En la comunidad de Malpaso, Zacatecas, el luto y el miedo se entrelazan en un ambiente tenso y cargado de dolor. Las familias de seis adolescentes asesinados han tenido que enfrentar no solo la pérdida de sus seres queridos, sino también la omnipresencia y vigilancia del crimen organizado, incluso durante los funerales. Estos grupos delictivos, que han sembrado el terror en la región, buscan enviar un mensaje claro: son la autoridad y el poder en la zona.
El pasado domingo, un grupo armado secuestró a siete adolescentes en un rancho de Malpaso. Aunque enviaron videos a las familias mostrando a los jóvenes siendo maltratados, finalmente seis de ellos fueron asesinados y sus cuerpos abandonados en un cerro cercano. Solo uno, Sergio Yobani Acevedo Rodríguez, de 18 años, sobrevivió, aunque con graves heridas en la cabeza.
Las historias de estos jóvenes ya estaban marcadas por la violencia. Por ejemplo, Óscar Ernesto Rojas Alvarado, de 15 años, había presenciado el asesinato de su madre a manos de su padre cuando tenía solo 12 años. Durante el velatorio, la tensión era palpable. A pesar de las promesas de seguridad del gobierno, solo se vio una patrulla pasando. Al día siguiente, con la partida de la prensa, Malpaso quedará nuevamente a merced de los grupos criminales, en una realidad donde la vida parece tener un valor efímero.