López Obrador delinque. Consuetudinariamente, de diversas formas y se ufana de ello. “No me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, dice. Pero no solo son palabras, son hechos pues lleva a cabo actos ilícitos.
Delinque al regalar bienes de la nación como son los 77 millones de dólares a Cuba, en especie ya que fueron barriles de petróleo (y eso en el lapso de solo un par de meses).
Delitos contra la salud por sus pésimas decisiones, que llevaron a que México fuera uno de los países con mayor número de muertos producto del COVID-19 tanto en números absolutos como en porcentaje respecto a su población.
Delito también es permitir que la corrupción se tolere y aumente como en Segalmex y en la Conade, con el encubrimiento de los principales directivos, más allá del delito de robo a la nación. Ejemplos hay muchos en estos casi cinco años de gobierno. Mas el peor de todos: a propósito NO actuar como mandata la ley.
No diré que eso antes no pasaba; de hecho, una de las razones por las cuales López Obrador llegó a la Presidencia fue porque ello ocurría frecuentemente. Pero él prometió acabar con la corrupción, respetar la ley y una larga retahíla de compromisos que contenían cero intención de ser cumplidos. El problema de Andrés Manuel es que juró ser honesto y resultó ser lo contrario.
No me cansaré de decir una obviedad que no por ello es menos importante: llevamos tres años en campañas electorales ilegales y el primero en impulsarlas, permitirlas y beneficiarse de ellas es López Obrador. Lo hizo, lo hace y continúa haciéndolo. Delincuente electoral.
Se pitorrea del INE en el proceso. A cada señalización por parte del Instituto, López Obrador le da la vuelta. Es más, ya no le importa que abiertamente se sepa que el régimen ha inclinado la cancha de las elecciones federales de 2024 para favorecer a Morena. Ni siquiera disfraza su “postura” como jefe de partido al invitar a reunirse con él en Palacio Nacional únicamente a los gobernadores de la 4t. No ha sido una, sino varias las ocasiones que esto sucede.
En su infinita soberbia, AMLO viola la ley sin que haya consecuencias. Hasta ahora esto ha dado por resultado que se conozca a Claudia Sheinbaum en todo el país. Lo cual dice mucho de una persona que sabe que si llega al poder será por la vía de la ilegalidad.
Deplorable que la 4t haya asumido la cotidiana violación a la norma, que la población mexicana también lo haya hecho y que todos hayamos dejado de ver la falta de compromiso democrático de esos actores. Claudia lleva tres años delinquiendo con campañas ilegales y continuará haciéndolo hasta que no hayan concluido las elecciones y no tenga asegurada su victoria.
Gane o pierda Morena, la 4t y el Presidente junto con ella permanecerán en campaña, violando las leyes electorales del país.
López Obrador delinque como si no hubiera mañana. Como si tuviera la certeza absoluta de que nadie tratará de juzgarlo o procesarlo; es más, de que ni siquiera lo señalarán. Siempre tendrá a la mano la alternativa de llamarse víctima.
De hoy en adelante y hasta las elecciones de 2024 veremos cómo el régimen arrecia las violaciones a la ley para tratar de obtener ventajas y el triunfo. Un triunfo que será espurio, que nacerá manchado.