Nos cuentan que la noche del jueves, tras recibir el bastón de mando y despedirse del presidente Andrés Manuel López Obrador en la zona arqueológica del Templo Mayor, Claudia Sheinbaum regresó al restaurante El Mayor y cenó con un grupo de gobernadores. Lo que llamó la atención, nos comentan, es que sólo estuvieron las mandatarias de Campeche, Layda Sansores; de Colima, Indira Vizcaíno; de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, de Guerrero, Evelyn Salgado, y de Quintana Roo, Mara Lezama, además de la gobernadora electa del Estado de México, Delfina Gómez, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, y los dirigentes partidistas Mario Delgado y Citlalli Hernández. La duda es si el resto de los mandatarios y las corcholatas perdedoras no fueron convocados por la nueva portadora del mando cuatroteísta para quedarse, o sí fueron invitados pero prefirieron marcharse.
La presentación ante el Congreso del paquete económico elaborado por la Secretaría de Hacienda para 2024 trajo la sorpresa de que el gobierno que ha presumido una y otra vez su disciplina financiera, decidió soltarse el pelo para su último año y pide a los legisladores que le aprueben un brinco en el techo de endeudamiento. Nos hacen ver que el documento entregado por Rogelio Ramírez de la O pide un límite de 1.9 billones de pesos, en comparación con el del año anterior, que fue de 1.1 billones. ¿Será que la petición responde a un cuidado diseño macroeconómico o tendrá algo que ver que se trata del año electoral?
Tal parece que en la recta final del sexenio, el gobierno de México está decidido a dar señales que ayuden a suavizar los reclamos del gobierno de Estados Unidos, con la entrega de capos de alto rango, requeridos desde hace años por la justicia estadounidense. Entre julio y agosto, nos hacen ver, la Secretaría de Relaciones Exteriores dio luz verde para que un paquete de líderes criminales sea enviado para responder ante la justicia estadounidense, en el que se incluye a Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, y Erick Valencia Salazar, “El 85”, de los cárteles de Juárez y Jalisco Nueva Generación, respectivamente, quienes de inmediato se ampararon. Nos cuentan que lo ocurrido en estos casos llegó rápidamente a oídos de otros jefes de la delincuencia, que ya comenzaron a solicitar amparos contra un eventual traslado a los Estados Unidos.
La que se convirtió en una verdadera paramédica política fue la Sala Regional de Toluca del tribunal electoral federal, porque resucitó a Nueva Alianza, partido que perdió su registro en la pasada elección mexiquense al obtener sólo 2 por ciento de los votos. De manera sorpresiva, los magistrados revivieron al muerto al fallar en su favor un recurso de impugnación. Nos cuentan que Mario Palomino, líder estatal del partido, hacía alarde de su cercanía con los jueces electorales y hasta con el presidente magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. Mientras se aclara si fue por eso o no, la respiración de boca a boca que recibió el partido fundado por Elba Esther Gordillo dejó a muchos con el ojo cuadrado.