El general Charles Q Brown, jefe de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, es el elegido por el presidente Joe Biden para ser el máximo mando militar del país. De recibir la confirmación del Senado, el piloto será el primer jefe negro del Estado Mayor de EE UU desde que Colin Powell ocupó esa posición hace tres décadas. El tándem de Brown y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, supondría que por primera vez en la Historia el Pentágono tendrá al frente un liderazgo íntegramente afroamericano.
El antiguo piloto ocupará el cargo que deja el general Mark Milley, quien pasará en septiembre a la reserva. El candidato a la jefatura militar “tiene un conocimiento único de nuestras operaciones y ámbitos de operación, y una visión estratégica para entender cómo colaborar para garantizar la seguridad de los estadounidenses”, ha asegurado Biden al presentar a Brown en un acto en los jardines de la Casa Blanca.
El militar, apodado “CQ” entre sus conocidos, presenta una impecable hoja de servicios. Su amplia experiencia incluye, antes de liderar el Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el mando del poderío aéreo estadounidense el Pacífico, una zona de gran interés geoestratégico para Washington y donde la rivalidad entre Estados Unidos y China alcanza su mayor intensidad. Ha estado destinado asimismo en Europa y Oriente Medio.
Como el militar de mayor nivel en la jerarquía castrense, Brown tendrá entre sus tareas la de asesorar a Biden sobre todo tipo de cuestiones de Defensa, desde la guerra de Ucrania hasta el auge de China en la región de Indo-Pacífico. Su experiencia en esa zona, donde ha podido comprobar de primera mano la extensa modernización de la fuerza militar de Pekín, se considera particularmente valiosa a ojos de la Casa Blanca.
“En la gestión, y la respuesta, a las aspiraciones territoriales y geopolíticas de China es donde el nombramiento del general Brown puede de verdad marcar el futuro de la Defensa estadounidense”, asegura Thom Shanker, del think-tank Atlantic Council. “En cualquier planteamiento complicado en que esté implicado el mar del Sur de China o cuaquier intento de arrebatar territorio a Taiwán… el general Brown ofrece toda una gama de destrezas fundamentales y ampliamente puestas en práctica”.
La propuesta de Brown también pretende enviar un mensaje en la dividida política nacional estadounidense, en la que representantes del Partido Republicano acusan a los mandos de las fuerzas armadas de inclinaciones progresistas excesivas. Un senador de ese partido, Tom Tuberville, de Alabama, bloquea desde febrero todas las candidaturas de mandos militares propuestas por la Administración Biden. El legislador considera que el ejército utiliza fondos de su presupuesto para financiar de manera indebida los desplazamientos de sus soldados mujeres que los necesiten para someterse a un aborto.
Donde Milley ha sido un militar extrovertido, amante de la Historia, que nunca ha rehuido hablar en público ni escatimado su tiempo para explicar los vínculos entre las situaciones actuales y su relación con acontecimientos del pasado -su esposa le ha preguntado alguna vez, tras una extensa charla de las suyas, si “había utilizado todas las palabras que conocía”-, Brown se define a sí mismo como una persona introvertida.
Según Thom, la selección del militar afroamericano para el mando de las fuerzas estadounidenses “se acogerá, correctamente, como un hito a la hora de perfilar la imagen que nuestras Fuerzas Armadas presentan al mundo, y ante sí mismas, en los años venideros”. El experto recuerda que, aunque cerca de un 40% de los soldados estadounidenses en activo no son blancos, “muy frecuentemente los puestos de liderazgo más prestigiosos se han adjudicado a blancos”.
Pese a su profesado laconismo, el propio Brown ha hablado con elocuencia sobre esta situación y su experiencia personal. Durante las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter (“Las vidas de los negros importan”) en 2020, narró en un vídeo la discriminación que había sufrido a lo largo de su vida, incluso dentro del ejército. El vídeo, publicado mientras estaba pendiente aún su confirmación al frente de la Fuerza Aérea, se hizo viral, especialmente entre las tropas estadounidenses.
“Pienso en las protestas en mi país (…), la igualdad expresada en nuestra Declaración de Independencia y la Constitución que he jurado apoyar y defender durante toda mi vida adulta. Pienso en una historia de problemas raciales y mis propias experiencias, que no siempre rebosaron libertad e igualdad” explicaba en aquel video después de que estallara una furia multitudinaria tras la muerte de George Floyd, un ciudadano afroamericano, asfixiado por agentes de la Policía en Minneapolis.
En su propio caso, él “era el único afroamericano de mi escuadrón y, como oficial superior, el único afroamericano en la sala”, evocaba entonces. Brown también recordaba cómo tuvo que “trabajar el doble” que sus compañeros blancos “para demostrar que las expectativas y percepciones (por parte de sus superiores y de sus camaradas) sobre los afroamericanos carecían de base”.
Brown también es un defensor de la necesidad de cambios en la Fuerza Aérea y, por extensión, de todo el ejército estadounidense para reforzar su capacidad y responder a la modernización de sus rivales. En 2020 publicó un memorándum estratégico bajo el título “Acelerar el cambio o Perder”, en el que alerta contra la complacencia y la idea de que la superioridad aérea estadounidense está garantizada en caso de un conflicto.
En el documento, el general “subraya que los adversarios de Estados unidos desarrollan activamente sus propias capacidades para responder directamente y para revertir supuestas fortalezas estadounidenses”, recuerda Delharty Manson, también del Atlantic Council. “Siempre está pensando en el teatro de operaciones del futuro”.