Expresidentes de México panistas llamaron a Luis Estrada mal mexicano e hijo de la chingada, priistas intentaron censurarlo y sobornarlo para que quemara una de sus películas, pero quien “pirateó” sus filmes durante sus campañas fue Andrés Manuel López Obrador, aseguró el cineasta.
“Desde que Andrés Manuel López Obrador empezó a competir en búsqueda de la carrera presidencial, fue en tres ocasiones, hacía cientos de miles de copias en DVD y las regalaban en los mítines (para decir) ‘miren cómo son los del PRI’ y les daban un disco pirata de La Ley de Herodes, ‘miren cómo son los del PAN’ y les daban El Infierno.
“Ahora que le tocó a él verse en ese espejo que es ¡Que Viva México!, resulta que ese (Estrada) que era un luchador social, se volvió un clasista, un racista, un vendido a las fuerzas más oscuras de la derecha mexicana, cuando la película está hecha desde la izquierda, cosa que él no es”, acusó el cineasta.
El director de La Dictadura Perfecta recordó aquello durante la clase magistral que ofreció en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) este sábado, donde compartió pasajes como cuando Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública de México, le aseguró que no estrenaría cintas críticas con el gobierno.
El realizador remarcó que el gobierno actual le ha puesto tantos obstáculos como los anteriores, por lo que impulsará sus demandas legales contra instituciones, que asegura, quisieron impedirle el acceso a fondos públicos para el rodaje de ¡Que Viva México!
“Demandé a todo al que de alguna manera, desde mi óptica, estaba operando con impunidad y cometiendo actos ilegales e ilícitos. La demanda está en curso, lo que pasa es que los responsables de darle curso o no, son morenistas.
“Cuando veo la furibunda reacción en la mañanera de López Obrador, me quedó claro que tenía razón, lo que querían impedir, tanto desde la Secretaría de Cultura como del Imcine y del Eficine, es que no se hiciera esta película por ningún motivo para no incomodar al presidente. Salió durante tres días a hablar mal de la película y de mí”, dijo el cineasta.
Durante la charla, recordó que su llegada al cine la tuvo clara desde los seis años, pues descubrió su pasión al acompañar a los sets de filmación a su padre.
También valoró su encuentro con el tono satírico, que tenía desde que escribía cuentos y al cual ha querido apegarse para poder hacer críticas a instituciones prácticamente sagradas, como lo hace sobre la familia en su cinta más reciente.
“La gente no me perdona porque dice: ¿cómo es posible que hable de los más desprotegidos? Uno de los argumentos de López Obrador para descalificar esta película y El Infierno es que los pobres son buenos, que no existen los pobres malos. ¿Cómo es posible que un señor que tenga ese pensamiento tan simplista sea el presidente de una nación?”, opinó.
Estrada aseguró que le queda mucho por contar, por lo que además de cine, trabajará un libro de memorias, que prometió será igual de interesante que lo que narra en la pantalla.