La contienda interna de la 4T en el estado de Chiapas se tornó color de hormiga en los últimos meses. Mientras el gobernador Rutilio Escandón busca que sea la cúpula de Morena la que legitime su decisión en la sucesión en la gubernatura, varios actores que aspiran al poder estatal han trazado claramente sus jugadas.
Es el caso del senador Eduardo Ramírez quien con el respaldo del Partido Verde disputa la candidatura al director del IMSS, Zoé Robledo, aun cuando no es el favorito del morenismo. Reclama para ello un derecho de antigüedad del Verde en la figura de Manuel Velasco, quien asegura que dejó transitar a Morena en Chiapas.
Como pudo saber LPO en las entrañas de la Jucopo del Senado, Ramírez Aguilar cuenta con el visto bueno del senador Ricardo Monreal para disputar la gubernatura y su campaña ha recibido un gran financiamiento del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona. Sin embargo, continúa rezagado en las encuestas.
Si no aparece en el segundo lugar (detrás de Zoé Robledo), el senador Eduardo Ramírez aparece en los últimos lugares de popularidad en sondeos de casas encuestadoras como CE Research, Massive Caller o TResearch International, disputando el segundo lugar a veces con la diputada Patricia Armendáriz
De acuerdo con esta versión, Ramírez estaría promoviendo a su vez la aparición del nombre de Julión Álvarez en la encuesta de medición de Morena para que no sea la popularidad en las encuestas lo que defina la candidatura de la 4T en Chiapas, sino otros criterios en donde podría tener una oportunidad.
Esto desde luego para desplazar al más aventajado en los sondeos (Zoé Robledo), despojar al gobernador Rutilio Escandón del control de su sucesión y finalmente presionar a Morena para que el Partido Verde pueda quedarse con una gubernatura más aunque no sea con sus siglas, como en 2022 con Mara Lezama en Quintana Roo.