Hace apenas dos semanas, la Suprema Corte estableció ternas que -a instancias del Senado- definirán a los cinco magistrados que deberán ocupar las vacantes en las salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial. Pero en el oficialismo no gustó en absoluto el listado que recibieron
A tal punto es el malestar de Morena, que la reacción de una parte de los senadores oscila entre expresiones de “reventar” las ternas o al menos congelarlas hasta septiembre.
Este enojo tiene varias lecturas posibles. Por un lado, los prospectos de la mayoría de las ternas son a recomendación de la Sala Superior del Tribunal Electoral, y casi todos los que fueron recomendados por Morena no pasaron el filtro de la Corte.
En el Senado dan por hecho que el oficialismo querría designar a los magistrados de las salas regionales de Xalapa y Ciudad de México, por obvias razones. Mientras que las salas de Guadalajara y Monterrey estarían en una acalorada disputa entre MC y el PAN. Desde luego, Toluca es una ambición del PRI.
El problema es que en las ternas no hay tantas opciones que se consideren “propias”. Por caso, Morena tiene sólo un candidato cercano -por así decirlo- en CDMX: Salvador González Bárcena responde a Yasmin Esquivel, quizás la más obradorista de la Corte. Pero tampoco podrían catalogarlo como un candidato “de la casa”.
Algo similar ocurre en Xalapa donde acaso el prospecto más confiable sea Roselia Bustillo, apoyada por Constancio Carrasco y -según dice la misma Bustillo- por Layda Sansores desde Campeche. El resto de las opciones responden a los magistrados de la Sala Superior.
Pero, además, los senadores de Morena están enfrentando la oposición les está dificultando sacar los nombramientos del INAI. “Podemos negociar todo en paquete en septiembre”, es otra de las opciones que manejan en la bancada oficialista.
El “paquete” incluiría eventualmente a los magistrados regionales, pero también al INAI, al consejo de la judicatura e incluso a los nuevos consejeros de Pemex. Pero ese escenario también tiene un riesgo: la probabilidad de que en ese periodo haya una enorme presión en diputados para discutir y votar la reforma electoral que pretende AMLO.
