La búsqueda de empleo se ha convertido en un desafío cada vez mayor en Sonora, especialmente para aquellos mayores de 45 años e incluso personas de 35 años. Esta situación afecta especialmente a los adultos mayores de 65 años que no cuentan con una pensión o jubilación y desean seguir siendo activos en la sociedad. A menudo, se ven obligados a aceptar trabajos como empacadores, cuidadores de automóviles en supermercados, veladores o preparadores de alimentos, a pesar de que existen otras oportunidades laborales disponibles.
Según la Encuesta Nacional de Discriminación, el 22% de las personas mayores de 45 años han experimentado discriminación laboral debido a su edad. Además, el 61% de la comunidad reconoce que este problema es grave en México. Estas cifras alarmantes revelan la urgente necesidad de abordar la discriminación laboral basada en la edad.
El Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra que esta situación se agrava aún más considerando la composición demográfica del país. En las últimas dos décadas, la proporción de personas de entre 35 y 64 años ha aumentado del 21.5% al 33.7%, lo que representa un crecimiento del 56% en 20 años.
Para aquellos mayores de 55 años, la situación es aún más desalentadora, ya que solo tienen acceso al escaso 0.5% de las oportunidades laborales disponibles, según el Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte. Es evidente que se requieren acciones concretas para combatir la discriminación laboral y promover la contratación de personas de edad avanzada.
Virgilio Arteaga, miembro de la Asociación de Abuelos Trabajando en Sonora, destaca la persistente discriminación que enfrentan los adultos mayores, incluso por parte de sus propios hijos. Además de brindar apoyo y cursos en temas como la computación, Arteaga enfatiza la necesidad de programas de terapia ocupacional para los adultos mayores de Sonora.
Es fundamental contar con el apoyo de las autoridades para generar un cambio real en la sociedad en lo que respecta a la participación activa de los adultos mayores en el ámbito laboral, incluso desde los 45 años en adelante. La creación de un marco jurídico sólido y políticas públicas enfocadas son esenciales para abordar este desafío y brindar más oportunidades de empleo a una parte valiosa de la población. ¡Es hora de valorar y aprovechar el potencial de nuestros adultos mayores!