Ante el inminente regreso a clases, los hermosillenses se lanzaron en una frenética jornada de compras de último minuto. A pesar de las altas temperaturas, que superaron los 40 grados centígrados, padres de familia y vendedores llenaron las calles del centro histórico de Hermosillo, especialmente en la calle Guerrero.
Alma Muñoz, madre de un estudiante que ingresará a cuarto grado de primaria, comentó que, aunque encontró todo lo necesario para el regreso a clases, la gran cantidad de personas en las tiendas complicó la tarea. «Como todo mexicano, a última hora», bromeó, señalando que la dificultad no radicaba en encontrar los artículos, sino en la saturación de las tiendas y el intenso calor.
El inicio del ciclo escolar 2023 es hoy, 28 de agosto, y según los vendedores de útiles escolares, es común que las familias utilicen el día anterior para realizar las compras pendientes. Carla García, madre de familia, mencionó la dificultad de encontrar cuadernos tamaño profesional debido a la gran demanda.
Ana González Apodaca, encargada de la Papelería Papiros, destacó la inesperada demanda que tuvieron. «Está de locos las ventas, gracias a Dios», expresó, señalando que muchos clientes buscaban artículos básicos como cuadernos, lápices y tijeras. De hecho, los cuadernos de doble raya se agotaron, y según Ana, ya no se encuentran disponibles en toda la ciudad.
Este aumento en la afluencia de compradores contrasta con la disminución que se observó en julio y agosto, meses de vacaciones de verano. Ignacio Ortiz, padre de familia, comentó sobre la espera para obtener los logotipos de las camisetas escolares y la necesidad de comprar zapatos y uniformes.
El presidente del Patronato Pro Obras del Centro de Hermosillo, Miguel Ángel Figueroa Gallegos, indicó que las ventas aumentaron entre un 30% y 40% en todos los rubros durante los últimos dos fines de semana. Por su parte, Jesús Alonso Durón Montaño, comisario jefe de la Policía Municipal, hizo un llamado a los padres de familia para respetar las normas de tránsito y evitar estacionarse en doble o triple fila al dejar a los niños en la escuela.