El arte de la manipulación política está reservado para unos cuantos. Es difícil, complejo, pero altamente redituable. Por eso se especializan en la materia políticos profesionales que invocan el desarrollo y un mejor nivel de vida para la gente. A partir de esto planteamos una simple pregunta: ¿Usted siente que la cuarta transformación genera beneficios ciudadanos en Sonora?
Por lo pronto hay promesas pero no obras.
Hay tanta sequía que hace días la maquinaria de propaganda del Gobierno de Sonora difundió la ejecución de unas modestas obras, entre ellas un tejabán que requirió una inversión o gasto por la fabulosa cantidad de 1.5 millones de pesos.
Si mal no recordamos el actual gobernador Alfonso Durazo ofreció en campaña la realización de unos 15 proyectos de grandes obras. Hasta el momento, brillan por su ausencia.
En ese listado no aparecía, obviamente, el parque solar de Puerto Peñasco, cuya energía no se sabe a dónde va a parar. Se dice que una gran parte de esa energía tendrá como destino Arizona, principalmente Phoenix. Pero son trascendidos.
También se dice que pronto se ejecutará otra gran obra, también en Peñasco: Una megadesaladora, que curiosamente una gran parte de su producción sería para Arizona.
La producción del litio, igual, para satisfacer la demanda del Tío Sam.
Ante este nacionalismo recalcitrante recordamos que la reversa también es cambio.
Ahora bien ¿México y Sonora necesitan una nueva clase política?
Claro, todo en este concepto es debatible.
Hay argumentos a favor y en contra.
Por un lado, algunos argumentarían que sí, debido a la percepción generalizada de corrupción y falta de responsabilidad por parte de los políticos en México, una nueva clase política podría llevar a una mayor transparencia y rendición de cuentas, lo que podría mejorar la vida de las personas.
Por otro lado, también se podría argumentar que la falta de una nueva clase política no es el problema principal en México, sino la falta de un sistema político y económico sólido y justo. En lugar de centrarse en una nueva clase política, se podría argumentar que se deben fortalecer las instituciones y las leyes para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, y promover un sistema económico más justo y equitativo.
Lo importante es abogar por un sistema político y económico justo y transparente que promueva el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Los excesos llevan al nacimiento de gobernantes y candidatos populistas.
El aumento de gobernantes y candidatos populistas en años recientes se debe a una combinación de factores, que incluye, por supuesto, un descontento económico y social.
Muchas personas están insatisfechas con el estado actual de la economía y la sociedad. Por lo tanto buscan soluciones rápidas y sencillas a sus problemas. Los populistas a menudo prometen soluciones simples a problemas complejos, lo que puede ser atractivo para aquellos que están insatisfechos.
Los populistas a menudo culpan a las élites políticas de problemas actuales y pasados, lo que les permite conectarse con aquellos que están insatisfechos.
Obviamente hay un desencanto político: Muchas personas están insatisfechas con la forma en que funciona la política, incluyendo la percepción de que los políticos no escuchan o no responden a sus necesidades. Los populistas a menudo se presentan como “fuera del sistema” y prometen representar a “la gente común”.
Sí, es necesario una nueva clase política y también un cambio en la cultura política y en la forma en que se hacen negocios. Esto podría incluir medidas como la lucha contra la corrupción, la mejora de la transparencia, rendición de cuentas y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
¿México y Sonora transitan en esa ruta?
Como siempre, caro lector, su opinión es lo que cuenta.