La oposición no logra ponerse de acuerdo sobre cómo definir a su candidato presidencial. El Partido Acción Nacional (PAN) adelantó que pedirá a cada aspirante que recaude un millón de firmas ciudadanas como requisito para competir por la candidatura de Va por México, la coalición opositora que forma con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). “Quienes aspiren a la presidencia de la República deben contar con un mínimo de conocimiento social, de intención de voto y el respaldo social de por lo menos el 1% de firmas de apoyo del padrón electoral en 17 entidades”, anunció Marko Cortés, el líder nacional del PAN. El anuncio no cayó bien al PRD, la formación con menos peso electoral de la alianza, que se quejó de que aún no existe un pacto sobre el método para elegir al abanderado de la coalición.
Cortés dijo en un mensaje grabado que será después de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, el próximo 4 de junio, cuando la alianza afine cómo será elegido el candidato de Va por México. El anuncio es una respuesta directa a la decisión de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, de hacer una especie de tregua entre sus aspirantes presidenciales hasta que terminen los comicios de este año en ambas entidades, donde alrededor de 15 millones de ciudadanos están llamados a las urnas.
El líder del PAN considera que el requisito de reunir un millón de firmas permite que se elija a “la opción más competitiva“. Alrededor de una veintena de aspirantes han sonado como posibles candidatos opositores como los senadores panistas, Lilly Téllez y Santiago Creel; el ex candidato en 2018 Ricardo Anaya; las legisladoras priistas Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu, o incluso el líder del PRI, Alejandro Alito Moreno.
Las encuestas, sin embargo, arrojan que la mayoría de quienes han levantado la mano son personas poco conocidas y con baja intención de voto entre la ciudadanía. A poco más de un año de las elecciones presidenciales, el liderazgo opositor sigue fragmentado, mientras que sus rivales de la coalición gobernante tienen varias figuras conocidas y que llevan construyendo su campaña hacia 2024 desde hace casi dos años. “Requerimos que quien quiera ser candidata o candidato del PAN y de la oposición demuestre no solo que quiere, sino que puede”, dijo Cortés, consciente de que el tiempo apremia para tener posibilidades reales de pelear por la presidencia.
Jesús Zambrano, el presidente del PRD, exigió a sus socios que se tome en cuenta a la sociedad civil para la selección del candidato a la presidencia y subrayó que la decisión no solo compete a los partidos que integran la alianza. “Requerimos un método abierto, democrático, transparente, incluyente y participativo porque esto es lo que le dará legitimidad a una candidatura de la oposición frente al dedazo de Palacio Nacional”, dijo Zambrano.
El líder perredista dio a entender que el requisito de reunir un millón de firmas saca prácticamente de la jugada a cualquier aspirante con un perfil ciudadano, para quienes resulta prácticamente imposible cumplirlo. De paso, también perjudica a los perredistas que han levantado la mano, como el senador Miguel Ángel Mancera o el exgobernador Silvano Aureoles. El partido del sol azteca ha batallado en las últimas elecciones con superar el umbral del 3% de los votos para mantener su registro.
El anuncio de la dirigencia panista también causó ruido entre los presidenciables panistas. Lilly Téllez acusó a Santiago Creel de estar detrás de la propuesta y la definió como “una aduana” para obstaculizar su llegada a la boleta electoral. “¿Es justo que compitas y diseñes las reglas al mismo tiempo? Apelo a tu talante democrático, compitamos con piso parejo”, dijo Téllez. “Urge ya la construcción de un método de elección de la persona candidata”, señaló Mancera, que aseguró que es el perfil con mayor intención de voto entre sus compañeros de coalición. En ese mismo sentido se pronunció la priista Ruiz Massieu la semana pasada en una entrevista con este diario. “Nos urge definir una ruta para 2024″, dijo.
Otra disyuntiva entre la oposición es si conviene más usar encuestas o tener elecciones internas para definir la candidatura. La dirigencia del PRI quiere que haya elecciones primarias para definir al abanderado opositor. Alito Moreno no descartó de entrada el filtro propuesto por el PAN e insinuó que el mismo lo cumpliría, al asegurar que llegó a la dirigencia priista con dos millones de votos. El líder priista convocó esta semana a varios aspirantes priistas como el exgobernador de Oaxaca Alejandro Murat, el exsecretario general de la OCDE José Ángel Gurria, el exsecretario de Turismo Enrique de la Madrid y a la senadora Ruiz Massieu.
Desde principios de año se destapó que el acuerdo entre la oposición era que el PAN encabezara el proceso interno para escoger al candidato a la presidencia y se dijo que el PRI y el PRD también iban a participar en el proceso, y que eso no se traducía en que el abanderado tuviera que ser panista necesariamente. La formación blanquiazul ha tratado de imponer condiciones, al ser el partido más votado entre los integrantes de la coalición, lo que ha causado escozor entre sus propios aliados.
La pelea por la presidencia es ya la principal fuente de tensiones en todos los frentes, con decenas de políticos de todo el espectro que quieren sentarse en la silla presidencial y ya han comenzado a apostar sus fichas. La promesa de la oposición y del oficialismo es que será en dos semanas cuando se empiece a tener un panorama más claro de cómo se definirá a los candidatos y quiénes serán los protagonistas en 2024.