Fuentes cercanas a La Política Online revelaron que la Secretaría de la Defensa le aclaró al subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, que el software de Pegasus encontrado en su celular no fue instalado por las Fuerzas Armadas, sino por el Cártel de Sinaloa.
Con esta explicación, el Ejército se lava las manos de un posible escándalo por espiar a un miembro del gabinete de la 4T y también evita otra confrontación con el responsable de los Derechos Humanos en el gobierno Federal.
Los desencuentros de Encinas con los militares han sido varios, el más reciente fue la publicación del New York Times en el que se reveló que el celular del funcionario había sido infectado con el software espía varias veces, incluso durante las investigaciones del caso Ayotzinapa, otra piedra en el zapato, tanto de los militares como de Encinas.
Esta no es la primera vez que el programa de espionaje gubernamental causa revuelo en México, baste recordar que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se investigaron a más de 15 mil personas, entre políticos, periodistas, activistas de la sociedad civil y defensores de Derechos Humanos y familiares de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
“Somos un gobierno que condena de manera categórica cualquier intervención que se tenga en la vida privada de quienes son activistas y de cualquier persona”, negó categóricamente EPN cuando se le cuestionó sobre el tema en 2017.
Incluso, recientemente la FGR informó que busca imputar a Tomar Zerón, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal de la extinta PGR, por la adquisición y contratación del software de espionaje, Pegasus.
La versión de los militares de que es el Cártel quién espía a Encinas cobra sentido con la presión que enfrenta por parte del gobierno de los Estados Unidos por la extradición de Ovidio Guzmán, hijo del fundador del Cártel de Sinaloa, enemigos del Cártel de Guerreros Unidos, célula criminal que nació de la escisión de los Beltrán Leyva, que se encuentra en conflicto con los Chapitos y los mayores responsables por la desaparición de los estudiantes normalistas.
La posición del ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal se complica aún más cuando intenta ser de los únicos miembros del gabinete que se atreve a desafiar a los militares que tanto protege el presidente López Obrador.
A pesar de la situación en la que se encuentra Encinas, en una reciente reunión con el presidente López Obrador, aseguró sentirse seguro y confiado en su encargo como subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración.
Encinas se siente seguro que sustituirá a Adán Augusto, una vez que renuncie a la titularidad de la Segob para apostar todas sus fichas por hacerse con la nominación presidencial de Morena. Esta posibilidad ya la baraja desde noviembre del año anterior, únicamente que en sus cálculos esperaba sustituir al tabasqueño en marzo de 2023. Posibilidad que aumenta con el debilitamiento que sufrió otro posible candidato, como Cesar Yáñez, con la publicación del libro, “El Rey del Cash”.
Además, el otrora dirigente del PRD, mantiene una estrecha y buena relación con Claudia Sheinbaum, y en el futurismo, Encinas apuesta porque ella sea la “corcholata” ganadora y en caso de ganar las presidenciales, ocupar un puesto en el gabinete de la Doctora, incluso apostar por la embajada de Cuba, que también ha sido barajado como un plan de retiro.