Tiene un historial polémico. Lo mismo ha movido fortunas de empresarios que de políticos. Desde Jaime Camil Garza, papá del conocido actor, hasta Elba Esther Gordillo, exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Personaje carismático. Extenista profesional que alcanzó la cima del tenis en las categorías juveniles a nivel mundial, pero que optó por el retiro tras una lesión. Amante de los buenos relojes y de mejores vinos. Tiene una de las cavas de mayor valor en todo el país, punto de acogida donde, a través del paladar y los brindis, ha cerrado parte de sus mejores tratos y negociaciones.
Ha estado vinculado con la petrolera Oceanografía, la empresa de Amado Yáñez que cometió fraudes con créditos obtenidos de Banamex. También, con Crédito Real, la sociedad financiera que colapsó y enfrentó procesos judiciales ante sus acreedores.
Es cercanísimo a Víctor Manuel Álvarez Puga, señalado por la Fiscalía General de la República como líder de una red de lavado de dinero, junto con su esposa, la presentadora Inés Gómez Mont. Cuando el primero se dio a la fuga, le prestó 100 millones de pesos y a cambio se quedó en garantía dos pisos de una torre en la exclusiva zona de Santa Fe, en la Ciudad de México.
Su primer acercamiento con el actual gobierno se dio a través de los Scherer: Julio, exconsejero jurídico de la presidencia, y Hugo, uno de los operadores financieros de la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Les ofreció créditos, su fuerte, con la idea de luego beneficiarse de contratos médicos. La relación no prosperó como se imaginó porque en el gobierno lo tenían en la mira por uno de sus antecedentes más delicados: lo identificaban como uno de los financieros de “Pejeleaks”, el sitio web anónimo que tenía como objetivo “que los mexicanos conocieran al verdadero Andrés Manuel López Obrador” previo a la campaña presidencial de 2018.
En las épocas en las que el presidente López Obrador tenía a Santiago Nieto en buena estima y lo movía de arriba para abajo, el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera estaba listo para “quemarlo” en la mañanera con una investigación en su contra. Un día antes, en una reunión donde estaba presente Epigmenio Ibarra, Beatriz Gutiérrez y el propio presidente, Julio Scherer metió las manos y frenó el golpe.
Ahora la historia cambió. En Morena le atribuyen a este empresario ser la voz de conciencia que le adelantó a Alfredo del Mazo la necesidad de negociar la entrega del Estado de México a Delfina Gómez, ante las pocas posibilidades de Alejandra del Moral. El todavía gobernador aceptó y el empresario fue a ponerse a las órdenes de Horacio Duarte, el coordinador de la campaña de la maestra.
Las mismas fuentes en Morena me aseguran que el empresario ya tuvo una reunión con José Ramón López Beltrán, el hijo del presidente, y ahora anda en búsqueda de Mario Delgado, dirigente nacional del partido. Es cuestión de tiempo.
Su nombre es Oliver Fernández.
Stent:
En el tracking diario que ordenó el presidente López Obrador sobre la contienda rumbo al 2024, saltaron varias notas.
1.- El fenómeno de Xóchitl Gálvez los tiene preocupadísimos ante su crecimiento.
2.- Claudia Sheinbaum ya topó, está estancada.
3.- Adán Augusto nunca prendió.
4.- Marcelo Ebrard es el único que sube, aunque muy poco.
(Parte 2)
La primera entrega de esta columna desató una serie de intentos de intimidación en mi contra por parte del empresario y extenista Oliver Fernández Mena, identificado como el nuevo financiero de la 4T. Primero, su abogado envió una carta dirigida a los directivos de este diario solicitando el derecho de réplica, pero en la misma amenazó con denunciarme en reiteradas ocasiones. Luego, a lo largo de la semana, envió a mensajeros para que me dijeran que preparaba una estrategia jurídica sin precedentes. El tono subió con el paso de los días. Otros mensajeros relacionados con medios de comunicación comenzaron a pedir mi teléfono, a preguntar dónde me podían encontrar, quién era, de dónde había salido. Finalmente, una advertencia: que su equipo le rascaría en lo público y en lo privado para encontrarme algo.
A todo eso: periodismo.
Dentro del gobierno federal que ahora Oliver Fernández Mena busca satisfacer a como dé lugar, tienen un par de expedientes sobre él. En el primero aparece la lista de personajes a los que presuntamente les ha movido su fortuna, según la investigación.
Está encabezada por Gerardo Ruiz Esparza, exsecretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de Enrique Peña Nieto, que falleció en abril de 2020 después de sufrir un infarto cerebral. Le siguen Alfredo Castillo, excomisionado para la paz en Michoacán, durante el mismo sexenio. Él es uno de sus pocos amigos y compañero en las canchas. También aparecen los exgobernadores Héctor Astudillo, de Guerrero con el PRI, y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas con el PAN. El vínculo con este último y que aparece en el expediente es Liliana Fernández Mena, identificada como la hermana de Oliver, a través de contratos para temas sociales.
La misma investigación del gobierno federal trae una bomba: Oliver Fernández Mena financió parte de la supervivencia de Tomás Zerón en su huida a Israel. En septiembre de 2020, el propio presidente López Obrador reveló que el exjefe de la Agencia de Investigación Criminal había escapado de México, mientras la Fiscalía General de la República alistaba órdenes de aprehensión en su contra por encabezar las supuestas torturas en el caso Ayotzinapa y modificar las evidencias.
Por último, aparece su supuesto vínculo con Pejeleaks, el portal que atacó a López Obrador durante su candidatura presidencial en 2018. La investigación conecta a Oliver Fernández Mena como el principal financiero de Javier Razo Tangassi. Ambos son señalados de haber conservado archivos, principalmente de Beatriz Gutiérrez Müller y su familia.
El otro expediente, según fuentes del gobierno federal, habla sobre la actualidad. Menciona a Oliver Fernández Mena como autor de un esquema de colocación de dinero de empresarios mexicanos en Estados Unidos con atractivos rendimientos. Esta segunda investigación apunta a un desarrollador inmobiliario llamado Masoud Shojaee, CEO de Shoma Group. De acuerdo con lo analizado, Oliver Fernández Mena junta el pull de dinero y lo entrega como inversionista único.
Esta segunda investigación incluye un análisis de lo que la autoridad llama “quita de deudas”. Las mismas fuentes lo explican de la siguiente manera: “Oliver es averiguado por eliminar las deudas de personas que solicitaron créditos a Crédito Real, la empresa de la que forma parte. Si la deuda es por 10 millones, Oliver pide un porcentaje a cambio de borrar el historial en perjuicio de la empresa”.
La última parte de esta investigación aborda dos aspectos: un movimiento de más de 120 millones de pesos y que conectaría a Oliver Fernández Mena con Julio Scherer Ibarra exconsejero jurídico de la presidencia de López Obrador. La otra son los acercamientos del extenista para comprar al equipo de futbol de los Tiburones Rojos del Veracruz.
Stent: Diana Alarcón, cercanísima operadora de Claudia Sheinbaum, que todavía trabaja en el gobierno de la Ciudad de México como coordinadora general de asesores, pidió una mesa este jueves 20 de julio, en el restaurante Diana del hotel St. Regis. Al filo de las 10 de la noche se reunió con dos hombres con acento colombiano. Planeaban estrategias en redes sociales.