Ante la actividad del volcán Popocatépetl que mantiene el semáforo amarillo fase 3, el periodista Jaime Maussan indicó que “es evidente” que existe una relación entre el comportamiento de “Don Goyo” y los objetos indudablemente de tecnología no humana.
A través de redes sociales, el investigador y ufólogo indicó que “estamos ante evidencias técnicamente oficiales para todo el Mundo de UAPs (objetos anómalos no identificados, por sus siglas en inglés) no hechos por el humano”.
Maussan compartió un comunicado de la NASA sobre la existencia de portales magnéticos o dimensionales.
Además, Maussan compartió una investigación transmitida en su canales que señala que cerca del volcán Popocatépetl, el 20 de mayo, se registró que “un objeto sale directamente del interior de la lava, los gases y vapores que en esos momentos deben presentar temperaturas superiores a los 900 grados”.
El material refiere que “el objeto se aprecia luminoso, debido al filtro ultra rojo, por lo que está generando una firma importante de calor”. Su ascenso es vertical y se aleja gradualmente del cráter, se añade.
“No hay duda alguna, sale directamente del interior del volcán, lo cual es imposible para cualquier artefacto hecho por el hombre o conocido”, indica.
“‘Los portales’” (extraordinarias puertas al espacio o al tiempo, que conectan a los viajeros con dominios lejanos) son un tema favorito de la ciencia ficción. Un buen portal es un atajo, una guía, una puerta a lo desconocido. Si existieran realmente… Resulta que sí existen, de algún modo, y un investigador financiado por la NASA, en la Universidad de Iowa, ha averiguado la forma de encontrarlos”refiere el documento compartido por el periodista.
“‘Los llamamos puntos X o regiones de difusión de electrones’, explica el físico de plasmas Jack Scudder, de la Universidad de Iowa, ‘Son lugares donde el campo magnético de la Tierra se conecta con el campo magnético del Sol, creando así un camino ininterrumpido que va desde la atmósfera de nuestro planeta hasta la atmósfera del Sol, a 150 millones de kilómetros (93 millones de millas) de distancia’”, señala.
“Observaciones llevadas a cabo por la sonda espacial THEMIS (Time History of Events and Macroscale Interactions during Substorms o Cronología de Eventos e Interacciones a Macroescala durante Subtormentas, en idioma español), de la NASA, y por las sondas espaciales Cluster, de Europa, sugieren que estos portales magnéticos se cierran y se abren docenas de veces al día. Típicamente, se localizan a algunas decenas de miles de kilómetros de la Tierra, donde el campo geomagnético se topa con el arremetedor viento solar. La mayoría de los portales son pequeños y de corta duración; otros son muy grandes y duran más tiempo. Toneladas de partículas energéticas pueden fluir a través de las aberturas, golpeando así la atmósfera superior de la Tierra, desatando tormentas geomagnéticas y provocando brillantes auroras polares (…).
“‘Solo hay un problema: encontrarlos. Los portales magnéticos son invisibles, inestables y evasivos. Se abren y se cierran sin previo aviso “y no hay señales que nos guíen’, destaca Scudder”, se agrega.