En los últimos días las candidaturas del PAN para la Presidencia no fueron las únicas que se movieron y negociaron. Según pudo saber esta redacción, la dirigencia del partido albiazul ya negocia -con un protagonismo absoluto- los puestos de una de las listas más codiciadas del año que viene: la boleta plurinominal para el Senado. “Aunque perdamos la Presidente, la verdadera trinchera será la Cámara Alta”, admite Marko a sus equipos.
Según fuentes consultadas por LPO, las negociaciones no serán fáciles porque hay muchos sectores que buscarán asegurarse al menos un puesto en la lista y porque, además, el partido debe buscar formas de contentar a las figuras que por ahora buscan la Presidencia, pero que podrían caer en el camino ante un posible reforzamiento de la campaña de Xóchitl Gálvez. Es el caso de Santiago Creel, que ya admite en privado que su candidatura presidencial no prosperará.
Los cálculos de Marko estiman que el PAN podría obtener unos 6 senadores pluris. Tres hombres y tres mujeres. Todos dan por descontado que el primer lugar de los hombres está reservado para el propio Marko, quien aún mantiene vivo el malestar con Damián Zepeda Vidales, quien le habría quitado dicha oportunidad en 2018.
Marko no sólo prepara su desembarco casi inevitable al Senado, sino que también ya teje acuerdos con otros liderazgos estatales para dejarle su actual cargo al diputado Jorge Romero, quien saldrá de San Lázaro el año que viene.
El segundo nombre que aparece para disputar uno de las pluris al Senado es el diputado local del Estado de México Enrique Vargas del Villar, quien retiró recientemente su candidatura a gobernador para favorecer a Alejandra del Moral, la candidata del PRI que finalmente perdió ante la morenista Delfina Gómez. Luego de su sacrificio político en beneficio de la alianza opositora, sostienen en su equipo, debería ser recompensado de alguna manera.
Y en ese punto empiezan los problemas, porque sólo quedaría una pluri más para varios sectores que se la disputan. Aparecen los gobernadores, quienes exigen sus respectivas cuotas de poder. Por ejemplo el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, y el exgobernante de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca.
El primero de ellos ya retiró su candidatura presidencial y el segundo se inscribió el pasado viernes para competir en la interna del flamante Frente Amplio por México. De todas maneras, la comandancia panista cree que tarde o temprano se retirará para buscar otro cargo, que podría ser una senaduría plurinominal.
El resto de la lista la completan dos pesos pesados: el excandidato a presidente en 2018, Ricardo Anaya, quien ya le habría pedido a Marko un lugar en las pluris del Senado. Bajo ese argumento habría retirado su candidatura presidencial. El problema de Anaya es que sólo podría volver por una pluri, porque campaña no quiere hacer: cree que en caso de pisar territorio mexicano, iría a prisión.
Por eso el partido tiene ideada una estrategia que ya utilizó Morena. En 2018 el partido guinda llevó como candidato al mismo puesto al líder sindical Napoleón Gómez Urrutia, quien vivía en Canadá para escapar de un pedido de prisión en su contra. Una vez que su puesto estuvo asegurado en la Cámara alta, el líder minero regresó a México con fueros y sin problemas legales en migraciones. A lo mismo apunta el PAN.
Marko piensa que Anaya podría ir a la Cámara de Diputado como pluri. Así liberarían un cupo entre los aspirantes al Senado por la vía plurinominal. El problema es que, si fuera a San Lázaro, los fueros de Anaya durarían tan sólo tres años, y no los seis del Senado.
Pero hay más. Otro que se anota es el actual presidente de San Lázaro y precandidato a jefe de Estado, Santiago Creel. Diferentes fuentes del panismo coinciden en reconocer que será Xóchitl la encargada de liderar la boleta federal en 2024. Ante este escenario, la comandancia albiazul le busca otro puesto al histórico político que evite tensiones internas y no podría ser San Lázaro porque es un espacio al que ya llegó y comandó. En este punto, el Senado aparece como el espacio ideal.
El problema de fondo para el partido es que son muchos nombres para pocos puestos. En 2018, el PAN ganó seis bancas plurinominales de la Cámara alta y para el año que viene se espera un resultado similar. Según este primer recuento, ya son seis los hombres que buscan uno de esos asientos con otro desafío de fondo: tres de las bancas deberán ser para mujeres, es decir, varias de estas figuras deberán buscar otro destino. La dirigencia albiazul apuesta a distribuir los cargos de la mejor manera posible para evitar problemas internos y generar una mayor competitividad para enfrentar a Morena.
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