Pobre Sonora: Tan cerca de Estados Unidos y tan lejos del gobierno central de México.
Y es que las actuales circunstancias se traducen en una vieja sentencia: Somos el patio trasero de Estados Unidos.
Decimos esto porque las grandes obras prometidas brillan por su ausencia.
En cambio los proyectos en Sonora parecen estar enfocados a beneficiar a los gabachos.
Al respecto habría que recordar tres simples botones de muestra:
La primera, el parque solar de Puerto Peñasco, cuya energía no se sabe a dónde va a parar. Se dice que una gran parte de esa energía tendrá como destino Arizona, principalmente Phoenix.
Ahora la especie que cobra fuerza es una megadesaladora, que curiosamente su producción sería para Arizona. ¿Y qué cree? También se dice que se construirá en Peñasco. Esta versión la escribimos a principios de año, aquí en Sonora Presente, con los pocos datos disponibles. Hoy presentamos en SP la noticia a detalle: El agua va para Phoenix y los desperdicios contaminantes se quedan aquí
El tercer botón de muestra es la producción del litio, igual, para satisfacer la demanda del Tío Sam.
Ante este nacionalismo recalcitrante recordamos que la reversa también es cambio.
Si mal no recordamos el actual gobernador Alfonso Durazo ofreció en campaña la realización de unos 15 proyectos de grandes obras. Hasta el momento, brillan por su ausencia.
Claro, el arte de la manipulación política está reservado para unos cuantos. Es difícil, complejo, pero altamente redituable. Por eso se especializan en la materia políticos profesionales que invocan el desarrollo y un mejor nivel de vida para la gente. A partir de esto planteamos una simple pregunta: ¿Usted siente que la cuarta transformación genera beneficios ciudadanos en Sonora?
Por lo pronto hay promesas pero no obras.
Ahora bien ¿México y Sonora necesitan una nueva clase política?
Claro, todo en este concepto es debatible.
Hay argumentos a favor y en contra.
Por un lado, algunos argumentarían que sí, debido a la percepción generalizada de corrupción y falta de responsabilidad por parte de los políticos en México, una nueva clase política podría llevar a una mayor transparencia y rendición de cuentas, lo que podría mejorar la vida de las personas.
Por otro lado, también se podría argumentar que la falta de una nueva clase política no es el problema principal en México, sino la falta de un sistema político y económico sólido y justo. En lugar de centrarse en una nueva clase política, se podría argumentar que se deben fortalecer las instituciones y las leyes para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, y promover un sistema económico más justo y equitativo.
Lo importante es abogar por un sistema político y económico justo y transparente que promueva el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Los excesos llevan al nacimiento de gobernantes y candidatos populistas.
El aumento de gobernantes y candidatos populistas en años recientes se debe a una combinación de factores, que incluye, por supuesto, un descontento económico y social.
Muchas personas están insatisfechas con el estado actual de la economía y la sociedad. Por lo tanto buscan soluciones rápidas y sencillas a sus problemas. Los populistas a menudo prometen soluciones simples a problemas complejos, lo que puede ser atractivo para aquellos que están insatisfechos.
Los populistas a menudo culpan a las élites políticas de problemas actuales y pasados, lo que les permite conectarse con aquellos que están insatisfechos.
Obviamente hay un desencanto político: Muchas personas están insatisfechas con la forma en que funciona la política, incluyendo la percepción de que los políticos no escuchan o no responden a sus necesidades. Los populistas a menudo se presentan como “fuera del sistema” y prometen representar a “la gente común”.
Sí, es necesario una nueva clase política y también un cambio en la cultura política y en la forma en que se hacen negocios. Esto podría incluir medidas como la lucha contra la corrupción, la mejora de la transparencia, rendición de cuentas y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
¿México y Sonora transitan en esa ruta?
Como siempre, caro lector, su opinión es lo que cuenta.
Alfonso Durazo: ¿Con AMLO o con los sonorenses?
Cualquier sonorense medianamente informado está obligado a plantearse la pregunta: ¿El gobernador Alfonso Durazo acompañará y apoyará al presidente de México al costo que sea en la elección presidencial del 2024?
Como país estamos al borde de ser un gobierno autócrata. O sea un sistema de gobierno que concentra el poder en una sola figura cuyas acciones y decisiones no están sujetas ni a restricciones legales externas, ni a mecanismos regulativos de control popular. La monarquía absoluta y la dictadura son las principales formas históricas de autocracia.
