La Casa Blanca se muestra impaciente en torno a la disputa comercial que sostiene con México sobre el maíz genéticamente modificado. La Representante Comercial de EE UU, Katherine Tai, anunció el viernes que ha solicitado consultas de “resolución” en virtud del acuerdo comercial con México y Canadá, el TMEC. El proceso de consultas, iniciado en marzo, refiere a una prohibición parcial, impulsada desde el Ejecutivo en México, del maíz amarillo que importa de los EE UU. México compra unos 3.000 millones de dólares de este cultivo al país vecino, cada año.
“Estados Unidos ha expresado repetidamente su preocupación de que las políticas biotecnológicas de México no se basan en la ciencia y amenazan con interrumpir las exportaciones estadounidenses a México en detrimento de los productores agrícolas, lo que a su vez puede exacerbar los desafíos de seguridad alimentaria”, dijo Tai, de acuerdo al comunicado. “Las políticas de biotecnología de México también sofocan la innovación agrícola que ayuda a los agricultores estadounidenses a responder a los desafíos climáticos apremiantes, aumentar la productividad agrícola y mejorar los medios de vida de los agricultores”, dijo la embajadora.
La Secretaría de Economía de México no emitió respuesta inmediata al anuncio. EE UU tiene abiertas dos consultas con México, incluyendo una por legislación que limita a empresas privadas para dar un monopolio a empresas del Estado en el sector energético. En ambos casos, EE UU puede poner fin a la etapa de consultas para llevar el conflicto a un panel independiente. Si se fallara en contra de México, EE UU pudiera poner aranceles a las importaciones mexicanas y las empresas privadas pudieran demandar por daños al Estado mexicano, lo que analistas esperan pudiera representar pérdidas multimillonarias para México.
El 13 de febrero, se publicó un decreto que prohíbe el uso de biotecnología en el maíz para consumo humano, es decir, en tortillas o masa. En 2021, además, México prohibió el glifosato, químico necesario para cultivos genéticamente modificados. “Las medidas de México parecen ser inconsistentes con varias de sus obligaciones en las medidas sanitarias y fitosanitarias y los capítulos de acceso al mercado del TMEC”, dijo el Gobierno de EE UU.
Si bien hay poca evidencia que sugiera que el maíz transgénico es nocivo a la salud humana, éste cultivo requiere el uso del glifosato, un potente herbicida de amplio espectro conocido por uno de sus nombres comerciales más populares, Roundup. La empresa Monsanto, mayor vendedora de glifosato, ha pagado miles de millones de dólares por daños a la salud ocasionados por el glifosato en EE UU. México argumenta, además, que interfiere con el crecimiendo de distintas variedades del maíz, considerado un pilar cultural ancestral.