Se me ha incitado a escribir sobre las acusaciones de plagio lanzadas contra una candidata a la presidencia. Ignoro por qué, pues carezco de cargo oficial y hasta de software para detectar copias. Si he escrito sobre plagios, es sólo como un ciudadano que obedece los llamados del presidente López Obrador a mejorar la vida pública, señalando faltas de higiene moral en un país propenso a la falsificación.
Hace unos días, en su púlpito mañanero, el presidente anunció que me entregará una medalla porque (así dijo) los plagios que he señalado han fortalecido a la 4T. Gracias, licenciado. Acepto ese honor con modestia, Diría que hasta con gusto si a la medalla para quien señala faltas éticas agregara usted tache para quien las comete, pues de otro modo se llama hipocresía (que usted detesta). Sin ese tache poco se va a fortalecer la “cuarta transformación” en cuyas filas abundan fiscales, “escritores”, académicos y hasta una ministra que ha cometido plagios graves. (Y los que faltan…)
Lo que sí fortalece el discutir plagios es la conveniencia de evitarlos pues, además de vitaminar la ética, avisa sobre el riesgo de merecer la censura popular. Pero lo de más relieve es que colabora a que los estudiantes elijan la honestidad intelectual y ser más responsables y esforzados, lo que es bueno para la Patria, aunque no necesariamente para la “4T”.
En fin, que atendiendo al llamado del presidente y sus escribanos, y para lo que valga, regreso pesaroso al asunto.
Una candidata
Una denuncia ciudadana señaló que Xóchitl Gálvez cometió plagio en su informe de actividades Diseño de edificios verdes inteligentes presentado en la UNAM en 2010 para buscar el título de ingeniera. La denuncia ya fue revisada, aumentada y cotejada por algunos medios periodísticos que así lo demuestran: Gálvez incorporó a su trabajo, como si fuera propio, material originado por otras personas, sin entrecomillarlo y sin las referencias necesarias, más allá de que a veces ese material se registre en la bibliografía.
Eso es plagio. Mal hecho.
Frente a la evidencia, Gálvez se mostró contrita y aceptó su culpa. Bien hecho. Aunque no deja de averiar su honestidad, debe reconocerse que actuó con una contundencia poco común, y menos entre figuras públicas. La UNAM anunció de inmediato que la Facultad de Ingeniería revisará la “presunta falta de integridad académica” y que su Comité de Ética habrá de pronunciarse. Bien hecho. Y Gálvez declaró que acatará ese dictamen. Tanto la acusada como la UNAM, me parece, se comportaron como debe ser en una sociedad civilizada. Bien hecho.
Las reacciones ante el asunto han sido exacerbadas por la pugna política. Señalar un plagio enfurece a quien tiene afinidad con quien lo comete y alegra a sus oponentes, en ambos casos opacando a la objetividad. Inflamados por un gracioso purismo académico, quienes hoy lanzan condenas severas contra Gálvez ayer otorgaban lene indulgencia a una plagiaria doblemente certificada. Otros proponen atenuantes como medir el porcentaje de lo plagiado, o alegan que se trata de “errores” habituales entre estudiantes que ignoran los estrictos códigos de la metodología (es decir, trasladan la culpa a los tutores o a las universidades). Es en vano: está mal plagiar y punto, y más en el caso de una persona con posibilidades de convertirse en la presidenta del país.
Y poco después, como era previsible, alguien señaló que también había plagio en la tesis de Claudia Sheinbaum, quien tiene las mismas aspiraciones.
Otra candidata
A diferencia de Gálvez, Sheinbaum declaró de inmediato, con su compulsivo mayestático, que “nosotros no plagiamos”, frase sumaria que su partido elevó a rango de propaganda. Dudo que ese “nosotros” se refiriera a la ministra Esquivel o al fiscal Gertz o los muchos otros plagiarios que fortalecen a la 4T, por lo que supongo aludía a su contrincante.
Como en el caso de Gálvez, la denuncia sostiene que Sheinbaum también plagió material para su tesis, pues detectó que un científico apellidado Lepeliere propuso antes el modelo termodinámico que ella emplea. Sheinbaum contestó en las redes que sí lo emplea, pero con previo aviso (como debe de ser) pues, en efecto, la tesis señala que lo estará “utilizando como base”. Bien hecho. Después, Sheinbaum agrega que “quien inventó lo del plagio, claramente no tiene ni la menor idea de lo que es el trabajo académico” y que “no hay plagio en mi tesis con un trabajo previo de Lepeliere”.
Y en efecto, no hay plagio de Lepeliere, pero sí de otro científico que se llama Samuel F. Baldwin.
