enrique Peña Nieto ni Alfredo del Mazo.