El 21 de febrero de 2013, el vocalista de Los Tucanes de Tijuana fue citado por las autoridades estadunidenses para colaborar en un caso criminal por narcotráfico, sin embargo, una vez ahí, sentado ante un juez, fiscales y sus abogados, Mario Quintero Lara, el cantante, compositor y productor, decidió no cantar. No colaborar. No rajar, pues.
Quintero fue requerido por la mañana en la Corte de Distrito para el Distrito de Columbia, en Estados Unidos, en relación con una canción que escribió: El Yanky, en honor al narcotraficante que estaba siendo enjuiciado. Un día antes, sus abogados presentaron una moción para anular el citatorio que le hicieron las autoridades estadunidenses para declarar, pero la jueza al frente del caso, Barbara Rothstein, determinó que sí tenía que presentarse.
Así que ahí estaba el sinaloense que encontró el éxito tras fundar junto a sus dos primos y otro compañero a los Tucanes de Tijuana, en la ciudad fronteriza del mismo nombre, enfrentando a investigadores que lo identificaban como una pieza importante en un caso de tráfico de drogas de alto perfil.
“Es demasiado peligroso para mí estar aquí. Reconozco que escribí esa canción, como he escrito muchas canciones, pero me preocupa estar aquí y también me preocupa mi familia”, dijo momentos más tarde el Tucán mayor al agente que lo interrogaba.
Quintero no había cometido ningún delito, pero sí tenía información que los fiscales necesitaban para dejar tras las rejas de una vez por todas a Aurelio Cano Flores, un operador de Los Zetas que dirigía la plaza criminal en Los Guerra, Tamaulipas, y además se encargaba de supervisar el envío de cocaína y mariguana a Estados Unidos.
Las autoridades estadunidenses intervinieron una serie de llamadas entre Samuel Flores Borrego, alias Metro Tres, un operador del Cártel del Golfo, y el líder de los Tucanes de Tijuana, para que escribiera un narcocorrido en “honor” de su amigo, Aurelio Cano, alias El Yankee.
En 2008, el narcocorrido se estrenó bajo el nombre de El Yanky, como parte del álbum Propiedad Privada. La canción cuenta la historia de un respetado agente de la Procuraduría General de la República que abandonó su empleo para trabajar con Los Zetas.
“Ahora lo buscan por todos lados las leyes, aunque ya saben donde se encuentra, pero no pueden echarle el guante porque lo cuidan los de la letra”, cuenta la canción en su historia.
Así que el gobierno estadunidense lo citó a declarar para que pudiera compartir información que pudiera ayudar a condenar a El Yankee. Y aunque intentó evitarlo, a final de cuentas Mario Quintero se apareció ante la Corte el día de la cita.
“¿Personalmente escribe los narcocorridos que su banda canta?”, le preguntaron a Quintero.
“Sí”, respondió.
“¿Está usted familiarizado con un narcocorrido llamado El Yankee?”, continuó el fiscal estadunidense.
“Sí”, continuó el cantante.
“¿Usted lo escribió?”, dijo el fiscal.
“Sí”, volvió a decir Quintero.
Todo parecía ir por buen camino, pero el abogado del músico, Jeremy Warren, lo interrumpió una primera vez, para recordarle al vocalista que iba a ampararse bajo la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América, para no declarar en contra de sí mismo.
Así que a la siguiente pregunta del fiscal: “señor Quintero, usted indicó que es de hecho el autor de la canción El Yanky, ¿es eso correcto?”, el cantante respondió “sí, quiero invocar mis derechos bajo la Quinta Enmienda, y no quiero testificar más.”
Sin embargo, siguió respondiendo algunas de las preguntas. Por ejemplo, sobre si sentía que al responder las preguntas sentía que estaba en peligro de ser acusado criminalmente, dijo que “la situación en México es muy peligrosa”, y que lo que le preocupaba era una posible represalia en su contra o en contra de su familia.
Y volvió a caer en la trampa de los fiscales, por última vez.
“La canción que usted escribió, El Yanky, ¿es verdad que a usted se le pidió escribir esta canción acerca del señor Aurelio Cano Flores por parte de un caballero llamado Samuel Flores Borrego, quien se hacía llamar Metro Tres, el 7 de febrero de 2007, en una llamada telefónica con Metro Tres?”, le preguntaron.
A lo que el cantante respondió “creo que sí.”
Entonces su abogado volvió a hablar con él, y no volvió a responder nada más que la frase: “invoco la Quinta.”
“¿Conoce al acusado en este caso, Aurelio Cano Flores?”, “¿cuántas veces se ha reunido con el acusado, Aurelio Cano Flores?”, “¿cuántas veces ha hablado por teléfono o por otras vías con el acusado Aurelio Cano Flores?”, “¿cuándo se grabó por primera vez o se tocó en vivo por su banda Los Tucanes?”, “¿cuántas veces tocó en fiestas en las que estaba presente Aurelio Cano Flores y tocó la canción ‘El Yanky’?”, fueron algunas de las preguntas que fueron respondidas de la misma forma por Mario Quintero.
Así, el líder de los Tucanes de Tijuana, fue declarado en desacato, pues aunque no había ningún caso criminal en su contra, se le había llamado a declarar en un caso contra otra persona, ya que es ciudadano estadunidense naturalizado.
La situación fue tan grave que quedó detenido, en manos del servicio de Marshals de los Estados Unidos hasta que decidiera colaborar o el caso fuera concluido.
Cinco días después, el juicio concluyó cuando fue declarado culpable de narcotráfico en un caso que involucra a los fundadores y líderes más importantes del Cártel del Golfo y Los Zetas. Menos de 3 meses después, fue condenado a 35 años de prisión. En contra de El Yankee testificaron otros sicarios del Cártel, pero Mario Quintero Lara, quien inmortalizó su historia en un corrido, jamás cantó.