En los hechos, el presidente López Obrador asume ese rol autócrata: Controla el Poder Legislativo y al Judicial lo minimiza, lo desprecia, lo humilla. Y piensa que tiene a todo un pueblo de México apoyándolo.
¿El gobernador de Sonora se mimetiza con AMLO?
¿Y en esa postura, representa a todos los sonorenses?
Son preguntas que merecen respuesta del gobernador Alfonso Durazo.
Porque entre más tiempo pase se incendiarán las pasiones de la sucesión presidencial.
Por eso más vale un grito a tiempo.
En favor o rechazo.
Así los sonorenses ya sabrían a qué tirarle.
El tema fuerzas armadas y la relación con el crimen organizado no es menor. No es tan simple como que un tuitero llame la atención con su slogan bananero de patria o muerte. Esto llamando a un levantamiento armado del pueblo bueno y sabio contra el imperio gabacho.
No, no es tan simple. Es mucho más complejo.
El peligro reside en el fanatismo. La fuerza de AMLO es cuestión de fe, de religión, de un dogma que aún no es bien asimilado pero que se convierte en la primera línea de fuego del obradorato.
Si unos cientos de fanáticos toman las armas para una nueva revolución ideológica, nos lleva la madre como país.
Por eso la postura de Alfonso Durazo es trascendente en este tema.
Y más importante es la composición del próximo Congreso y Senado de la República.
Pero el tema inmediato es el de las fuerzas armadas.
Y nadie mejor que un personaje que conoce las entrañas del Ejército para medio entender los equilibrios de poder en el mundo de las fuerzas armadas. Por eso hoy recordamos la postura de Emilio Cosgaya Rodríguez, quien fue acusado de operar una red de protección para “huachicoleros” dentro de Petróleos Mexicanos. Este personaje se desempeñó como jefe de la Subdirección de Operaciones contra el Narcotráfico durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Coronel de Infantería, con un diplomado de Estado Mayor, Emilio Cosgaya se encuentra preso desde 2019 en el penal de alta seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, donde no tiene acceso a celulares, ni computadoras o alguna conexión a internet, su cuenta de Twitter se encuentra activa.
Con la vasta experiencia, conocimiento y disciplina de un soldado con más de 40 años, el Coronel de la Secretaría de la Defensa Nacional, suma muchos seguidores en las redes sociales, pues se ha convertido en una voz crítica, muy incómoda, sin duda, para el Gobierno de López Obrador y para el propio titular de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
¿Y cuáles son sus opiniones?
A continuación hacemos un desglose de sus críticas:
Hablemos de la Guardia Nacional y la desaparición de la Policía Federal. Uno de los mayores errores de nuestra historia y nos metió en la actual violencia (no fue el pasado).
Se militarizo cuando la población no quiso apoyar al presidente, nadie se enlisto en su ejército privado.
Lo llenaron con los batallones de policía militar pues corrieron a los policías profesionales con el pretexto de que eran corruptos.
Pero a los militares que tenían investigaciones o estaban bajo procesos los evitaban cambiándose a la GN.
Nadie quería ser parte de ese bodrio.
Con esto perdieron dos décadas de profesionalización e institucionalización. Un error increíble.
Los militares toman el control total y la estructura se volvió completamente militar.
El faraón acomplejado se queja de perder su inconstitucionalidad.
Los propios militares pensando que los policías profesionales no eran de fiar comenzaron a presionarlos para que renunciaran a su carrera de seguridad pública.
Violaron sus derechos laborales, desperdiciaron sus capacidades y les niegan el acceso a ascensos con cualquier pretexto.
Contra esto no pueden hacer nada, seguramente recibirían represalias. Es otro ejército, mismos vicios, pero más opaco, corrupto y peligroso.
Y ustedes como población se quedaron más indefensos ante grupos criminales más poderosos, ellos no se deshicieron y armaron de nuevo.
El Crimen Organizado no perdió su tiempo vistiéndose diferente, no perdió su tiempo despidiendo sicarios, ni persiguieron a sus jefes por política, ellos continuaron su institucionalización, profesionalización y modernización.
Nosotros perdimos la policía de la federación.
Hasta aquí la opinión del Coronel. Sin comentarios.