¿Quién da más? Los momios para las elecciones han cambiado en un santiamén y NADA garantiza que no puedan cambiar nuevamente igual o aún más rápido.
Por lo pronto, lo que se veía como un pase de estafeta seguro para la 4t, ya no está claro del todo. La oposición ha ganado momentum. ¿Durará este?
Veamos: después de semanas de causar una aburrición infinita, la carrera entre las corcholatas adquirió sabor. Lo dio el pique entre Sheinbaum y Ebrard, al solicitar este último un debate sobre un tema que él planteó. El ex canciller acusa a la ex jefa de gobierno de polemizar sobre su propuesta en materia de Seguridad y la conmina a debatir sobre la misma.
La discusión no se hará, pero algo le metió de atractivo a una carrera que de otra forma califica de insulsa. No sorprende, requiere la adrenalina que López Obrador le está metiendo… a la oposición.
Aquí lo dijimos desde bastante antes de que Xóchitl se parara a la puerta de Palacio Nacional con amparo en mano. Y desde entonces lo vivimos diariamente. El presidente se ha convertido en el porrista más entusiasta de Xóchitl, en su coordinador de campaña o, como lo diría la senadora: “pareciera que tiene un “crush” conmigo”.
Es difícil entender por qué un viejo lobo de mar en política está tan obsesionado con Xóchitl. No es como si uno pudiera decir que no se da cuenta de que, con cada nueva mención, le ayuda. ¿Entonces?
¿Es tanto su miedo que no puede guardar silencio ante el empuje de la legisladora que él mismo genera? ¿Está atrapado en un círculo vicioso o se trata de un esquema que él cortará de tajo llegado el momento?
Dado que es innegable que López Obrador es un auténtico “grillo” de las campañas (de hecho no ha gobernado y a partir de 2021 se convirtió además en jefe de campaña de sus corcholatas), me inclino por la segunda explicación.
Por lo anterior, si Xóchitl tiene estrategia —y/o si la están asesorando adecuadamente— debiera estar considerando necesariamente factores que la impulsen a ella más allá de Andrés Manuel. Esto es, que le permitan usufructuar y acrecentar la inercia hasta ahora ganada, independientemente de lo que haga o deje de hacer López Obrador.
Son preguntas que se plantean sencillas, mas cuyas respuestas son verdaderamente complejas: ¿qué, de Xóchitl, suma votos por méritos propios y qué tanto se debe a la campaña negativa del primer mandatario? ¿Cuándo ella ya no lo tenga a él de interlocutor, seguirá creciendo? Y es que siendo francos, al momento, no hay un solo elemento (propuesta, posicionamiento, propaganda, reacción) por el que Xóchitl haya crecido en el conocimiento popular que no se deba a la promoción (negativa) que ha hecho de ella Andrés Manuel. Punto.
Ejemplos de este zipi zape han sido muchos; un par: que López Obrador asegurara que Xóchitl “será pelele, títere y empleada impuesta por la oligarquía” y que las corcholatas en cambio son independientes… Luego, la respuesta de la hidalguense: “fue usted mismo el que me puso en la contienda”.
Y en ese sentido es que llamo a las apuestas: ¿Xóchitl tiene —y generará más— fuerza cien por ciento propia?
Repito: si sus estrategas no han pensado en esto y no han generado mecanismos para conseguirlo, Xóchitl no llegará al 2024 (independientemente de cómo se desenvuelva en el proceso interno de la oposición).
Desde ayer la oposición (llamada así de modo genérico, si bien es obvio hay muchos matices) está extasiada porque el INE emitió determinaciones en las que le ordena al presidente no hablar más de Xóchitl en público. ¿Se han puesto a pensar que con ello la legisladora dejará de estar en los reflectores del Estado y que pierde y mucho? Después de todo, mala propaganda es propaganda al fin.
No hay que olvidar que las determinaciones del INE fueron en razón de que Xóchitl denunció al mandatario, a su vocero Jesús Ramírez Cuevas y a otros funcionarios ante el INE por violencia política de género y uso indebido de recursos públicos. Puesto en palabras de ella: “una cosa es aguantar los chismes del presidente todas las mañanas y otra muy distinta es tolerar la ilegalidad”.
Total, que el INE ordenó ayer a López Obrador abstenerse de hacer comentarios sobre Gálvez durante su mañanera. ¿Acatará? Ya sabemos que a él no le gusta que le vengan con “el cuento de que la ley es la ley”. Pero tal vez por primera vez acate la norma, perjudicando más a Xóchitl.
Quizá López Obrador considera que las elecciones del 2024 serán entre la hoy senadora y él mismo. Y en ese sentido ¿esto se trata de mercadotecnia política para ambos? Al final, todo lo que estamos viendo por parte de él es parcial, electoralmente viciado, pues hacer proselitismo es inclinar el piso parejo que exigen sus propias _corcholatas _(bueno, no todas; solo Marcelo, Monreal y Fernández Noroña).
Aun antes de la resolución del INE, él ya había dicho que no ofende a las mujeres y se lanzó a decir que las empresas de Xóchitl han recibido contratos durante los sexenios pasados, insinuando corrupción sin pruebas. Una vez más, la senadora respondió que sí tenía contratos, aun con la actual 4t porque sus servicios son profesionales y que la pueden auditar. Que ella sí puede transparentar todos sus contratos y remató: “yo no cobro en sobres amarillos como sus hermanos”.
Mas dentro de los seguidores de Xóchitl ya se empieza a escuchar la petición de que deje de contestarle a López Obrador cada vez que este la increpe. Que se dedique a construir una candidatura incluyente y diversa.
Que, igual que ella le pidió al mandatario la deje en paz y se dedique a gobernar, que ella deje de contestarle y se dedique a convencer a la ciudadanía. Todo antes de que López Obrador decida ya no mencionarla en las mañaneras.
Urge que su popularidad se refleje en firmas (mucho más que las 150,000 requeridas) y en preferencias ciudadanas. Que la “Xóchitl-manía” no sea solo amor de verano.
¿Quién es más dependiente? ¿Andrés de Xóchitl —para darle vuelo y justificante “al proceso interno de la 4t” o ella de él —para generar masa crítica en su campaña—?
¿Cuál es la apuesta de López Obrador por Xóchitl? ¿Cuál es la apuesta de Xóchitl ante un Andrés presente? ¿Ante el presidente ausente? Usted, si tuviera que apostar, ¿qué diría?
Mientras AMLO no nos salga con su gansada de que —siempre sí— él es respetuoso de la ley y mande por un tubo a todas sus corcholatas (ya que los que hay no levantan ni la risa) y a todos los que participan por la oposición también, ponga a un general de división como su sucesor o nos salga con que siempre sí es él que tiene que repetir al frente del Ejecutivo federal.… todo está bien y es interesante.