Podrá constatarlo quien revise la tesis y sí tenga “la menor idea de lo que es el trabajo académico”. Y bueno, pues me temo que la falta de Sheinbaum es la misma de Gálvez, pues también emplea material ajeno sin indicarlo adecuadamente.
La tesis de Sheinbaum se titula “Estudio termodinámico de una estufa doméstica de leña para uso rural” y la defendió en 1988 en la UNAM, en cuyo repositorio puede leerse:
Lamentablemente, hay páginas salteadas y otras faltan, además de que desapareció la figura 1, que es la importante.
Luego de una introducción ecológica y sociológica titulada “¿Porque (sic) estufas mejoradas para el campo?”, la tesis ingresa a problemas técnicos con abundancia de ecuaciones y fórmulas que sólo podrá evaluar gente científica. Yo, que no lo soy, encontré sin embargo interesante un capítulo sobre la combustión de la leña, en cuya sección “III.I, Algo de teoría” inicia el plagio. El lector debe saber que no se trata de un plagio copy-paste cotejable a simple vista, sino de uno que traduce y glosa un texto que además está en inglés. Sorry. Para entender el problema hay que comenzar por la página 25 de la tesis:
Sheinbaum traduce (mal), glosa y copia de Biomass stoves: Engineering design, development and dissemination, publicado por Baldwin en 1987, un extenso libro que recoge mucha ciencia previa sobre el tema. Se puede leer aquí (aunque en un pdf incómodo y sin las gráficas):
La combustión de leña es un proceso extremadamente complicado que aun no ha podido ser representado en su totalidad por un modelo teórico. Por esta razón se desarrollan modelos simples […] Así, por ejemplo, se realizan análisis llamados “próximos” que listan las fracciones de biomasa en términos de su humedad, volátiles, carbón y ceniza; los llamados “últimos” que determinan la composición más elemental de la leña…
Y Baldwin (páginas 81 y 237):
Biomass combustion is an extremely complex process. Realistic modeling of these processes is not yet possible [p. 81] Because of the various complications it is extremely difficult to model realistically the combustion of wood. Thus, the following will only present very simple models […] Proximate analysis of biomass lists the fractions of biomass in terms of moisture, volatiles, fixed carbon, and ash […] Ultimate analysis determines the elemental composition of the material [p.237]
El párrafo de Sheinbaum, pues, reproduce casi literalmente un texto ajeno y sin indicar la fuente. Ya después anuncia que va a “desarrollar algunos de estos puntos”, pero no dice que ese desarrollo ya lo hizo Baldwin (que es por lo que ella omitió las comillas). Después, cuando anuncia que “sería necesario” describir “el proceso de combustión” pone, por fin, una llamada a una nota al pie de página con el dato bibliográfico (aunque parcial e incompleto) del libro de Baldwin. Mencionar el libro no enmienda el ya haberlo copiado, sin comillas. Se ha iniciado así un “plagio de mosaico”, un “cuchareo de datos”, el que consiste en copiar y/o parafrasear un texto ajeno, cambiando algunos términos pero conservando su sentido y su estructura.
Lo que Sheinbaum nunca dice es que lo que todo lo que va a describir en el capítulo siguiente está tomado de Baldwin. Nunca señala que va a estar “utilizando como base” a Baldwin, como sí lo hizo con Lepeliere. Por la dimensión de lo tomado, debería haber escrito, por ejemplo: “El proceso de combustión que se describirá en seguida está tomado de Baldwin”, entrecomillando sus textos (algo que, por cierto, no siempre hace con los de Lepeliere). Pero no lo hizo. Y por lo tanto, hay plagio.
La falta se repite a lo largo de las páginas siguientes, llenas de copias literales sin referencia alguna, por ejemplo:
Sheinbaum (p. 26):
Cuando la leña se calienta a 100º C el agua contenida hierve y sale fuera de la madera o se cuela a partes más frías. Conforme la temperatura aumenta (desde los 200º C) las moléculas de la madera comienzan a descomponerse, haciéndose extensivo el proceso alrededor de los 300º C. Se producen así los primeros compuestos volátiles que escapan como humo o se recondensan en zonas mas frías de la madera. […]
La temperatura de los gases calientes encima de la leña es tipicamente de alrededor de 1100º C y está limitada por la pérdida de calor por radiación y por su mezcla con el aire frio del ambiente. Entre los compuestos volátiles se han encontrado 213 diferentes. Estos volátiles ardientes representan dos terceras partes de la energía liberada, mientras que el otro tercio corresponde al carbón.
