Marcelo Ebrard suspendió sus actividades previstas para la tarde de hoy lunes en Culiacán y se regresó a la CDMX para un encuentro reservado con Andrés Manuel López Obrador. Así lo pudo confirmar LPO de fuentes de la campaña del ex canciller.
El presidente necesita, cuanto antes, que Ebrard se ponga en sintonía con la metodología de selección de candidato de Morena y, especialmente, que desista de embestir judicialmente contra el proselitismo de Claudia Sheinbaum.
Hoy lunes en San Lázaro y en el Senado circuló un documento promovido desde Palacio Nacional para que los legisladores hagan un compromiso por escrito de no judicializar el proceso de selección de candidato.
López Obrador quiere neutralizar la cuestión judicial porque entiende que esto implica contaminar el proceso interno con representantes de fuerzas de matriz “neoliberal” como el INE o la Justicia Electoral.
En el entorno presidencial valoraron el gesto de Ebrard de afirmar que no se va a ningún partido y que permanece en la 4T, algo que el ex canciller volvió a reiterar hoy en Sinaloa.
Ebrard llega al encuentro molesto con una supuesta guerra sucia contra personas de su entorno personal de la cual responsabiliza al vocero Jesús Ramírez.
También, según pudo conocer LPO, el ex jefe de gobierno capitalino no está a gusto con los rumores que circulan desde ayer domingo de que Zoé Robledo se bajó de la contienda en Chiapas porque el presidente le prometió que será el titular de Segob en un eventual sexenio de Sheinbaum.
A medida que crece la sucesión se descontrola grupos de poder como la cúpula militar o el empresariado se motivan con la posibilidad de que de dejen de lado las encuestas y se elija al candidato por acuerdo lo cual debería favorecer o a Ebrard o a Adán Augusto López Hernández.