La política mexicana vive momentos de reacomodo y tensiones internas. Jorge Carlos Ramírez Marín, senador que rompió con más de cuatro décadas de militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), busca ahora la candidatura al Gobierno de Yucatán por el Partido Verde Ecologista de México, aliado de Morena. Esta decisión es solo una muestra de los movimientos que se anticipan rumbo a las elecciones de 2024, en medio de acusaciones de transfuguismo y desacuerdos en las contiendas internas.
Ramírez Marín ha defendido que tiene una estructura política y una base de votantes propia que el Frente no quiso considerar. Sin embargo, Morena no lo incluyó entre los aspirantes a la candidatura en Yucatán. A pesar de ello, el senador confía en que el Verde lo postulará directamente y que la Comisión de Encuestas de Morena le otorgará uno de los cupos adicionales.
En otros estados, como Jalisco, Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Chiapas, Guanajuato y Morelos, se observan situaciones similares, con aspirantes que buscan definir su futuro político y enfrentan desafíos dentro de sus propias coaliciones. La paridad de género también jugará un papel crucial en la definición de candidaturas, lo que podría generar más polémicas.
En junio de 2024, los mexicanos elegirán a numerosos representantes en diferentes niveles de gobierno. A pesar de las consignas de unidad, la verdadera batalla comienza con la definición de las candidaturas.