El Presidente y Morena no viven sus mejores días. Ya no es sólo Marcelo Ebrard el que descalifica el proceso interno para elegir al candidato oficialista. Ahora es su propio hermano, Pío López Obrador, marcelista declarado, el que desmiente los señalamientos que el mandatario hizo en la mañanera.
López Obrador afirmó que el gobierno de la 4T no se mete en el proceso interno de Morena para elegir al candidato presidencial. Pío denunció que hay una “operacion de Estado” para apoyar a Claudia Sheinbaum, a quien no se refirió por su nombre. Lo escribió en X y lo dijo en un video: “Lo advertimos. El proceso está viciado de origen porque, al amparo federal, se está aplicando un operativo de Estado a través de estructuras de los programas sociales de la Secretaría de Bienestar para favorecer a un aspirante (Claudia) al estilo del PRI de los 80”.
“Se desataron las prácticas priistas que se están aplicando a plena luz del día y que consisten, entre otras cosas, en el acarreo para asistir a las llamadas asambleas informativas masivas, e inundar todas las ciudades de bardas y espectaculares, exhibiendo de esta manera el derroche de recursos”.
Los de Pío son señalamientos muy graves que deberían ser investigados y, de confirmarse, sancionados conforme a la ley. Así se trate de la consentida de Palacio. A ver con qué nos sale el primer mandatario en su mañanera de hoy.
* El repudio generalizado llevó al Presidente a asegurar que no escuchó la pregunta que a gritos le hacían en la mañanera del miércoles, sobre el secuestro y probable asesinato de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco. Difícil creerle. Las “otros datos” siempre aparecen cuando le incomodan los cuestionamientos. La estrategia de desinformación que utiliza en las mañaneras está documentada. Son varias las organizaciones que llevan la cuenta de las mentiras que ha dicho en Palacio Nacional. Vamos a tomar sólo una. La de Luis Estrada, director de SPIN, Taller de Comunicación Política. Documentó 101 mil 455 afirmaciones engañosas o que no se pueden probar, en los primeros cuatro años de este gobierno.
A eso súmele que han sido incontables las veces que el Presidente ha contestado preguntas fuera de micrófono, antes de irse a desayunar. Curiosamente ésa, la de los jóvenes en Lagos de Moreno, no la escuchó. No disimuló su incomodidad. Sacó su catálogo de descalificaciones al referirse al tema, y dijo: “Ya no saben qué hacer estos corruptos y sus voceros; ayer, como a ustedes les consta, al final de la conferencia, ya cuando habíamos terminado, empezaron a gritar y no escuché nada. Sin ningún fundamento, de manera perversa, sostuvieron todo el día en la prensa vendida y alquilada que yo me había burlado cuando me preguntaron sobre los jóvenes que desaparecieron en Los Altos de Jalisco; toda una mentira, una infamia”.
Santiago Creel, aspirante a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, fue de los primeros en condenar el “nivel de bajeza” con el que se condujo el Presidente en este caso. Lo buscamos para preguntarle si creía en el desmentido. Cito su respuesta: “Por supuesto que no. Nosotros sí lo escuchamos en el video. ¿O que, no? Su burla y el ejemplo que dio —lo de los 200 pesos—es por no querer escuchar…”.
Kenia López, vicecoordinadora de la bancada del PAN en el Senado, se pronunció en el mismo sentido. “Hay varios videos que refrendan que muchos reporteros le pedían su posición a propósito de esta tragedia, que no quiera mentir. Más allá de que un periodista le pregunte, él tenía que responder.”
* Contundentes las palabras de la senadora del PAN, Josefina Vázquez Mota, en el foro sobre los libros de texto gratuitos, celebrado en el Senado. “Lo que se pretende repartir es, y me hago responsable de mis palabras, un crimen contra los derechos de los niños y las niñas. Hoy estos libros pretenden ser no sólo instrumentos de un oscurantismo para condenar a millones de niños a la ignorancia, sino también al adoctrinamiento”.
Josefina dio evidencia de lo que decía. Tomó como referencia El libro de texto Sin Recetas que habla del secuestro y asesinato del empresario Eugenio Garza Sada. Ese evento, que en su momento conmovió al país, ocurrió en Monterrey el 17 de septiembre de 1973. Se le atribuye a la Liga Comunista 23 de Septiembre. “En lugar de decir que fue secuestrado se dice que fue “retenido”. Cuando se habla de su asesinato, se dice “perdió la vida junto a su chofer”.
El libro también se refiere al caso del empresario Fernando Aranguren, secuestrado el 10 de octubre de 1973, por el mismo grupo armado. “Tampoco dice que fue asesinado. Fíjense cómo se refiere este libro, que se pretende llamar texto, a ese evento: fue ajusticiado como medida radical”, destacó.
¿La cultura del odio es lo que queremos construir en la mente y en el corazón de 24 millones de niños? Preguntó.