En un preocupante clima de violencia preelectoral en México, tres operadores del partido político Morena han sido asesinados en un lapso de mes y medio. Los asesinatos se produjeron en el contexto del proceso de selección del candidato oficialista a la Presidencia de la República para 2024.
El primer incidente ocurrió el 14 de junio, cuando Paola Quevedo Arriaga, ex candidata a diputada y ex integrante del comité estatal en Guanajuato, fue asesinada en Celaya. El segundo suceso se registró el 25 de julio, cuando Zayma Zoraya Zamora García, ex candidata a la alcaldía de Poza Rica, Veracruz, y quien apoyaba la precampaña del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López, fue asesinada a tiros en las calles de ese municipio. El último incidente ocurrió el 29 de julio, cuando José Guadalupe Fuentes Brito, operador de la campaña del ex canciller Marcelo Ebrard en Guerrero, fue asesinado junto con su hijo en la carretera de Iguala a Chilpancingo.
Estos asesinatos políticos ocurren a un mes de que inicie formalmente el proceso electoral 2023-2024, en el que se elegirán más de 20 mil puestos de elección popular, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), entre ellos, presidente de la República, 628 congresistas federales, y a los gobernadores de Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha declarado que se está investigando el crimen contra Fuentes Brito, el cual estaba ligado también al asesinato de un trailero que habría atestiguado el ataque a la familia. Sin embargo, admitió que “no se tiene mucha claridad en el caso”, y prometió que “cuando haya más información, vamos a informar”.
Estos eventos subrayan la creciente violencia política en México, y la necesidad de medidas de seguridad más fuertes para proteger a los candidatos y a los operadores políticos en el período previo a las elecciones.