Lo que viene de Baldwin (que a su vez cita a otros) (pp. 85-86):
The solid is heated to about 100º C and the absorbed water is boiled out of the wood or migrates along the wood grain to cooler areas and recondenses. As the temperature increases to about 200º C, hemicellulose begins to decompose […] Decomposition becomes extensive at temperatures around 300º C. The volatiles produced by this decomposition may escape as smoke or may recondense inside the wood away from the heated zone. […]
The temperature of the hot gas above the wood is typically around 1100º C and is limited by radiant heat loss and by mixing with cold ambient air. […] Some 213 different compounds have so far been identified among these volatiles. Overall, these burning volatiles account for about two-thirds of the energy released by a wood fire. The burning charcoal left behind accounts for the remaining third.
O en otro ejemplo, Sheinbaum (p. 27):
Conforme se van quemando las capas de leña, sólo queda carbón poroso. En la superficie del carbón el bióxido de carbono reacciona produciendo monóxido de carbono, que al arder produce una llama azulosa. El monóxido de carbono vuelve a reaccionar nuevamente con oxígeno para producir nuevamente bióxido de carbono. La temperatura cerca de la superficie del carbón es de alrededor de 800 ºC, la cual está limitada por la reacción endotérmica del bióxido de carbono a monóxido de carbono y oxigeno y la pérdida de calor por radiación. Cuando todo el carbón arde sólo quedan sales minerales que ya no siguen ardiendo.
Y Baldwin (p. 87):
At the surface of the char carbon dioxide reacts with the char’s carbonto produce carbon monoxide. Slightly further away (fractions of amillimeter) the greater oxygen concentration completes the combustionprocess by reacting with the carbon monoxide to produce carbon dioxide.The temperature near the surface of the burning charcoal surface istypically about 800 ºC. The endothermic dissociation of carbon dioxide to carbon monoxide and oxygen, and radiant heat loss, limit higher temperature. When all the carbon has burned off only mineral salts remain as ash.
Haber puesto el nombre de Baldwin de pasada, en una nota de pie y en un capítulo previo, sin explicitar que se le sigue citando y glosando después en páginas enteras, es un proceder característico del plagio con disimulo. Quizás ello explique que en otra parte, cuando Sheinbaum por fin remite a un texto de Baldwin, se lo adjudique a otro autor:
Sheinbaum (p. 29):
El valor calorifico se expresa normalmente como valor calorífico grueso o valor de calentamiento. Este valor se define como el calor liberado cuando el material arde completamente en bióxido de carbono y agua a 25 ºC. El valor calorífico neto se diferencia del grueso en que el agua flnal está en la fase gaseosa (vapor de agua), es decir a 100 ºC. Como la leña seca tiene una composición típica de alrededor de 6% de hidrógeno, 0.54 Kg de agua se producen por kilogramo de leña seca quemada.3 El calor absorbido para calentar y vaporizar el agua reducirá el valor calorifico neto comparado con el grueso.
Esa llamada número 3 remite al escrito de un señor K.M.E. Bennett, pero en realidad es copia directa de Baldwin:
Baldwin (p. 82)
Calorific values are normally expressed as either gross calorific value or as the net calorific value (…) The gross calorific value is defined as the heat liberated when the material is completely burned to carbon dioxide and liquid water at 25º C. (…) As dry wood typically is about 6% hydrogen by weight, about 0.54 kg of water will be produced per kilogram of dry wood burned. The heat absorbed to warm and vaporize this water will then reduce the net calorific value about 1390 kJ/kg as compared to the gross calorific value.
Un agregado curioso al hecho de que ambas candidatas a la presidencia hayan cometido plagio (por error, por ignorancia o por conveniencia, pero plagio al fin) es que, a diferencia de tantos trabajos de titulación, los suyos pesaron sobre la realidad práctica.
Uno informó sobre algo ya realizado; el otro, de algo por realizar. El informe de Gálvez, más que teorizar sobre los edificios inteligentes, informó de tres que fueron construidos por su empresa privada. La tesis de Sheinbaum, y su modelo de estufa, se convirtió en el programa de gobierno “Estufas Agroecológicas” que, cuando fue jefa de Gobierno, licitó la fabricación de miles de ellas que fueron distribuidas gratuitamente. Los edificios de Gálvez fueron construidos con dinero privado; las estufas de Sheinbaum con dinero público. Lo único que tienen en común es que los edificios y las estufas fueron construidos por empresas privadas: High Tech Services, una, e Ingeniería y Servicios del Altiplano S.A. la otra. Algo es algo.
Cabe mencionar que, en días pasados, Juan Pablo Álvarez dio a conocer en redes sociales los primeros datos de un presunto plagio de la aspirante morenista en la siguiente liga:
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