Un viejo (y falso) debate regionalista trajo de regreso a Xóchitl Gálvez a la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador. El presidente aprovechó las polémicas declaraciones de la aspirante sobre la existencia de “culturas de trabajo diferentes” en el norte y el sur de México para criticar sus comentarios, a pesar de que el mandatario había asegurado que ya no iba a señalar a Gálvez en sus ruedas de prensa diarias. “En todo México se trabaja, en todo el país, pero esta idea de que hay una región que vive de otra, no es cierta”, dijo López Obrador este lunes. “Se trabaja muchísimo”, agregó. La aspirante acusó poco después una “campaña de desinformación” orquestada desde el Gobierno.
El tropezón de la senadora panista en uno de los foros que celebró la semana pasada el opositor Frente Amplio por México le ha valido múltiples críticas en los últimos días y se ha convertido en el nuevo punto de choque entre ambos. “Primero tengo que partir diciendo que hay una cultura distinta en el sureste del país y no podemos aplicar un modelo similar al del norte”, señaló Gálvez la semana pasada.
En el intercambio de ideas con el panista Santiago Creel y la priista Beatriz Paredes, la aspirante dijo que durante el Gobierno de Vicente Fox se planteó poner una maquiladora en San Cristóbal de las Casas (Chiapas), pero aseguró que el proyecto no iba a tener éxito porque no hay una costumbre de trabajar “ocho horas seguidas” y que, en cambio, se prefirió apostar por acciones gubernamentales acordes a la “cultura” del sur.
López Obrador proyectó en un par de ocasiones un video con las declaraciones, aunque evitó mencionar el nombre de Gálvez. “Muchísimo, muchísimo se trabaja en los pueblos del sureste”, dijo el político tabasqueño, oriundo precisamente de esa región. El presidente también pidió que se mostrara un video del expresidente Fox en el que declara que “los huevones” deben ponerse a trabajar y señaló que no iba a hacer comentarios.
Como en muchos otros países, en México aún prevalecen ideas erróneas de que el norte tiene una ética laboral “más estricta” que la del sur, donde los recursos naturales son más abundantes, o de que los sureños son “más flojos” que los norteños y que por eso la pobreza se concentra ahí. López Obrador también proyectó una vieja publicación de Gabriel Quadri, diputado opositor y exaspirante presidencial, en el que aseguró que “si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas [los tres Estados más pobres del país], sería un país de desarrollo medio y potencia emergente”.
Las declaraciones de Gálvez también fueron aprovechadas por otros miembros y simpatizantes de Morena, el partido gobernante, bajo el argumento de que “es más de lo mismo” y que va a perpetuar esos estereotipos. “El globo que inflaron ya se les desinfló”, declaró Mario Delgado, el líder de esa formación, el fin de semana. Otros citaron las cifras de reducción de la pobreza en Chiapas, Guerrero y Oaxaca o estudios de productividad que apuntan que en el Sureste se trabaja más que en otras regiones. También se acusó a la senadora de “xenofobia y aporofobia”.
Gálvez dijo que fue malinterpretada y que sus comentarios se sacaron de contexto. “¿Cómo ven? Ya hasta me arman campaña de desinformación. Se les nota el miedo”, contestó después de la mañanera en sus redes sociales. La aspirante dijo que se refería a que México es un “país diverso” y que no se pueden aplicar las mismas fórmulas para todo el territorio. “El desarrollo sostenible debe ser con identidad regional”, agregó.
Desde hace meses, Gálvez y López Obrador han protagonizado un cruce de acusaciones en medio de los procesos internos de la oposición y el oficialismo para definir a sus candidatos presidenciales. El pleito ha subido de tono hasta llegar a medidas cautelares impuestas al presidente por violencia política de género y una influencia indebida en la contienda electoral e, incluso, denuncias penales entre miembros de ambos bandos. Las sanciones han provocado un debate sobre la libertad de expresión, las condiciones de equidad en la disputa política y el papel de las autoridades electorales.
Ambas contiendas están en fases decisivas. La oposición dijo que anunciará a su candidato presidencial para las elecciones de 2024 el próximo 3 de septiembre, en un proceso que tiene a Gálvez como puntera, según la mayoría de las encuestas y en buena medida gracias a que su popularidad ha aumentado a partir de los choques con López Obrador. Morena y sus aliados tienen previsto dar a conocer los resultados de su contienda el 6 de septiembre.