Es hermana de Adán Augusto López Hernández, exsecretario de Gobernación, corcholata presidencial y a quien López Obrador considera un hermano. Ella misma es muy cercana al presidente de México, es de su círculo político y personal de confianza. Es esposa del gobernador de Chiapas, el morenista Rutilio Escandón. Pero lo más relevante de todo es que Rosalinda López Hernández es la número dos del SAT y en esa estratégica posición ha sido salpicada por un multimillonario escándalo de corrupción.
El SAT es un arma clave para el presidente López Obrador. El Servicio de Administración Tributaria es su herramienta de extorsión y de recaudación. El SAT le suministra información confidencial para que ataque a los que considera adversarios en la mañanera. El SAT aprieta a los grandes empresarios para que lleguen de rodillas a Palacio Nacional a pedir clemencia y aflojar la cartera. El SAT recauda impuestos de todos los mexicanos y presume que lo hace con eficiencia histórica.
Pero la número dos del SAT está en entredicho: el brazo derecho de Rosalinda López Hernández, su principal operador en su carrera política (sobran fotos de ambos), es el eje de una serie de empresas fantasma que han recibido 478 millones de pesos en contratos… ¡del gobierno del esposo de Rosalinda! El gobierno de Chiapas ha otorgado sin licitación decenas de contratos a empresas a nombre de la esposa y las hermanas de este operador, Ernesto Carballo Zurita. La reportera Diana Higareda de Latinus detectó que las direcciones de las empresas son inmuebles vacíos o dedicados a otra cosa.
No sé qué me sorprende más:
1.- Los López Hernández son de la realeza del obradorato. Para el presidente son familia: AMLO dice que Adán Augusto es su hermano. Y Rosalinda es hermana de Adán. Otra vez la corrupción en la más alta esfera del poder.
2.- El que otorga los contratos es el gobierno del esposo de Rosalinda. Se los da al brazo derecho de Rosalinda, que pone a su esposa y dos hermanas al frente de las supuestas empresas.
3.- Las empresas beneficiadas son empresas fantasma.
4.- Nueve de cada diez contratos se dieron sin licitación.
5.- La mayoría de los contratos se financiaron con presupuesto de la Secretaría de Salud de Chiapas, en el sexenio del desabasto de medicinas. Dizque para comprar ambroxol, amoxicilina, perlas de benzonatato, diclofenaco, omeprazol. Millones también para equipo médico y de laboratorio, para equipamiento de hospitales generales y centros de salud, además de mobiliario y útiles de oficina, servicios de limpieza y fumigación, y servicios de vigilancia.
6.- Estamos hablando de casi 500 millones de pesos.
7.- Ella es la número dos del SAT…. ¡del SAT! Vinculada a una red de contratos dados por el gobierno de su esposo a empresas fantasma de la esposa y hermanas de su colaborador estrella.
¿El SAT auditó a estas empresas? ¿Pasaron las auditorías? ¿Pagaron sus impuestos? ¿Cómo queda la legitimidad del SAT? Si este fuera un gobierno decente, ¿qué estaría pasando?
Reaccionó en defensa el hermano Adán. Insultó y calumnió, pero no desmintió un renglón del reportaje. Lo de siempre, pues.