La política a veces es ingrata: todavía cicatrizan las heridas por la durísima derrota en el proceso interno de Morena, y Marcelo Ebrard ya debe enfriar la cabeza para tomar decisiones que impactar en su futuro de corto y mediano plazo. Su margen de acción, sin embargo, no es muy amplio.
LPO reveló el infierno que se desató en el War Room de Ebrard. Nada fuera de lo normal: las derrotas son huérfanas, y ahora todos sus colaboradores buscan a quién culpar por los errores de la estrategia. ¿Se armó mal el equipo? ¿Se tomó un rumbo equivocado? ¿Había algo más por hacer? Preguntas que, en estos días, no conducen más que un pase de facturas interminable.
El viernes, Ebrard quiso cortar con esa dinámica y abrió una ronda de consulta con su mesa chica, aquellos que lo acompañan en las buenas y sobre todo en la malas. Quiere saber qué caminos creen que hay que tomar ahora. Y según pudo saber LPO, dos ideas se contraponen y encienden aún más el suspenso sobre lo que habría de anunciar este próximo lunes.
En la antesala del esperado anuncio, tras sus duras críticas a Morena y las palabras amistosas del presidente López Obrador, el canciller encuentra en su equipo un grupo encabezado por las senadoras Malú Micher y Bertha Caraveo que apuestan por quedarse con Morena.
«¿Qué ganamos afuera de Morena? Como mucho que Marcelo sea coordinador del Senado por MC, es decir de una bancada de 10 o 12 senadores. Eso ya lo tiene en Morena, que será una bancada de al menos 65 senadores. ¿Cuál es el punto?», plantean en el grupo de dialoguistas.
Algunas figuras leales a Ebrard ya venían advirtiendo su interés de permanecer en el partido, incluso si se diera una ruptura por parte del ex funcionario, como lo fue el caso de la alcaldesa de Tijuana. Pero en el caso de las legisladoras la apuesta está condicionada.
La estrategia que empujan es que, para permanecer con la 4T, López Obrador tendrá que garantizarle al secretario de Relaciones Exteriores que Claudia Sheinbaum cumplirá acuerdos y le dará estabilidad en la bancada de senadores, como se le prometió al segundo lugar de las encuestas. Esto implicaría que podrán reelegirse legisladores que apoyaron a Ebrard. Nada es gratis, claro.
Pero hay otra ala, que encabezan Martha Delgado y Alberto Esteva, que recomiendan directamente romper con Morena. Ahí, hay tres opciones: organizar algo nuevo, en donde Ebrard tendría por primera vez chance de desarrollar un proyecto propio, o migrar a Movimiento Ciudadano, a costa de «vender caro su amor» a Dante Delgado.
Y la tercera opción coquetea con irse a la oposición de Claudio X González, pero también bajo la condición de que se garanticen plurinominales para las burocracias que apoyaron al ex canciller para la candidatura. Este camino parece totalmente intransitable.