Guadalajara— Su vocación como maestra la encontró en el penal de Puente Grande. Socorro Meugniot García de la Cadena, la “Maestra Coco”, impartió durante 18 años clases a internos peligrosos y hasta líderes de cárteles como Héctor “El Güero” Palma y Rafael Caro Quintero.
Su trabajo se enfocó en talleres, dentro de los cuales los reclusos laboraban para ciertas empresas. Asegura que el liderazgo mostrado en otra área del penal fijó los ojos en ella por sus aptitudes para el magisterio.
Desde 1995 navegó en un amplio rango de enseñanza: platería, pintura, insumos para tae kwon do, arneses, pulpa de tamarindo y su favorito: manualidades con madera para bolos infantiles.
Coco jamás se sintió menospreciada o agredida por su género, pese a ser la única mujer en medio de aulas compuestas hasta por 60 reos de alta peligrosidad.
Sólo en dos ocasiones padeció las fechorías y, ambas, las tornó en lecciones.
“Un día me sacaron la pluma de la bata, ni cuenta me di, eran bien listos. Les dije: ¿dónde está mi pluma? ‘No, maestra, no la agarremos’. Les dije: ‘yo me voy a comer y ustedes se quedan hasta que aparezca’.
“Me fui al baño, regresé y estaba mi pluma en el escritorio. Se para uno y me dice: ‘Maestra, yo fui el que le escondió la pluma. ¿Sabe por qué? ¡Para calarla! Al maestro que teníamos antes le hacíamos cosas y nos tenía miedo. Usted es de carácter'”, relata.
En otra ocasión un interno, en una disputa por envidia con otro, la lesionó con intención en la frente.
La maestra lo hizo parecer como accidente y optó por no castigarlo como lección de vida.
Estas experiencias, además, le probaron la creencia popular sobre la inteligencia de los criminales.
“Les daba también clases de pintura y ellos hacían cosas muy bonitas. La manera de expresarse de ellos me agradaba. Para mí el que mejor (talento) tenía era el ‘Güero’ Palma”, subraya.
Ejemplo del respeto cosechado como maestra lo obtuvo de los narcotraficantes más grandes en la historia de México.
“Yo le daba clases al ‘Güero’ Palma, al Chapo y a (Caro) Quintero. (Eran) unos caballeros. Te soy sincera: el Quintero muy coqueto, según él me iba a invitar a salir, pero muy atento el señor, siempre tuvo una perspectiva que era: él estaba preso y tenía que cumplir con las normas.
“Con el que más traté fue con el ‘Güero’. Él embolsaba dulces, cucharitas. Les daban trabajo por darles, porque ellos no tenían ninguna necesidad, y el señor se comportó conmigo muy educado, hacía lo que yo le decía; si decía ‘agarren un trapo y limpien la mesa’.
Me dicen: ¿no te daba miedo?, pues era el jefe de los narcos, pero yo me exponía porque era mi trabajo”, detalla.
A los profesores de educación básica les aconseja conocer el trasfondo de sus alumnos.
“Yo he visto en muchas escuelas que hay niños con muchos problemas de carácter, que son agresivos, pero todo tiene un porqué.
Les recomiendo a todos los maestros que traten de ayudar, no de juzgar”, exhorta.
En 2013, tuvo que abandonar su trabajo por enfermedad. Reconoce era difícil pasar todos los días estrictos filtros de seguridad, pero extraña los aportes hechos y el humanismo que, de manera irónica, aprendió como maestra.
Héctor “El Güero” Palma, uno de los estudiantes de Socorro, pasó de ser uno de los líderes del “Cártel de Sinaloa” a ser un objetivo de liberaciones y reaprehensiones por diversos delitos.
Desde su extradición a México, luego de ser liberado en Estados Unidos, ha sido recapturado en al menos tres ocasiones por autoridades federales, la última apenas el 10 de mayo.
Recientemente, se informó que no saldrá del Penal del Altiplano pese a que un tribunal federal ordenó su libertad.
La razón es que el 10 de mayo fue ejecutada una nueva orden de aprehensión en contra de uno de los líderes del Cártel de Sinaloa por el delito de homicidio, en el caso de la masacre de 9 familiares, amigos y abogados de su rival Miguel Ángel Félix Gallardo, ocurrida el 3 de septiembre de 1992 en Iguala, Guerrero.
La “Maestra Coco” también compartió con Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, detenido el 15 de julio de 2022 por personal de la Marina y de la Policía Federal Ministerial en el municipio de Choix, en Sinaloa.
Tras el operativo, 14 marinos que respaldan la captura del capo fallecieron y uno resultó herido al caer el helicóptero de la Armada de México en el que viajan.
Según un reporte de la Marina, Caro fue detenido sobre las 12:50 horas, después de ser descubierto por la perra “Max”, que lo olfatea oculto en un matorral.
De acuerdo con el reporte oficial, Caro estaba sin cómplices.
Con este historial, “Coco” sabía el reto al que se enfrentaba; ahora los recuerda en el salón de clases.